El fenómeno no es nuevo, la historia está llena de casos, de doctrinas, de movimientos revolucionarios cuyo espíritu es colonizado por sus contrarios. Estos los vacían de su contenido esencial y se cubren con los restos inocuos de lo que antes fue un volcán.
El cristianismo es el primer ejemplo, transformado en un sarcasmo que avergonzaría a los cristianos primitivos. ¿Qué tiene que ver la inquisición con las enseñanzas de Cristo? Raro el perdón de la hoguera. Bolívar sería otro ejemplo. Su sueño de la Gran Colombia aún espera. El bolivarianismo que blanden las naciones es un buen ejemplo de bolivarianismo sin Bolívar.
Para no ir muy lejos, esto que hoy vivimos no tiene nada que ver con Chávez; al contrario, es su negación. Pensemos ¿qué tiene que ver este desastre con el Plan de la Patria, falsificado, crucificado, sin dolientes?, ¿qué Chavismo es este que pacta con la burguesía internacional?, ¿qué Chavismo es este que habla de invasión extranjera, y sin vergüenza ninguna se reúne con los jefes nacionales de la invasión, con los cómplices del Comando Sur de las fuerzas invasoras? Es sólo la cáscara de Chavismo que cubre a sus peores enemigos.
Está claro que esto no es Chavismo, pero surge otra pregunta: ¿dónde están los chavistas, dónde está el Chavismo chavista? La respuesta es lamentable. Por ahora, no se perciben los chavistas chavistas, por lo menos a niveles dirigentes, el Chavismo chavista está confinado a los rincones del PSUV, allí se manifiesta en murmullos temerosos, desconfiado del prójimo, vive en la masa irredenta que consigue una pequeña grieta para zafarse de la descomunal manipulación que le nubla el entendimiento.
No hay dirigentes chavistas que asuman su legado, no hay herederos que retomen la lucha donde la dejó Chávez, que adopten con valentía al Plan de la Patria; que sean capaces de ir al punto donde perdimos el rumbo, al magnicidio, y lo consideren parte del combate contra el capitalismo, y desde allí con ese espíritu, "Contra la lógica del capital", continúen la lucha; sin melindres, sin ambigüedades que se enfrenten al fascismo y también al regreso a la socialdemocracia de la cuarta república; que planifiquen de acuerdo a las necesidades de la Patria toda, de la humanidad y no a las necesidades personales.
Vivimos momentos muy difíciles, el fascismo asoma desde varias direcciones, el gobierno esta desquiciado, reprime, miente sin ninguna mesura, es capaz de acusar de cualquier cosa a cualquiera, la represión lo desborda, los cuerpos represivos actúan al ritmo de su propia voluntad. Su comportamiento es propio de gobiernos agonizantes. La oposición de derecha, guaidó, muestra su verdadero corazón: son gringos, no tienen el menor reparo en entregar la Patria. Si llegan al gobierno desatarán la mayor cacería de brujas de nuestra historia, encenderán las hogueras de la inquisición. Puede ser que disfracen al fascismo con una democracia burguesa, eso ya lo conocemos, ya lo vivimos en la cuarta. Y si lo anterior fuera poco, aún no hemos podido construir la fuerza chavista que le haga contrapeso a la amenaza fascista. La masa sin líder, sin esperanzas, no atina sino a escapar, a cruzar las fronteras despavorida.
El compromiso del Chavismo es con la Patria, con Chávez, y con el planeta. La humanidad necesita de una referencia revolucionaria que le señale la vía hacia un mundo nuevo, que muestre con claridad que un mundo diferente al capitalismo es posible, que no todo está perdido, que hay razones sagradas para luchar, que hay metas humanistas por conquistar.
Hoy, como nunca antes, tiene vigencia la consigna de Rosa Luxemburgo: Socialismo o Barbarie…