Con el pueblo hasta la última consecuencia.
Jorge Arreaza.
Mientras escucho un concierto de Leo Dan en New York del 2019 voy conversando por WhatsApp con un amigo, y estoy pensando en cómo escribir algo tras la heroica batalla que acaba de dar Jorge Arreaza, entonces se me va ocurriendo lo siguiente.
Jorge hermano escucha esta reflexión histórica como una de las tantas que oíste en estos días de tanto trajinar. Transcurrían los duros años guerrilleros cuando las cosas se hicieron más difíciles por allá en la década de 1960. Fueron añadas de mensajes muy profundos y de respuestas petrificadas.
Entonces una inocente y obligada profesora de esas que visitaban los pueblos de vez en cuando en las más lejanas y olvidadas sabanas venezolanas logra entrar en una derruida aula de clase, inmediatamente pregunta a sus alumnos cuál de las clases les causaba más problemas, enseguida un muchachito delgado el cual había superado todos los episodios de lombrices responde sin empacho; ¡profesora la única clase que históricamente nos tiene jodidos es la clase burguesa! Botaron al profesor y tuvo que salir corriendo pues ya venía la Digepol a torturarlo y desaparecerlo.
Ahora, para entender lo de Barinas sigo conversando con mi gran amigo W. Gómez oriundo de esas tierras y lo primero que me afirma es que muchos hablan y con mucha razón de los andinos, pero se olvidan que los llaneros de vez en cuando echan una vaina sin avisar.
Prosigue; a pesar que Arreaza le metió su corazón a la campaña pero hoy perdiendo las elecciones sale como un líder incuestionable, todos sienten que lo de Barinas también es el reflejo de todo el país. Pero sin perder de vista que tenemos un gobierno el cual tiene su base en el voto y la defensa como un ejército es el pueblo, siendo este en su mayoría revolucionario con toda su conciencia y moral. Pueblo constructor, inspirador de cambios, pero también armador de sus propias derrotas cuando no ve obras, cuando siente los daños de sus anteriores mandatarios regionales y con todo esto, Arreaza aumentó la votación para el partido. Hizo comprender que lo importante no se da en una noche o en un día, ese es el mayor triunfo que Arreaza deja en todo el pueblo llanero y al resto del país.
Todo nos indica que debemos y tenemos que hacernos cargo como responsables de este proceso al cual debemos darle el tono más alto de revolución. Aun cuando sea duro y se generan discordias no podemos hacer lo que cada uno quiere, así veamos que otros como los de la oposición venezolana no sientan la virtud de país y que la gente nuestra haya votado en Barinas como en el Zulia con una gran arrechera por tanta desidia al ver como se desperdician los liderazgos o cuando nuestra gente que ayer votó por la propuesta bolivariana hoy vota en contra mientras la abstención supera la mitad del patrón electoral, todo esto debemos comprenderlo y enmendar tantos daños, aún estamos a tiempo, así muchos sigan sintiendo que esto de verdad no es una revolución, nosotros debemos seguir luchando y ese es la mejor enseñanza de Arreaza.
Por eso necesariamente debemos ser responsables ya que fuimos nosotros los que apoyamos a Hugo Chávez desde aquel 4 de febrero de 1992 y en 1998 lo hicimos presidente y posteriormente volvimos a elegirlo, nosotros somos responsables y ahora ni podemos bajarnos ni cambiarnos de país y menos en este momento. Con Chávez todos conocimos que Sabaneta existía, aquello parecía una fábula cuando escuchábamos las narraciones del comandante y así hoy perdamos hasta en su ciudad natal debemos seguir luchando.
Y como de recordar también se trata debemos tener presente ejemplos valiosos que para algunos momentos tuvieron que ser muy duros, como cuando Fidel Castro le puso freno hasta a su misma familia. Porque así estemos en un gobierno nuestros hermanos no pueden convertirse en una especie de familia real. Aquí tiene que acabarse que los derechos de sangre dan poder e impunidad, esto acaba gobiernos. Aquí por parentesco familiar nadie debe tener derecho automático a seguir siendo gobernadores, alcaldes, legisladores, diputados, concejales y hasta creerse el derecho que familias enteras manejen ministerios y que los demás que tienen mérito y compromiso se queden mirando en la cola.
El que tenga aspiraciones que se gane los méritos en la calle sufriendo con las penurias que atraviesan miles a diario y que el PSUV se termine de colocar las pilas y como partido serio y comprometido deje de seguir pasando estas groserías las cuales después se pagan y con creces.
Así verán como muchos sin cargos de dirección están estacionados como una inmensa reserva moral y como tal desde su opinión dan ejemplo de rectitud, auténticos y positivos para las exigencias que está esperando el país, y de seguir como vamos a Venezuela entre todos la estaríamos lanzando a un abismo.
Aun cuando parezca que el caso Barinas nos deja un vacío o una desolación sus intenciones deben tomarnos como participantes advertidos en nuestras responsabilidades las cuales no podrían irse a peor, así pase o acontezca cualquier aspaviento. Si en Barinas tuvimos una derrota electoral la misma no es política y esto nos enseña que los cargos no son eternos, pero sí debemos hacer todo lo posible por eternizar el ejemplo de un pensamiento encaminado hacia las ideas bolivarianas que sí son de cambio.
Por eso la actual situación de Jorge Arreaza a pesar de muchos hechos los cuales no pudieron pasar inadvertidos arrastró daños de años atrás y tan fácil hoy no se pudieron superar. Arreaza nos enseña las fibras de un verdadero cuadro político el cual en ningún momento se acobardó aun cuando nuestros militantes cuestionaban la irresponsabilidad de anteriores mandatos.
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Por allí se dice que quisieron quemarlo políticamente y al contrario han logrado elevarlo como un político bueno, claro, estratégico. Hoy, Arreaza queda en el escenario político como pieza importante con futuro y liderazgo para asumir nuevas responsabilidades.
Finalmente, nada le pasará a este proceso que no se le haya advertido…
Hasta más pronto…