América Latina, parece como un manicomio y también uno de esos pueblos, como Comala, de la novela "Pedro Páramo", de Juan Rulfo, donde hay muchos muertos por las calles y gente como Juan Preciado que intenta cobrar una herencia inexistente.
Y es un manicomio donde la izquierda, dado el cuadro conformado por la actitud por demás vigilante de los gringos que intentan impedir que sus competidores por el dominio capitalista, chinos y rusos, no se le metan por los palos, se divide en toletes y se enfrentan tolete con tolete.
Es evidente que Boric, el recién electo presidente de Chile, Pedro Castillo de Perú y hasta Gustavo Petro, quien es señalado como el preferido en las encuestas para ganar las venideras elecciones colombianas, ponen mucho énfasis en dejar constancia de su distanciamiento de Maduro, a quien unos acusan de dictador y los más benévolos de "líder" de un proceso fracasado. Y eso sucede porque, por las razones que sean, como la diáspora y las noticias que por allá llegan, lo que aquí acontece no es como muy bueno y menos digno de tomar como ejemplo y menos para apoyarle.
Es decir, parecieran más interesados en distanciarse de Maduro y hasta denunciarle, que de las malas intenciones contra sus pueblos del capital imperialista
El mismo Maduro y sus cercanos, ven como enemigos acérrimos a quienes hay que marginar y hasta hacen objeto de sus ataques primarios y más contundentes, a quienes en lo más mínimo discrepen, como en el asunto de los salarios y las concepciones del Estado, liderazgo y partido.
Y es nuestro espacio, como un pueblo marchito y hasta un cementerio, tal como Juan Preciado vio a Comala, porque hay mucha gente que pareciera estar viva pero metida en el cuerpo y la cabeza de los muertos y de aquellos que se "fueron" sin entender nada. De donde uno teme sean los muertos que se salen de las tumbas y se meten en los cuerpos de los vivos.
Y eso parece Venezuela. La derecha, el imperialismo mismo, parecen haber horadado cuerpos y cerebros de mucha gente antes en la izquierda y les maneja como marionetas y hasta están poniéndoles a esta sus ideas y discursos en el cerebro y en la boca.
Uno lee por los medios a mucha gente que cree estar ayudando al gobierno y a un proceso que suponen revolucionario, que además definen como socialista, lanzando consignas contra el derecho a las jubilaciones de los trabajadores, lo que al FMI y al capital alegra y entusiasma. De donde uno sólo atina a pensar que esto es una locura colectiva y un manicomio. Para estos, los jubilados, como maestros, docentes y trabajadores todos, parecieran no tener derecho a jubilación y por supuesto, es lo inherente, tampoco a prestaciones sociales ni nada que el patrón deba desembolsar. Es decir, supuestos izquierdistas y revolucionarios, asumen el discurso del patrón y el capital.
Ahora mismo, por el asunto del referendo, que tuvo un final avisado, y guerra avisada no mata soldado, en sectores de la izquierda ha provocado reacciones tan inesperadas que parecieran haberse pasado para el lado del gobierno de EEUU y sus perritos falderos, Leopoldo López y Guaidó, en un salto de talanquera tan espeluznante que está pidiendo la violencia para salir de Maduro, justo en un momento cuando la derecha pareciera haber, por lo menos, engavetado eso hasta nuevo aviso.
Y uno que es bruto, es cosa de herencia, por eso fuimos solidarios con quienes en la década del 60 cometían errores a granel, no entiende como hay gente que eso del referendo les tomó de sorpresa, tanto para dar ese salto de talanquera tan grande que los lleva al espacio de los guarimberos y ejecutores a lo interno de la política que diseña el Departamento de Estado.
Hoy he leído, con verdadero asombro un artículo de Toby Valderrama, titulado "El revocatorio falló: tiene la palabra la partera de la historia...". https://www.aporrea.org/ideologia/a309468.html
Es una expresión extraída del marxismo, que por cierto tanto solía usar Domingo Alberto Rangel, usualmente usada fuera de contexto. Pues para Marx, la sola lucha de clases, en la que el capital se apropia de la plusvalía, es violencia y esta tiene muchas formas de expresarse. Un solo mirar de reojo es violencia. Sólo que ella, la violencia, tiene sus grados y diferentes dosis. ¡Cómo es violento el nacimiento, el aparecerse a la vida!
Hasta García Márquez, habló de ella, cuando dijo, "la violencia en América Latina, y principalmente en Colombia, es un fenómeno de toda su historia, algo que nos viene de España. La violencia es la gran partera de nuestra historia". Se refería el Gabo a la violencia de la cual ha sido víctima a lo largo de su historia el pueblo colombiano y en la cual se formó y frustró el Coronel Aureliano Buendía. La violencia tiene distintas caras.
