El articulista Joel Romero en su escrito publicado en aporrea que lleva por título "Si estuviésemos en 1810, unos cuantos articulistas de "aporrea" se hubiesen entregado a los Españoles" https://www.aporrea.org/ideologia/a257324.html pretende reducir la "oposición" a este gobierno a unos cuantos articulistas de este medio. Para ello comienza explicando el sentido vinculado al término "critica" que a él le resulta casi ofensivo, pues según sus palabras se trata de un recurso del que hacen uso quienes se sienten superiores intelectualmente. Y no es de extrañarse con el embrollo de arranque, pues es la manera de abrirse paso para criticar a los críticos de aporrea, a quienes claramente les endilga la calificación de entreguistas, tratándose de una intención adivinada desde los primeros compases: justificar al gobierno de Nicolás Maduro y asociados.
Hay un tema que es fundamental para la vida política y democrática venezolana a estas alturas de la historia. Es la posibilidad de que pueda surgir y consolidarse una verdadera oposición a quienes están gobernando. Lo que apenas es elemental y en la situación de crisis por la que estamos pasando se traduce en términos de vida o muerte, es tratado desde los altos funcionarios psuvistas como crimen. Para ello cuentan con programas de opinión a su servicio y con articulistas para defender lo indefendible respecto a la realidad. Así tenemos entonces que mientras el PSUV-Gobierno cede el 12% del territorio nacional con el Arco Minero del Orinoco a transnacionales mineras o la ANC aprueba la ley de inversiones extranjeras, que es un paso más en el que se inscribe la orientación económica y política de la burocracia gobernante; así de todas maneras nos podemos encontrar al señor Romero diciendo que los "entreguistas" son los críticos de aporrrea.
Retomando la posibilidad de construir una oposición a las políticas del gobierno, hay que decir también que la principal causa por la que la Mesa de Unidad Democrática (MUD) fue derrotada, se debe a que tenía margen limitado de maniobra ante el nuevo plan económico global de los Imperios y por tanto no podía levantar un programa de lucha a fondo contra eso. Es decir, la MUD tenía consigo siempre una camisa de fuerza que significa el cómo debía irse alineando ante lo que en última instancia vale y significa, que es el "Consenso de los Commodities". Por tanto hay que resaltar muchísimo que la derrota de la oposición MUD no quiere decir que es una derrota del capital ni del imperialismo, al contrario, estamos a años luz de la independencia económica y esa tarea la han sabido llevar muy bien quienes orgullosamente Joel Romero alude como los encargados por el comandante eterno para una "etapa de lucha intensificada"
Eso nos tiene que llevar a cuestionarnos sobre el tipo de oposición de la que queremos ser parte, ya que hay algo muy cierto que dice Romero, y es que "estamos en el mayor asedio psicológico, militar, mediático, propagandístico, financiero y económico que jamás haya estado el país", solo que el principal gestor de eso es el PSUV-Gobierno, contra lo cual es imposible avanzar sin balance crítico. Un balance que lleve a develar la arbitrariedad burocrática y que ésta empezó a consolidarse mucho antes de Maduro, llevando a polemizar también con lo que fue el liderazgo de Chávez, que siendo celoso siempre de su gobierno, no dudó en acudir a mecanismos para administrar las críticas que siempre estaban presentes ante gestiones concretas de altos funcionarios y de lo que el mismo Rafael Ramírez (por ejemplo) quiere zafarse de lo más olímpico, como si los grandes males tejiéndose contra el proceso bolivariano no fuesen desde sus tiempos y de lo que él es parte. De tal manera que hace falta levantar ese referente político que sea capaz de articular orgánicamente lo que es el sentir de la inmensa mayoría de la población que entendió desde hace rato que con Maduro, Cabello, Jorge Rodríguez y compañía no hay salida para esta crisis económica que nos está matando.
La pelea contra la corrupción, contra el desfalco a la nación, contra el Arco Minero del Orinoco. La defensa de la constitución, la pelea por que se pueda auditar la deuda externa (con suspensión de pago y destinar esos recursos para alimentos y medicinas), la pelea por detener el avance de la entrega total de nuestra soberanía (15 motores, Zonas Económicas Especiales…) es una pelea antiimperialista en toda la línea y no esa evocada en la retórica falaz de los dirigentes gobernantes. Esa pelea tiene que ser parte central de un programa por construir y que pueda empalmar con las grandes protestas a nivel nacional por motivos del hambre y grandes problemas que estamos padeciendo, a la vez entendiendo que a causa de que no solo la MUD ha sido derrotada, sino que la revolución bolivariana también, se hace vital ir a una reconstrucción del movimiento de lucha, dando el salto de respuesta puntual por cualquier tema (ya sea el pernil u otro) a los asuntos más estratégicos.
El avance victorioso hasta ahora del PSUV-Gobierno no les da para terminarse de consolidar definitivamente porque tiene su gran pata coja en la crisis económica y aunque el signo general de las protestas no da para terminar de echarles, si da muestra de cierta reserva que ante la imposibilidad concreta de que la burocracia pueda cumplir con las políticas clientelares (aunque Portugal termine siendo el culpable) saca a relucir molestias acumuladas a razón de las dificultades por el agua, por el gas, la basura, las fallas eléctricas, la falta de comida... Por tanto el reto es lograr unirnos alrededor de la idea de que las respuestas tienen que ser más orgánicas, políticas y con una clara definición de ruptura con la cúpula mafiosa "Maduro-cabellista" que se sigue reuniendo con agenda secreta en Santo Domingo con los "Boves" de estos tiempos, "estimado" Joel Romero.
