"Aquel que corta la cabeza o los pies de quien sobre sale". Mitología griega
De la mitología griega se pueden sacar muchas cosas, y el Procusto, que era un mote, era un tabernero que cuando alguien se hospedaba en su local, y no se adaptaba a la cama, y no le agradaban las extremidades se las cortaba. Cabeza o pies, le daba por igual. Cuando tienes una idea de cabra mocha, hay que seguirla hasta el final, ¡tienes que decir que sí, Procusto!
Bueno, pues esto parece que se aplica hoy a la política venezolana porque aquí hay mucha gente por ahí dando tumbos por detrás, y que necesitamos a un Mesías para hacerlos desaparecer porque no hacen ningún bien a la economía.
Desde hace tiempo comenta alguien por ahí cómo naricean los políticos que tenemos, y no voy a poner el ejemplo fácil de Venezuela, tranquilos, porque pueden ser tan inútiles. Existen tipos, al que el pueblo no respeta, y que trabajan en televisión, y saben de lo que se habla en las calles, y que dan una única respuesta medianamente ilógica para las entendederas: cuando alguien es un inútil en un partido no se le quita del medio, sino que se le manda a otro cargo, y se le asciende… por eso que en Venezuela tenemos a un montón de Procustos sueltos en el mundo de la política, y basta echar un vistazo desde la óptica internacional.
Y porque en Centro América no organizan un caravana para Cuba, si Estados Unidos es lo peor, ya Siria demostró después de todo que se puede destrozar un país siendo ‘demócratas’. Digo esto, porqué no me puedo reprimir: ¿cómo es posible lo que está pasando en Venezuela? ¿Cómo puede Juan Pueblito estar donde está? ¿Cómo puede acaparar los medios? ¿Creen que José Mapuey se parece en algo al Nazareno, o a la herencia que se supone que dejó? ¿Alguien se está empezando a parecer a Stalin, un coherente si lo comparamos con Fidel? ¿Han visto los problemas que tienen Colombia, y Brasil con sus partidos por el tema de los refugiados u otros asuntos que tengan que ver con algo de solidaridad? En fin, y me duele reconocer esto porque la politiquería de baja estofa me cae fatal. Marcos Pérez Jiménez fue el único coherente y, al final, se merece mi aplauso por haber desaparecido los ranchos, y construido la ciudad 2 de diciembre hoy 23 de enero en Caracas, y haber hecho lo que prometió, y haber afrontado las consecuencias.
Y nada, la oposición sigue creando un chiripero de partidos lleno de Procusos (con el negro de primero). En honor a Acción Democrática, y a su irónico nombre, y que parece que van a gobernar gracias a los Juan Bimbas esos…
En nuestro país, el denominado síndrome de Procusto se usa para definir la intolerancia a la diferencia, el miedo a lo diferente. Se dice que cuando un pendejo es elegido para un cargo se encarga de buscar a idiotas más tontos que él, para que no le hagan sombra. Los cambios sociales y/o políticos han estado impregnados en los últimos años por el síndrome de Procusto. Es muy difícil encontrar en el poder personas que acepten que sus colaboradores sean mejores que él o incluso que piensen diferente.
Cuando alguien tiene una pasión, un sueño, una ilusión diferente y está dispuesto a luchar por ella, siempre aparecen Procustos a su alrededor para indicarle que es un iluso, que jamás alcanzará a completar su sueño o que su pasión es imposible de realizar en la política actual.
Los Procustos de nuestro país consideran que no solo tienen derecho a hacer lo que hacen, sino que lo hacen por el bien de la población. Son personas que se escuchan constantemente, que obligan de forma sibilina o de forma impositiva a realizar lo que ellos creen; suelen ser desconfiados, limitan capacidades de actuación, intentan eliminar la creatividad o la iniciativa de otros.
La política venezolana está llena de Procustos; de personas que no admiten la diferencia ni la discrepancia; de quienes ningunean o ignoran a quienes, siendo mejor que ellos, pueden suponer un peligro para su actual zona de confort.
Nuestra legislación está llena de Procustos, ya que en muchas ocasiones, cambian o alteran normas realizadas por expertos para dejar bien claro "quien manda".
Nuestro país, necesita de personas que rompan el síndrome de quienes pretenden eliminar la diferencia enriquecedora, de quienes pretenden igualar a todos con su propio rasero, y evitan la mejora, y el crecimiento. Un síndrome nefasto que impide la mejora con el conocimiento.