La crítica de un militante, de un compatriota, es una palabra carga de
mucha fuerza, de buenas energías, de mucho amor que nos orienta, guía,
defiende y protege como una Madre. Es importante resaltar la
naturaleza de la crítica revolucionaria, genera oportunidades para
cambios, en revertir las actitudes y acciones que desplegamos a diario
si estas son nocivas en liberadoras. La crítica es una herramienta
constructora nunca puede ser entendida para descalificar, chismear,
acosar, agredir, reprimir, murmurar ni desequilibrar las emociones o
en su defecto dar opiniones ambiguas. Quiénes desempeñamos
responsabilidades en el Partido, estamos llamado a ser voceros del
Pueblo, sin dejarnos llevar por las pasiones o las emociones. Debemos
ejercer las opiniones que nuestra gente pide transmitir con una
inminente naturaleza popular, y con un gran sentido de responsabilidad
política.
Ahora preguntémonos a lo interno de nuestra organización política: ¿Es
un acto revolucionario hacerlo?, ¿Es momento de criticar o de callar?.
Vayamos al debate, a la discusión y expongámoslo.
Yo, respondo con una frase de Mi Cmdt. Chávez: “Un revolucionario no
puede quedarse callado, debe alertar al gobierno revolucionario, esa
debe ser la actitud de un verdadero revolucionario, la autocrítica
debe ser un látigo para hacernos despertar si nos hemos dormido en el
camino.” El Cmdt. Chávez, nos convocaba a realizar el uso de la
autocrítica donde fuéramos capaces de analizar nuestros problemas con
madurez política, consciencia, claridad del momento actual, humildad,
compresión con capacidad de oír y entender la sinceridad de quien la
expone, de quien nos cuestiona.
El papel de la ejercitación de la crítica promueve acciones para la
transformación de las amenazas, de las debilidades dentro del seno de
nuestra organización en fortalezas, en admitir y corregir los errores
o en reducirlos evitándonos caer en el fracaso. Es una herramienta
pedagógica para la rectificación constante, para alertarnos de los
defectos que lastiman nuestra fuerza ideológica.
El traidor, descalificador, chismoso e intrigoso, son los principales
enemigos de la mentalidad critica, teoría critica, la pedagogía
critica, La señalan de indisciplinara; la apartan con el acoso;
aislamiento; la burla, censura, Así trabaja el adversario interno para
dominarnos, inmovilizarnos y mantenernos dentro de una cultura del
silencio. Hacerlo o defender ese tipo de practicas en la que se nos
prohíbe interpelarnos, interrogarnos y cuestionarnos rigurosamente sin
autoflagelarnos, seria una traición a Chávez, criticarnos no es un
acto para producir insatisfacciones, para exponer nuestro descontento,
resentimiento o disgusto, no para eso no es la crítica, sino para
llevarnos a conocer la verdad, y forjar nuestra confianza con el
Pueblo.
Es el momento oportuno para dar opiniones adecuadas a la realidad
actual, sin estar abrumado por las presiones, desespero emocional
negativo o por las circunstancias causadas por el imperialismo y sus
aliados, luchemos por exponer lo que creemos correcto con criterio,
con espíritu de búsqueda de la verdad, más allá de la anécdota, sin
intenciones perversas de mala voluntad que buscan solamente el
escándalo, que buscan solamente la división, que buscan solamente la
destrucción, que buscan Poder con intereses meramente personales.
Querido Compatriota, opinemos con conocimiento profundo, como
resultado de esa opinión brindemos propuestas y acciones concretas,
valorando el esfuerzo tenaz de quiénes hablamos, sin obviar que son
seres humanos. Termino citando a un gran escritor romano Séneca
« Lo importante es saber cuándo hablar y cuándo quedarse callado».
Camarada callar cuando se podría hablar, favorece a la mentira, la
injusticia, el abuso y la prepotencia.
"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio". Proverbio Hindú
