No milito en partidos. He tratado de seleccionar por quiénes votar a la Asamblea Nacional (AN) lo más objetiva y racionalmente posible, de acuerdo al momento que vivimos, a las opciones reales de los participantes y a las coincidencias políticas a lo largo del tiempo con los seleccionados, intentando deslastrarme de simpatías y antipatías personales y políticas, siempre presentes y no fáciles de dejar de lado. Mi selección, como toda escogencia, está influida por la experiencia inmediata y mediata en la materia, la cual ha sido muy abundante y aleccionadora desde hace muchos años. En 2009, en las elecciones para la AN, participamos como Movimiento "De Frente con Venezuela", en alianza con Patria Para Todos, y enfrentamos la polarización política ya existente entre el PSUV y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Luego del triunfo del gobierno, magnificado por el sistema electoral mayoritario creado inconstitucionalmente por la LOPRE, la alianza no persistió pese a haber obtenido una buena votación. La mayoría del PPT corrió a echarse en los brazos de la MUD, mientras el resto minoritario de sus dirigentes huyeron en sentido contrario y regresaron al Polo Patriótico, de dónde habían salido por el desprecio y desatención de Chávez hacia sus propuestas. Con este corto relato dejo claro que nunca he estado con la oposición que juega al inmediatismo violento desde hace dos décadas. Nos acercamos luego al Movimiento al Socialismo (MAS), que venía de abandonar a la mencionada alianza opositora, por tener fuertes contradicciones con sus políticas. Con el MAS, OPINA, Bandera Roja y otros grupos pequeños, creamos una alianza que enfrentó en 2015 de nuevo al gobierno y a la MUD.
Fuimos derrotados por la polarización, pese a que teníamos un programa legislativo que ya quisieran otros tener. Líderes como Claudio Fermín, Henri Falcón, Timoteo Zambrano, Eduardo Fernández, Enrique Ochoa Antich, Rafael Simón Jiménez, Simón García, apoyaron entonces las propuestas de la MUD o por lo menos votaron por su tarjeta. Tiempo después pasaron a enfrentarla, unos antes que otros, debido a los errores y locuras cometidos por ésta desde enero de 2016. En 2018, participamos de la alianza que presentó la candidatura presidencial de Henri Falcón, que agrupó al MAS, Avanzada Progresista, COPEI, Bandera Roja y los grupos que luego constituirían Soluciones y Cambiemos, además de otros partidos, algunos regionales, y personalidades como Eduardo Fernández, Enrique Ochoa Antich y Leonardo Carvajal.
Con la mayoría de ellos, pasada la elección presidencial, participamos en el intento de constituir lo que se llamó la "Concertación por el Cambio", alianza orgánica para la definición de políticas y la participación en los venideros procesos electorales. Luego de un inicio promisorio, la alianza dejó de funcionar por distintas razones que en este momento no detallaré. Con el MAS, Avanzada Progresista, Soluciones, Cambiemos y Bandera Roja, continuamos las gestiones para entablar un diálogo con el gobierno, ante los fracasos habidos en este sentido con el extremismo opositor. El éxito habido permitió el funcionamiento de la Mesa de Diálogo Nacional, la designación del nuevo CNE y el inicio del proceso de elección de la nueva AN. Parte del llamado chavecismo disidente, representado por Gustavo Márquez, acompañó con seriedad este esfuerzo.
Trabajamos para que los partidos actuantes se mantuvieran juntos y así avanzar una misma propuesta electoral y lograr acuerdos con otros participantes. En esto coincidimos siempre con al MAS, adalid durante años del diálogo, la unidad y la salida pacífica y democrática, quien sirvió como anfitrión de las reuniones. A pesar del fracaso de estos intentos, los hechos ocurridos me hacen valorar positivamente al MAS, por su actuación transparente, su consecuencia política y su gran desprendimiento. Votaré entonces por el MAS y llamo a votar por su tarjeta. Sin desmerecer en absoluto el intenso y eficiente trabajo de Soluciones y Redes, en la organización del movimiento popular nacional; ni las movilizaciones de calle de Avanzada Progresista, con un grupo de dirigentes calificados a la cabeza; ni tampoco a la presencia permanente de Cambiemos, su liderazgo joven y sus posiciones mesuradas.
Más allá de quienes han sido compañeros inmediatos de lucha, debo reconocer la sensatez del esfuerzo realizado por la Unidad Político Popular 89 de Reinaldo Quijada, Alternativa 1 y el liderazgo serio de Unión y Progreso.