Muerto el presidente Chávez el proceso de fragmentación del chavismo pareció adquirir otro carácter. Lo que no quiere decir que no hubiese continuado el movimiento natural derivado de la ausencia del fuerte liderazgo que antes existió.
No olvidemos que antes, en vida del presidente, un grupo de intelectuales de enorme aceptación y respeto en el campo de la izquierda, se atrevió a definir que el proceso revolucionario venezolano padecía del defecto que llamó "Hiperliderazgo", que si bien pareció ser una de sus mayores virtudes, por su efecto unificador, fue una debilidad que pudo generar muchas dificultades en aquel presente y guardar desagradables sorpresas para el futuro. Pareciera ser que aquellos personajes, los muy notables y los modestos o muy modestos, dejaron de ser competentes para nada y sí mantenerlos lo más alejado posible. Viene al caso, pese lo redundante que pudiera parecer, como Maduro en aquella oportunidad descalificó a aquellos de manera indelicada.
A Maduro se le aceptó como el sucesor del "Comandante" con aparente tranquilidad. No porque gozase de un gran prestigio o liderazgo, sino por el acuerdo tácito que era necesario mantener las fuerzas unidas y lealtad a quien había generado aquel movimiento extraordinariamente amplio que coincidía en la audacia de cambiar la sociedad y hacerla justa. Además, la "ausencia absoluta" del entonces presidente, imponía una nueva elección presidencial en lo inmediato, treinta días apenas, y no había otra opción que atender la solicitud de Chávez, sobre todo en las circunstancias en que lo hizo. Maduro gozaba además del privilegio de ser el vicepresidente, algo así, aunque fuese sólo una cosa burocrática, como el segundo de abordo. Además, era muy natural que las huestes chavistas rindiesen un merecido reconocimiento "post morten" a su líder, atendiendo su petición.
Llegado aquí es bueno tomar en cuenta lo que opinó un personaje bastante cercano a los íntimos círculos de poder, aunque por lo que de él mismo uno ha llegado a saber, no lo fue tanto como se cree, según hay asuntos muy íntimos a los cuales no tuvo acceso en los últimos días de la vida del presidente Chávez y clama porque se aclaren. El Dr. Jorge Giordani, en su libro "Encuentros y desencuentros en una construcción Bolivariana", editado por Vadell hermanos, editores, año 2014, en la página 45 se lee, "Ante la discrecionalidad individualizada debe privar la conciencia de un liderazgo colectivo que no tenga temores a equivocarse ante las decisiones que se adopten, sobre todo si esa dirección nace de los trabajadores imbuídos de su responsabilidad de definir un futuro para ellos y sus familias, y en fin de cuentas para el desarrollo de la sociedad en su conjunto," y como si eso no fuese suficiente, en la misma página agrega, "Contraponer el líder mesiánico al líder político colectivo surge como una necesidad impostergable en el caso venezolano, si no se quieren repetir errores de apreciación en la búsqueda de soluciones apoyadas en la lógica del trabajo y no en la del capital."
Es decir, en el 2014, muerto Chávez, Giordani, de los altos círculos gubernamentales, vuelve sobre aquel reclamo de los intelectuales del CELARG. Esta consciente además que el liderazgo de Chávez, impuesto por las circunstancias, la terca realidad, no resultante de una componenda, demanda ser sustituído por uno colectivo. Es necesario, opina, "contraponer el líder mesiánico al líder político colectivo".
Los resultados electorales del 14 de abril del 2014, que convirtieron a Nicolás Maduro en presidente constitucional de Venezuela, estuvieron signados por una estrecha diferencia comparados con los del año 2012, cuando Chávez obtuvo una ventaja de 1.600.828. Pues Maduro apenas sacó una de 224.268 votos, equivalente apenas al 1.49 a su contendor. Por eso, el Dr. Giordani, en el mismo libro pág. 67, dice no sin extrema preocupación, "Resultado electoral que debe llamar a la reflexión en cuanto a la situación del proceso bolivariano y la necesidad de consolidar un liderazgo político colectivo que pueda sustituir de manera objetiva la ausencia definitiva del Comandante Chávez".
