Hasta finales de 2020 tendremos por ahora, en funciones a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en Venezuela, gracias a la decisión por unanimidad de sus miembros. Este anuncio no influyo en el debate de los actores políticos en disputa, ni en el debate entre los ciudadanos y ciudadanos en el país, que se encuentran ocupados en buscar mecanismos para sortear con éxito las consecuencias de la crisis. Ahora bien este hecho político merece ser problematizado, puesto que por su naturaleza no es inerte y conviene conocer sus repercusiones.
Toda iniciativa constituyente debe tener como objeto ser un espacio donde se debate la construcción de un nuevo pacto y así lo expusieron sus promotores. Los venezolanos y venezolanas al aprobar esta iniciativa, establecimos un mandato: mejorar "contrato social". Y para ello tenemos un referente reciente y fundamental: el proceso constituyente de 1999.
Hoy se constata que los diputados y las diputadas de la ANC en su conjunto no están incorporados en una dinámica para generar un vigoroso proceso de participación de la sociedad venezolana para la generación de propuestas que puedan ser susceptibles de ser consideradas en una discusión sobre el texto constitucional, al contrario se encuentra inmersos en una marasmo burocrático y sin interlocutores. La ANC como cuerpo colegiado esta subordinado a Miraflores, por lo cual el debate y las decisiones en su seno están prescritas, en consecuencia sus actos se restringen a la aprobación de leyes constituyentes para viabilizar la acción del gobierno bolivariano y emitir pronunciamientos sobre algunas situaciones coyunturales.
¿Qué puede ayudar a explicar esta situación?. Las condiciones que dieron origen a esta segunda convocatoria en menos de veinte años. En 2017 a la Asamblea nacional (AN)se constituyó en una amenaza factible en manos de la oposición al chavismo, igualmente estos actores asumieron la violencia como herramienta política y contaron con el respaldo activo de los actores económicos para sus planes. Ante esta coyuntura Nicolás Maduro impulsa la iniciativa constituyente en términos reales con un propósito: generar una alternativa real a la acción legislativa de la AN (afectada por el Tribunal Supremo de Justicia) y de esta manera contar con capacidad expresa para accionar en los contextos donde la intensidad del conflicto escala rápidamente y existen limitaciones para hacer cálculos políticos de mediano y largo plazo
Hoy la ANC amplía su compás de actuación y solo lo hechos darán cuenta de cómo terminará su aporte al país, por ahora sigue en mora con los venezolanos y venezolanas al no desarrollar un proceso participativo y protagónico de consulta con todos los sectores del país en función del debate constituyente. Al final si cumplen, surgen dudas como ¿Un nuevo texto constitucional puede ser aprobado en elecciones?, de no haber posibilidades de aprobación ¿el chavismo impondrá una nueva Constitución sin la aprobación popular?.Constituyente en mora