Si estamos hablando de revolución, no podemos seguir aceptando como algo muy natural que se nos siga invitando a: foros, charlas, conferencias, simposium, congresos, talleres, clínicas, etc. Tan solo para escuchar -durante un tiempo equis (x) no determinado; a todo un señor licenciado, predeterminado y elegido democrática y revolucionariamente, por los que hoy se dicen dirigentes ò lideres populares, y por tanto representante del pueblo “per seculom seculorum”;- los análisis, con ò en relación a un tema bien conocido, con palabras sofisticadas y con expresiones edulcoradas, y con el manejo estratégico y magistral del don de la oratoria; tratar de convencernos, de que ellos son, los enviados iluminados, para seguir ocupando los puestos de vanguardia de elección popular; y de esa forma cerrarles los caminos, a los nuevos dirigentes que nacen del fragor de las luchas por los cambios dentro de los sistemas políticos progresistas.
Por otra parte; seguir basando los conocimientos, de acontecimientos pasados contemporáneos, de profundos impactos sociales; tan solo en la narrativas, de los que siempre contaron con el aval clandestino del estado, para contar de manera novelísticas; sus vivencias, y las vivencias de algunas personas de su entorno; no es lo mas apropiado, para reseñar de forma objetiva, algunos hechos en donde el 80% de los habitantes de un país; fue victima de un atropello brutal.
No sigan, ni continúen, tratando de convencernos de manera sugestiva, que solo ustedes, son los salvadores y héroes, de un pueblo que ha demostrado desde tiempos remotos, que él solo, es su propio héroe.
Y como diría la comandante LINA RON; “solo el pueblo salva al pueblo”
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