Si la burocracia china dice ser socialista; si Ortega en Nicaragua dice ser revolucionario; si la burocracia cubana dice ser antiimperialista, o si Nicolás Maduro dice ser anticapitalista … entonces nada extraño tiene que Atilio Borón "reivindique" a la Comuna de Paris (I).
Las historietas de Atilio Borón tuviesen un poco de diversión si no fuesen porque está claro que son para acuñar la justificación de regímenes que en última instancia son espejo de todo lo que él dice es "La derecha". Son relatos más bien cargados de cinismo que ahondan en las penas que sufren pueblos enteros en buena parte del mundo. Su autor, Borón, se mueve en un terreno campista, por ello, aunque Maduro elimine el salario a la clase trabajadora, él levanta la voz en su defensa: ¡Es un gobierno de izquierda asediado por el imperialismo!, dice.
Una vez consumada la derrota de La Comuna de Paris (A sangre y fuego, por supuesto), Louis Adolphe Thiers, jefe del poder ejecutivo francés, dijo que el espectáculo del suelo parisino cubierto de cadáveres de los militantes y defensores de La Comuna, serviría de ejemplo para quienes nuevamente osaran levantarse contra el orden burgués. Así piensan y actúan los poderosos de la derecha, ayer, hoy, en todo momento. O, mejor dicho: Así piensan y actúan los poderosos de todas las derechas.
La derecha, sea del color que sea, persigue, hostiga, reprime y un largo etcétera. Eso, lógicamente lo hace la derecha que también defiende el señor Borón. En nuestro caso en Venezuela padecemos las políticas ultraliberales del gobierno militarista de Maduro y sus aliados de todo pelaje, materializando la traición de un proceso de cambio que, con todas sus contradicciones, había avanzado en algunas conquistas de tipo social y económico en favor de las mayorías.
No hubo en ningún momento una dirección política a la altura de lo que se movía en ese proceso aguas abajo y quienes estuvieron al frente, desde el mismo gobierno, con Chávez a la cabeza, se encargaron de que no hubiese las condiciones democráticas para que algo así tuviese posibilidad. Al igual que en Rusia, China o Cuba, salvando las distancias de cada proceso o revolución, aquí lo que se impuso fue una burocratización reaccionaria de lo que se había levantado desde lo más profundo de la población y había golpeado de muerte el régimen de los 40 años de adecos y copeyanos.
Es parte del genuino balance que nos debemos los trabajadores y todos los sectores explotados de la sociedad; no solo pensando en la recomposición y recuperación de nuestras fuerzas y luchas con sentido y criterio de clase, sino para limarles definitivamente la "charanga" a los intelectuales campistas que con sus elaboraciones y todo tipo de hierbas aromáticas pretenden hacer creer que solo existe una derecha.
Así como el prusiano Otto Von Bismarc y el Francés Louis Adolphe Thiers, a pesar de siglos de guerras prusiana-francesa, se pusieron de acuerdo para enfilar filas contra La Comuna de Paris, así obran en la chiquita las cúpulas de la burocracia y el capital para maniatar de mil maneras toda experiencia que intenten levantar los pueblos con sus propias banderas. Así negoció Stalin con el imperialismo occidental en su momento, así aconsejó Fidel Castro a los sandinistas en los 80 …
La Comuna de Paris es realmente reivindicada por todas aquellas revolucionarias y revolucionarios que luchan por un mundo sin opresión de ningún tipo. Fue una inconmensurable gesta del movimiento obrero francés que. 150 años después sigue siendo una brillante fuente de inspiración y enseñanza para todos aquellos sectores que entienden que la emancipación definitiva es tarea única y exclusiva de ellos mismos.
Y en ese camino hay que tener claro que existe más de una derecha. Que además de los gringos, los chinos y los rusos también son imperialistas y que todos si a algo le tienen pavor es a la posibilidad de que los trabajadores se organicen y se levanten, así como lo hicieron los obreros en Paris en 1871.
En Venezuela tenemos la enorme tarea de levantar un gran movimiento obrero y popular que sea capaz de obrar con un programa de lucha propio; que confronte por igual a las cúpulas de derecha del psuv-gobierno/oposición patronal y sus respectivos aliados de la gobernanza mundial.