La respuesta a esta demanda ha sido intentar construir o fabricar a partir de la figura de Chávez y su liderazgo, nacido de los avatares de las azarosas circunstancias históricas que conocemos, uno similar para Maduro como si eso fuese lo pertinente y lo que lo participativo y protagónico, establecido en la constitución bolivariana, aparte de las razones esgrimidas por Giordani, demandaran y fuese la pertinente forma de sustituir la "ausencia definitiva" del líder natural y mesiánico.
Casualmente, el Dr, Giordani, autor de esas proposiciones y quienes aparecieron junto a él, como Héctor Navarro y Ana Elisa Osorio fueron excluídos del PSUV sin fórmula ni juicio. Justo un proceder ajeno a lo que ellos reclamaron.
No obstante todo lo anterior y quizás por eso mismo, se produjo la desavenencia relacionada con el ex presidente de PDVSA Rafael Ramírez de lo que ya hemos hablado (https://deeligiodamas.blogspot.com/2019/03/venezuela-entrando-en-el-siglo-xxi-de_19.html) y lo que se relacionó a una relativa larga lista de ex
funcionarios de la empresa petrolera acusados de corrupción, a quienes además se les señaló como operadores con la anuencia de aquél. Pero también, la de ex Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, formó parte de quienes desertaron. Si bien Ramírez y quienes le apoyan han mantenido un discurso y oferta en cierta forma distante a los grandes intereses que pugnan por apoderarse de Venezuela, como con la intención de retomar lo que sugieren es el "discurso de Chávez", salvo algunas excepciones como señalaremos cuando hablemos más delante de Douglas Bravo y Toby Valderrama, la ex Fiscal, a nuestro parecer no ha podido explicar convincentemente a los venezolanos las razones de su distanciamiento y discrepancia. Su actitud, desde el principio, de acercarse a los factores nacionales e internacionales contrarios al gobierno desde los tiempos de Chávez, como los gobierno de EEUU, Colombia y hasta la España de Rajoy, han dado sustento a las acusaciones que contra ella y quienes le rodearon ha hecho el gobierno. Por otra parte, es poco convincente la actitud de la ex fiscal al intentar deslindarse de la responsabilidad que tuvo en la toma de medidas contra quienes se habían alzado contra la legalidad y sustituir al gobierno mediante procedimientos no constitucionales y específicamente el uso de la violencia. Habiendo sido quien tomó la iniciativa y dirigió aquel proceso contra Leopoldo López, lo que a este tiene en prisión, no permite comprender "su buena fe", cuando poco tiempo después declara haber sido víctima de un engaño y hasta obligada a actuar en contra de la "legalidad", sobre todo si se toma en cuenta que el fiscal que manejó directamente el asunto López a ella acusó de lo mismo. Veamos cómo explica la ex fiscal, casi infantilmente su relación con el asunto del dirigente de Voluntad Popular: "Me presionaron para que yo dijera que el autor de la muerte de Bassil da Costa y Juan Montoya era Leopoldo. Me presionó Diosdado Cabello".
La explicación misma desdice mucho del personaje y de quien estuvo por muchos años al lado de la dirigencia gubernamental ostentando cargos de gran responsabilidad.
De allí en adelante, salvo el reciente incidente alrededor de Elías Jaua Milano, que no ha tenido mayor trascendencia, como tampoco lo relacionado con el Dr.Giordani y Héctor Navarro, a lo interno el "chavismo" oficial" ha estado como en calma. Algunas aisladas figuras que se nombran y han nombrado, sobre todo vinculados a hechos de corrupción y conductas dudosas, no tienen ninguna importancia ni significación.
*De nuestro libro: VENEZUELA ENTRANDO EN EL SIGLO XXI. DE LO MESIÁNICO. (XVI)
