Nos encontramos en una encrucijada histórica: la cuarta república que creíamos enterrada por Chávez resucita de la mano del madurismo, versión palúdica del pasado, y amenaza con arrasar con lo poco que nos queda de Patria. Es momento para revisar la historia y desde allí ubicarse. Veamos.
El 4 de febrero sucede sobre las ruinas de la cuarta república ya caduca, agotada. Chávez significa el fin de una época histórica, la superación de la cuarta. Empero, la historia no es recta como se presenta en los libros. Hoy el pasado amenaza con regresar vestido de futuro. Su primer intento fue con maduro pero fracasó, se atascó en el barrial del populismo, de la ineptitud, de la ambición.
Si consideramos la historia con visión panorámica entenderemos que lo que hoy sucede es continuidad de una batalla cuyo inicio podemos fijar el 4 de febrero, pero también, y no pecaríamos de exagerados, lo podríamos situar en abril 1810, o quizá en la insurrección de Espartaco. Es el río de la gran marcha de la humanidad en búsqueda de su verdadera esencia, la lucha contra el antihumano, o si queremos ser precisos, la batalla entre los intereses de la humanidad entera enfrentada a los intereses egoístas de fracciones de ella. El cauce de este río tiene rápidos y también remansos, meandros, no es un rumbo lineal, presenta muchas facetas.
El 4 de febrero fue un triunfo del humanismo, desde allí comenzó un proceso de desarrollo del espíritu humano: regresó Bolívar, Zamora, la esperanza cristiana consiguió concreción amorosa, el egoísmo fue golpeado, la fraternidad prestigiada, los campos se fueron perfilando. El asesinato de Chávez fue un triunfo de la barbarie, y el gobierno de maduro significó el regreso del espíritu de la cuarta, el egoísmo cubrió al país, la relación esfuerzo logro que se venía construyendo sufrió un rudo golpe; el facilismo, el clientelismo regreso a la dirección de la sociedad. Sabemos que maduro fracasó rotundamente, no cabe aquí discutir las causas de la debacle. Ya la historia lo condenará.
Fracasado maduro, la barbarie se lanza sobre el gobierno moribundo, pretenden sobre los escombros del Chavismo que deja el gobierno de maduro afirmar a la cuarta república, a la dominación capitalista. Es un nuevo triunfo de la barbarie, está en ofensiva.
El desastre de maduro facilitó las condiciones para el retorno de la cuarta, y paradójicamente genera su contrario, creó condiciones para que avance lo que comenzó el 4 de febrero, el rumbo que marca el del Plan de la Patria de Chávez, el original, no el bodrio, la falsificación de maduro.
Y ese avance, que es la exigencia de la historia, necesita la delimitación de los campos. Entender que hoy se trata de un enfrentamiento de los campos históricos. Es el capitalismo, egoísta, deshumano, maduro, guaidó, que choca con el Socialismo, el Chavismo, humanista, que se repone del duro golpe de la caída de su líder, Chávez; el Chavismo que se yergue valeroso ante la falsificación y el desastre madurista y la pretensión del gringito guaidó, listo para entrar en combate nuevamente, lleva en su alma el espíritu de Espartaco, de Bolívar, de Chávez.
Los campos están claros, no caben dudas, no hay lugar para ambigüedades, para engaños, que cada quien se ubique donde le dicte su corazón.