La violencia ha venido siendo practicada por la derecha en Venezuela, en estos últimos 20 años, con la colaboración estrecha de gobiernos de EEUU con fines por demás conocidos. Y si algo hasta ahora ha permitido un vínculo entre toda la izquierda, incluyendo la que anida en el gobierno y los sectores progresistas, ha sido el rechazo a esa violencia en la que de tener éxito el capital internacional, el gobierno de EEUU y la UE, saldrían favorecidos, mucho más de lo que ahora han sido. Por eso Bush, Obama, Trump y Biden dijeron y dicen que esa opción siempre estará sobre la mesa. Es la manera ideal para desintegrar al país y hacer con lo nuestro lo que les venga en gana.
Es cierto, incomoda, que a uno, por una razón u otra, le marginen, no le tomen en cuenta y peor si uno ve a un proceso hermoso, iniciado por Chávez, acercarse al barranco por la repetición de errores, pese los tantos reclamos y advertencias de gente buena, abnegada y con cierta coherencia. Y debe ser más incómodo, cuando se estuvo entre los altos mandos, con todo lo que eso se deriva, para terminar excluido y hasta ignorado. Uno de eso sabe. Pero no es suficiente para que eso nos disloque, saque de casillas y comencemos a dar saltos compulsivos que pudieran terminar haciéndonos caer y hasta muellemente en el campo enemigo.
Ha dicho Valderrama "Puede ser que un caracazo precipite la acción de los militares."
"Un caracazo", como aquel de 1989, fue desatado por circunstancias por todos conocidas, por aquel cuadro derivado de las malas políticas de los partidos de la IV República y acelerado por el acuerdo entre el gobierno de Pérez y el FMI. En verdad, no es estrictamente valedero decir que aquello fue algo fortuito, pues había causas y motivos suficientes, pero sí que fue un estallido espontáneo, sin dirigencia ni planificación.
Pero Valderrama pareciera hablar de otra cosa, sobre todo cuando plantea como el deseo que eso se produzca "para que precipite la acción de los militares". https://www.aporrea.org/ideologia/a309468.html
Según el diccionario, precipitar significa, "Hacer que un acontecimiento o un proceso suceda o se desarrolle de una manera más rápida, acelerada o apresurada". Es decir, lo ideal sería que se reproduzca un hecho como el caracazo, uno supone de buena fe que sería con las mismas características del de 1989, pero no para que el gobierno tome conciencia, revise, ajuste muchas de sus políticas, como las salariales y hasta las estratégicas que se vienen tomando en materia económica y social, sino para actúe de catalizador y "precipite" la intervención militar.
¿Pensaron bien Valderrama y su socio cuando escribieron eso? ¿Sólo se dejaron llevar por la rabia y la frustración que les produjo el naufragio del revocatorio? ¿Es sensato que ellos, que forman un grupo, se hayan dejado sorprender por lo acontecido? Un anacoreta como quien esto escribe sabía que eso iba a pasar y ya hemos dado nuestras explicaciones.
Pero todavía quedan más interrogantes. ¿Eso de "puede ser que un caracazo precipite la acción de los militares", no remite a la repetición de las guarimbas? ¿No es asumir la táctica, el discurso y lo que es peor, la estrategia de la ultraderecha y de los gobiernos de EEUU?
¿Acaso no ha sido ese el sueño del Departamento de Estado, de Leopoldo López y toda la derecha? ¿Las guarimbas no intentaban crear, despertar un sentimiento golpista entre los militares? ¿Acaso el intento de golpe de Leopoldo López, aquel del puente y las manos de cambur no estuvo precedido de largos e intensos días de guarimbas? ¿No fue esa la intención de la "ayuda humanitaria" en la frontera y de la "Operación Gedeón"?
Por eso es muy malo asumir la política dejándote llevar por el odio. Por eso uno pudiera terminar perdiendo el equilibrio, la sensatez y hasta pudiera ser capaz de unirse a las fuerzas del demonio.
Un golpe de Estado en Venezuela, para que tenga éxito, se mantengan los alzados en el poder, necesita el apoyo de EEUU, cuyo gobierno no tardaría en dárselo y eso tiene un costo que todos sabemos, como sabíamos lo del revocatorio. Ya hasta imaginamos a los marines desembarcando, no ya en las playas, sino en los puertos, cuidados por los alzados, como cuando Gómez le dio el golpe a su compadre Cipriano Castro.
Sería bueno que meditemos, recobremos la sindéresis y pongamos las cosas en su sitio. El enemigo fundamental de gente con el historial de Toby Valderrama, cree uno, porque nos suponemos en esa imagen y semejanza, ha estado por años muy definido; podemos cometer errores, pero nunca debemos caer en borracheras que nos hagan saltar tan alto que terminemos, ya en la vejez, del otro lado. Hay que cuidarse de las emociones y del lenguaje inadecuado.
¿Por qué no hablar de hacer los intentos que sea menester para despertar al movimiento popular para que este reclame con justicia y pleno conocimiento de sus derechos, dentro de la legalidad, todo lo que se le ha venido arrebatando?
Sí, la violencia "es partera de la historia"; ella acelera los cambios, es un fuerte y determinante catalizador, pero en sí misma, no determina el destino y sentido de ellos. Depende del poder de ella y de las intenciones de quienes la apliquen.