(REVOLUCION SOCIAL-CULTURAL PARA VIVIR HUMANAMENTE)
Las pestes no son simples: nano presencias migratorias, virus viajeros sin destino, casualidades, O se reducen a castigo O expiación. ¡No! la cuestión es bien complicada y su origen soporta numerosos abordajes, en las diversas ciencias. Historiadores profesionales del período medieval, se han ocupado de reunir datos: políticos, sociales-económicos y ambientales, que les lleva a relacionar las carestías y hambrunas, con las enfermedades y pestes en un buen trecho de la historia humana europea.
"En los años 1313-1317(…) sobreviene una carestía general en toda Europa. Desde aquel momento se intensifica el ciclo recurrente entre carestías y epidemias : una población debilitada por la sub-alimentación a que la han sometido uno, dos, tres años de malas cosechas, ofrece menos resistencias a los ataques de la enfermedad"-- Y allí abordan--- "la peste negra de 1347-1353" (…) " Es cierto, pues, que en todo el período de 1317 a 1348, una serie de carestías y epidemias mina cada vez más el patrimonio demográfico y biológico de toda Europa. Y es sobre este mundo humano debilitado sobre el que se abate la "muerte negra", la "gran muerte" (1).
La alimentación como elemento fundamental en la reproducción humana, y la conformación y sostenibilidad de las sociedades, ha sido tema tratado de todas las formas, desde las visiones más sencillas, pragmáticas, hasta ingenuas, y, las de los científicos sociales y sus formulaciones teóricas acerca del vivir humano, y por otra parte, las abundantes e influyentes posiciones, justificadoras de las desigualdades sociales con su correlato de pobreza, miseria, enfermedades y pestes.
Las hambres y las penurias, además de ser "caldos de cultivo" para las enfermedades y pestes, han propiciado cambios radicales en las sociedades. Hace poco tiempo, en la vialidad terrestre que lleva a Lisboa, desde España, pude apreciar plantaciones de árboles, donde muchos de ellos no tenían corteza, se trataba del Alcornoque, del cual se elaboran los conocidos corchos, numerosos objetos artesanales; teniendo además esta planta propiedades medicinales. Esta plantación me recordó una vieja lectura sobre Mao Zedong, joven estudiante de la universidad de Pekín, y a su vez empleado en la biblioteca universitaria, del impacto que en sus visitas a su aldea de Shaoshan, en la Provincia de Hunan, le producían los árboles sin corteza, que, en aquellos tiempos constituían en buena parte, el alimento de los campesinos pobres.
Como sabemos, la inmensa y milenaria china, la de las dinastías de siglos, la de los señores de la guerra, la de las desigualdades, hambres y pestes, la acosada política y militarmente por las potencias de la época; hoy ocupa el centro del interés mundial. Sobre Esta Nación independientemente de las múltiples visiones que podamos tener en cuanto a sus posiciones económico-políticas, no deja de sorprender el vertiginoso despegue y desarrollo en sus setenta años, en la economía global.
La Nación asiática ¡CAMBIÓ RADICALMENTE! Ahora bien, ese poderoso salto desde la inenarrable pobreza, de conflictos y contradicciones, de desigualdades, hasta alcanzar una fulgurante presencia de dominio, en el mundo de la producción y el comercio; tan bien es observado con creciente intranquilidad por los críticos de la "sociedad de consumo", que cada vez se sienten más alarmados y desolados por el avance destructivo del planeta, donde la explotación del subsuelo se incrementa, y, las tierras, el agua, y todo ser viviente, al igual que la atmósfera son sometidas a severas intervenciones y manipulaciones químicas; en un contexto de agresivas competencias de mercado, y acumulación de ganancias, cuya premisa impone la producción de objetos efímeros, en el marco filosófico-codicioso-empresarial de la obsolescencia programada.
¡Claro!, hablar de China, siempre será en grandes dimensiones: dinastías de siglos, la gran Muralla, inmensa población y territorio y, en la época actual, alucinante producción y comercio, y un proyecto gigantesco definitorio del poder económico político mundial: La Ruta de la Seda.
Muchas veces a través del arte, se expresan complejas y sensibles situaciones de las sociedades. Tal cosa la percibimos el 2018, en el Museo Guggenheim de Bilbao, donde la artista plástico lusitana: Joanna Vasconcelos, invadió ese modernísimo recinto cultural, con una "instalación museográfica" que se asemejaba a un gran Dragón, construido con una infinita y alucinante diversidad objetual de origen chino, que recorría y poblaba casi todos los espacios museísticos.
A dos años de aquella significativa experiencia del arte, y dadas con tanta fuerza la agudización de contradicciones por la supremacía mundial en cuanto a la producción y comercialización de bienes y servicios de consumo masivo, entre el gigante asiático y el águila imperial, aliñado ahora, con el ingrediente de la Ruta de la Seda; nos ha llevado a pensar que estas estrategias geo-políticas, acciones y avances de la economía China, en la práctica liquidaban las viejas aspiraciones de un "gobierno mundial" liderado por el viejo hegemón norteamericano.
Pero, por esas cosas del "vivir de lo humano", donde participa la razón y la sinrazón; en el cosmos político y biológico de nuestro planeta, aparece un potente agujero negro (Corona virus) que tragará vidas, nadie sabe cuantas, y durante cuanto tiempo; que afectará a su vez catastroficamente la estructura económica actual, y, sospechamos, que tal cosa se extenderá, estropeando sensiblemente los grandes planes, proyectos y aspiraciones de dominio de los feroces adversarios en pugna. Esta sobrevenida situación implantará en buena parte de la psique colectiva las crecientes dudas sobre nuestro desempeño humano como huéspedes del planeta; y colocará en el yunque de la historia las teorías e ideas existentes, a ver si con el fuego invisible pero real, nos atrevemos a forjar sociedades menos competitivas y más solidarias; ensayando un mayor acercamiento a una mejor condición humana.
Y, si no somos capaces de alguna racional y exigente sindéresis, unificadora de las ciencias y recursos globales para detener cuanto antes el ritmo ascendente de la Pandemia de la corona virus y su verdugo el covid-19, su expansión, magnitud y cuantía de daños en los próximos "rebrotes" quizás sería imposible pronosticar. Eso sí, Proliferarán inútiles salidas individuales, improvisadas Arcas de Noé: Yates con reducidos, aterrorizados y acaudalados grupos familiares, anclados en el océano, O en bunkers, en aisladas montañas.
Ante tal peregrina y esquizofrénica idea, lo sensato sería revisar lo andado en este decadente proceso civilizatorio ,si es que de eso se trata, y cuya extinción parece anunciarlo el "Virus". Esta tarea no espera, se impone. No faltarán las expresiones expiatorias como la de los "flagelantes" del siglo XIV, o las de los "imaginativos" de hoy que comienzan a ver en el "Covid-19", a mutantes alienígenas que vienen a poner orden en este descarriado planeta.
¡No! La vida de esta especie humana no acabará aquí, aquí lo que puede ocurrir es el inicio O los pininos de una nueva conciencia, de un cuestionamiento feroz, de tanta soberbia del poder establecido a escala planetaria, de tanta mala gobernanza, de tanto miserable exterminando el mundo que habitamos, y expropiándole la vida y talentos a los hombres y mujeres.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL
Romano Ruggiero/Tenenti Alberto/Los fundamentos del Mundo Moderno/Siglo XXI Editores/Volumen 12/pags 3-6/1971(A propósito de la Peste negra: 1347-1353)
(*) Como dijera Borges "Detrás del nombre hay lo que no se nombra"