Prohibido mencionar la palabra: “enchufado”

Es cierto que la oposición logró establecer la etiqueta de “enchufados” como un estigma al chavismo y al gobierno. Todo aquel que dejara ver algún tipo de vínculos con el gobierno y con las políticas estatales era un indudable y aborrecible “enchufado rojo rojito”.

Desde que la derecha extrema comenzó a poner en jaque al gobierno de Maduro y cuando tuvieron a un paso de derrocarlo, se hizo comprensible que ser un enchufado fuera un “estigma” que nadie estaba dispuesto a cargar sobre sus espaldas.

Así esa clase media que durante la mayor parte del gobierno de Chávez se benefició de políticas gubernamentales, más que nadie, y especialmente en los tiempos del petróleo a $100, ya con Maduro, en tiempos de crisis económica, comenzó a llamar “enchufado” a todo aquel que mostrara cualquier cercanía a un gobierno en “decadencia”.

El estigma claro que funcionó, no fueron pocos los que tomaron distancia y después de haber sido enchufados, por tanto tiempo, terminaron en la acera de enfrente. Como olvidar los que habiendo ejercido cargos de relevancia en el mandato de Chávez, terminaron aliados con los rabiosos que meses antes los llamaban “enchufados”. Pero la política da para todo esto y mucho más. El ejemplo más reciente es el de Rodrigo Cabezas, pero podría hacer una lista tan extensa que terminaría desvirtuando el propósito de este escrito.

Pero para analizar la evolución del “enchufismo” o de los “enchufados” del chavismo es conveniente devolvernos unos cuantos años, a los tiempos en que el gobierno de Chávez debió despedir a 14.000 trabajadores de la estatal petrolera (2002–2003), porque abandonaron sus puestos de trabajo, convencidos por sus dirigentes que el gobierno de Chávez caía si todos ellos mantenían su “paro petrolero indefinido”.

El gobierno de Chávez, a pesar de la feroz arremetida, no cayó y en lugar de eso, después del estruendoso fracaso político de la oposición, se fortaleció y sacó a flote a PDVSA y con ello al país. Claro para ello recurrió a gente que en muchos casos no provenía directamente de la empresa petrolera, allí comenzó la carrera de los primeros “enchufados rojos”.

A pesar de que siempre se acusó al gobierno de Chávez de excluyente, nunca dejaron de tener oportunidad los profesionales que se pusieron al servicio del gobierno, claro con la condición de estar desmarcados de los que explícitamente asumieron posturas políticas antigubernamentales. De estos casos, me parece que uno de los más emblemáticos ha sido el del “camarada” Hermann Escarrá Malavé, por sólo nombrar alguno.

Pero volviendo a este 2022 y ya superadas algunas de las adversidades a las que enfrentó el gobierno de Maduro desde 2014 y especialmente entre 2019 y 2020, es interesante oír algunas declaraciones de personeros intentando proscribir al chavismo el uso del término “enchufado”. Como si las bases del chavismo no estuviéramos conscientes de que los enchufados existen, pero no nacieron con el chavismo ni con Chávez y Maduro.

Los ancestros de los enchufados de hoy son los que saltaron a la palestra desde que apareció el petróleo en escena y éste se convirtió en una fuente descomunal de riquezas. En los tiempos del Gómez, a pesar de la atroz dictadura de este andino, no faltaron los que “legitimaron” lo que ocurría porque eran tributarios directos del poder.

Luego sus descendientes se arrimaron a los gobiernos (adecos, copeyanos, etc.) para lucrarse de estos también. En la cuarta se decía que había que tener “palanca” en el gobierno, serían entonces los “apalancados”, para conseguir contratos, licencias, créditos, etc. Pero todo aquel que recurría a estos medios, terminaba logrando sus objetivos.

Vale la pena repasar brevemente la historia de los 40 años de “democracia puntofijista” y ver como muchas fortunas se forjaron a la sombra de los gobiernos de cada época, pero incluso más allá de riquezas, el poder y prestigio que muchos lograron dependió de granjearse los favores de quienes gobernaban. Esto siempre en desmedro de las mayorías, no es casual que en los 90 los niveles de decandencia fueran tales que apareció un militar desconocido y un 4F, comenzó una carrera política que en menos de una década lo catapultó a Miraflores.

Semanas atrás me resultó interesante una ingeniosa campaña de trinos en las que se desenmascaraba el enchufismo, pero en este caso no “rojo-rojito”, sino el que se dio en la casta de frustrados políticos de la derecha que integraban el parapeto de “gobierno interino guaidocista”.

Los oportunistas que utilizando la figura de “gobierno interino” dilapidaron fortunas, provenientes de recursos robados a la Nación y de las partidas gringas dispuestas para derrocar gobiernos no convenientes. Pretendieron aparecer como los ofendidos, cuando la realidad es que fueron mostrados como los aprovechadores que siempre fueron y son.

Que no venga nadie a dar lecciones al pueblo que lleva más de 500 años llevando leña y sabe distinguir claramente quien es quien. Los aprovechadores y oportunistas siempre han existido y existirán. En el gobierno actual claro que hay “enchufados” y los seguirá habiendo, los de abajo los denunciaremos, porque es parte de la lucha del pueblo de Chávez. Chávez caló profundo en la conciencia del pueblo.



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Carlos Luna Arvelo


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