Caída de Notre Dame y renacimiento de un nuevo ciclo

La catedral de Notre-Dame, o de Nuestra Señora de París, capital de Francia, fue una maravillosa obra de arte, ofrecida por los católicos a la virgen María madre de Jesucristo. Es uno de los monumentos más populares de la capital francesa, como lo señala la página de wikipedia. Se construyó al estilo gótico. El uso innovador de la bóveda de crucería y del arbotante, los enormes y coloridos rosetones, el naturalismo y la abundancia de decoración escultórica lo diferencian de la arquitectura románica. Su edificación se inició en el año 1163 y se terminó en el año 1345 (casi doscientos años, o dos siglos), posteriormente se aplicaron algunas modificaciones, restauraciones y procesos de cambios importantes en 1845, 1963, 1991 y el 2000; pero el 15 de abril de 2019 la infraestructura sufrió daños significativos a causa de un incendio que la destruyó casi en su totalidad. Es importante destacar que la ciudad resurge con una extrema importancia en el campo político, económico (producto de las crecientes relaciones comerciales al mismo tiempo que asciende la burguesía adinerada) y el clero, cuyo resultado fue una sustitución de las necesidades de construcción religiosa fuera de las ciudades, en las comunidades monárquicas rurales, por el nuevo símbolo de la prosperidad urbana, la catedral gótica. En este sentido, como respuesta a la búsqueda de una clase social creciente en el seno de Francia, surge la catedral de Notre-Dame de París. Se conoce más la catedral como Notre-Dame debido a que el editor Gosselin le requirió una novela al escritor Víctor Hugo para fines de 1830, quien vio en este encargo la oportunidad de plasmar su preocupación y convencer a los parisinos de proteger el patrimonio artístico gótico de la ciudad, creando así una historia de romances desdichados, aventuras, con personajes marginales, cuyo escenario sería la catedral gótica de NSP.

El auge de esta catedral a través de sus remodelaciones vino acompañada del poder y control de la iglesia católica quien influyó en las grandes decisiones de la época, hace más de ochocientos años. Ahora su caída, no solo desde el punto de vista estructural tiene una interpretación que va más allá de sus bases góticas. No faltaron los admiradores de NSP, incluido el presidente de Francia, sus burgueses, uno que otro adorador de este tipo de esculturas y los adinerados católicos, en prometer que ésta sería reconstruida nuevamente. No obstante, nadie se pronunció por la obra arquitectónica la Gran Mezquita Omeya de Alepo (construida en el año 715), cuando fue destruida en el año 2013 a punta de bombardeos por las fuerzas aliadas del imperio (franceses, ingleses, israelíes, Isis). El gobierno francés también es responsable y culpable de las guerras existentes en Siria, del bloqueo económico contra Venezuela, del hambre que padecen los pueblos del África, de la contaminación ambiental que azota al planeta, entre otras violaciones. Este acto bárbaro de reconstruir una catedral —se dice que en menos de 24 horas se reunieron 700 millones de euros— nos recuerda la forma como hicieron catedrales los europeos a cuesta de las invasiones y saqueos realizadas en América, solo que en aquella época fue de manera brutal por parte de los inquisidores, en ésta mediante el control de la religión desde el oscurantismo espiritual. A los donantes de la reconstrucción de la catedral NSP poco les importa que, mediante las políticas injerencistas, violatorias de los derechos humanos, por demás genocidas, todos los gobiernos franceses y la iglesia sean los autores de las mismas. Haití fue el único país del mundo que fue obligado a pagar indemnizaciones a los esclavistas después de todos los crímenes sufridos y el obligado a pedir préstamos a la misma Francia (en 1825, 1874 y 1875) actualmente vive en un estado de emergencia; pero como no hay petróleo ningún burgués católico vestido en su "buena fe" ofrece ayuda a este país. Existe un mercado de esclavos en Libia donde pagan la suma de 400 euros por cada ser humano y las mujeres son esclavizadas sexualmente, producto de la invasión de la OTAN a este país. Francia en un "acuerdo de humanidad" ha bloqueado la frontera sur europea, condenando a los inmigrantes a las peores torturas de violaciones, explotación y venta de "carne humana" como lo hicieran en la conquista del nuevo mundo.

Con la caída o la quema de Notre Dame renace un nuevo ciclo, salimos del oscurantismo hacia la luz de un nuevo despertar. "La fe impuesta" por los sotanás del viejo y nuevo mundo dejará de ser tal para entender que ninguna religión es sinónimo de Dios, que la falta de valores éticos que padece la humanidad no son actos de lo que ellos llaman "demonio", o porque se ha alejado de la iglesia o de dios. Todas las religiones, perdieron su norte, se volvieron un nido de cuellos blancos con grandes sumas de dineros en los bancos, de pervertidos sexuales, de protectores de pedófilos, de capitalistas insensibles e inhumanos. El enriquecimiento de las iglesias es tan descarado que no se desprenden de sus riquezas para acabar con la desnutrición, con el hambre, la pobreza y dividir más a la humanidad. Ninguna iglesia fue ni ha sido formadora ni concientizadora de seres que usaran y usen su libre albedrío en la búsqueda de su Yo Superior, de enseñarnos cómo tener una consciencia elevada, de amor a la creación y al prójimo como lo hicieran Jesús, Buda, o Krishna. Su propósito fue y es mantener al Ser en la ignorancia, bajo el dominio de la fe, usando la biblia como instrumento de temor hacia el mismo Dios, con normas estúpidas que ni ellos mismos las practican. La iglesia nunca tuvo el menor respeto por la humanidad, por el contrario creó una desvalorización del mismo, ya que según la biblia no somos nada si no adoramos a un dios que castiga. Ya hay más formación de consciencia porque el control hacia la humanidad se está extinguiendo, por eso se abre un nuevo ciclo de esperanza para la humanidad. Es el tiempo de la destrucción de un ciclo que durante siglos hizo tanto daño; es el tiempo de quitar las caretas a tantos hipócritas que se lucraron de la ignorancia de los incautos, que vivieron a costa de un sistema que les avivó en el poder; es el tiempo de la concientización del respeto a la madre tierra, del valor del Ser Humano, de la verdadera Comunión en hermandad; es el tiempo de dejar de ser autómatas para crear más y más consciencia; es el tiempo de romper todos los esquemas, todos los modelos de atraso para evolucionar en espíritu; es el tiempo de un nuevo renacer para ser libres; es el tiempo de entender que cada Ser Humano es un Dios, que cuando compartamos el mismo pan habremos entendido el milagro de la vida.



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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