También es una verdad, que un régimen daña más a lo que es excelente por su naturaleza…
Platón
***
No es sorprendernos que la capital de la República quede sin electricidad, es decir, en el medio de las tinieblas y el colapso de la ciudad. Desde que Luis Motta Domínguez asumió la presidencia de la Corporación Eléctrica Nacional (CorpoElec), si algo ha demostrado este militar es incompetencia, ineficacia, ineptitud, pero sobre todo malicia y perversidad. Es un individuo cuyas fábulas construidas a partir de la quiebra del sistema eléctrico, sólo son aromatizadas por el derrame de las aguas servidas que inundan las calles y avenidas de en los pueblos y ciudades del país.
El madurismo no tiene orientación política propiamente dicha. Ellos sólo tienen como único fin y lo único que une a su cúpula, es lograr la perpetuidad en el poder. Ninguno de ellos tiene competencias académicas, filosóficas, profesionales, y menos humanas, para ejercer con destacada función la praxis del servicio público.
Ante esa realidad, el hecho de que justo cuando Diosdado Cabello estaba en pleno "discurso" – si le podemos llamar de esa manera a las palabras que emite quien es un analfabeta funcional - en el "congreso" del mal llamado Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), haya quedado en el medio de la oscuridad con la claque que le acompañaba, para que éstos inmediatamente calificaran de "sabotaje" lo que allí estaba aconteciendo, esa resulta la prueba de la hecatombe. Y es que si tal hecho es cierto, pues es la más completa confesión de que ni siquiera en eventos de alta trascendencia para la cúpula roja, los maduristas son capaces de asegurar el normal fluido eléctrico para el desarrollo de sus propias actividades.
Por ello, si esas consecuencias de oscuridad, llegan a afectar directamente al otro autodenominado "hijo de Chávez", lo que ocurra sobre el pueblo y su malograda vida ciudadana, es obvio, que muy poco les importa, es más, en el supuesto negado de que tuvieran preocupación por la gente, tampoco tendrían las mínimas herramientas para garantizar que los venezolanos puedan tener electricidad en sus hogares y espacios de trabajo.
El mega-apagón que afectó a casi el 100% de Caracas, pero que días antes dejó sin luz al mismo Diosdado Cabello ejerciendo funciones como "jefe del PSUV", es el preaviso que el colapso eléctrico en todo el país está a la vuelta de la esquina. O sea, que la destrucción del sistema eléctrico que ahora genera penurias en estados como Zulia y Táchira, muy pronto será el pan de cada día en el resto de las entidades federales y en Caracas, pues será habitual que todas las ciudades y pueblos terminen en el medio del caos y la paralización de sus actividades domésticas, académicas y, de por sí destruida economía.
Es más, si los caraqueños ahora protestan casi a diario porque no tienen agua, se podrán ir imaginando el desastre social que podría generarse en esta "urbe" cuando las fallas eléctricas se multipliquen por horas y horas, durante varios días en la semana. Simplemente, al no haber electricidad, no es que la ciudad estará en tinieblas, es que todos los deficientes servicios como el suministro del vital líquido, el funcionamiento del Metro, y las comunicaciones, generarán un estado de conmoción social que hará imposible desde una simple compra, la desastrosa movilización personal, hasta intentar salvar la vida de un paciente en cualquier centro asistencial, aniquilado en su dotación y funcionamiento de equipos.
Por supuesto, para qué imaginarnos, cuáles serán las "justificaciones" de los voceros del madurismo cuando los constantes apagones se conviertan en parte diaria de una historia. Sólo habrá que decir que lo revolucionario será que amanezcamos con luz y electricidad en nuestras casas, y todo ello, en tiempos cuando el madurismo aplica una "reconversión monetaria" – eliminando cinco ceros a los actuales precios - y tenemos una hiperinflación que probablemente sobrepase las cifras millonarias anualizadas en los próximos meses.
Los maduristas deberían ir escribiendo una analogía de El corazón de las tinieblas, al punto que no tendrían problemas en seleccionar entre Cabello y Maduro como principales personajes de una coexistencia entre el conserje y Kurtz. El título de la obra para que no tengan problemas con los derechos de autor, tampoco debería ser motivo de preocupación, en este caso bastaría sustituir la palabra corazón por "sabotaje", y bien podríamos llamarla El sabotaje los deja en tinieblas maduristas. De esta manera, la narración y descripción de la obra siempre "justificaría" porque la cúpula roja nunca tiene luz pensativa, y los ciudadanos carecen de luz eléctrica. Una obra semejante, sería todo un best-seller, porque al ver a Diosdado Cabello desde Venezolana de Televisión, el cómo su imagen quedó totalmente oscurecida, también sería una fulgurante introducción de la novela en cuestión.
Diosdado "sin luz" y Caracas en tinieblas es la combinación perfecta del significado del madurismo. El "hijo de Chávez" porque al carecer de luz propia, es decir nunca la ha tenido, busca afanosamente como ser visto, con la "mala suerte" que cuando la consigue es "saboteado". La ciudad porque se convierte en la permanente acción de un gobierno que desde la capital de Venezuela, nos muestra cómo serán los consecuentes capítulos de la oscuridad y el caos en el país ¿Alguien quisiera escribir el final de esta historia? A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.