Estas brevísimas líneas pretenden introducir a un diálogo-debate que juzgo esencial en el actual momento histórico (en especial en Abya Yala).
En 2022 publiqué un capítulo intitulado "El filósofo y las luchas sociales en América Latina en el siglo XXI " (en las páginas 265-279 del libro "Libertad y justicia social para el cambio social – Teoría y conceptos", organizado por Pablo Guadarrama y Lucia Picarella, vol. 2, NaSC Free Press, Universitá degli Studi di Salerno, Fisciano-Salerno, Italia, en
https://www.narrativesresearch.org/book-series/archive )
Casi al final de ese capítulo decía "De los filósofos se espera hoy que se comprometan en la lucha de los movimientos socio-ambientalistas-políticos de liberación manteniendo su exterioridad crítica como filósofos. Creo que esta posición (que me parece ya han defendido Dussel y Hinkelammert) sitúa al filósofo en una tensión heroica pero indispensable: por un lado tiene que estar dispuesto a morir luchando junto a sus herman@s de causa, y, al mismo tiempo, debe guardar la distancia que permite criticarse y criticarlos, para evaluar permanentemente el rumbo de lo hecho, de forma a alertar sobre los errores cometidos o posibles, y ayudar a iluminar el futuro. Claro, que como es falible, el filósofo sólo ejercerá de forma creíble y consecuente esa segunda tarea si siempre está dispuesto a autocriticarse en primer lugar".
Asumiendo esa posición hacía mía la tesis de que la/el filósof@ que se identifica con la lucha popular que apunta a un más allá del capitalismo (en mi visión, el Ecomunitarismo), desde su singular posición debe hacer las propuestas que juzgue pertinentes para mejorar el camino que su pueblo está transitando.
Con ese entendimiento acabo de decirle a un filósofo boliviano que se identifica con el Proceso de Cambio inaugurado por el primer gobierno de Evo Morales y que ocupó un cargo en el actual gobierno de Arce y Choquehuanca, que había visto en youtube varias conferencias suyas; y le agregué que apreciaba su enfoque de la política basado en el sentir/pensar indígena y le pregunté cuáles propuestas concretas deducía de ese enfoque para Bolivia en las diversas dimensiones que constituyen el Ecomunitarismo (le mencioné la economía comunitario-ecológica y sin patrones, la política de tod@s, la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada, la comunicación libre y simétrica, la estética de la liberación y la política internacional).
Por toda respuesta ese colega me envió su más reciente conferencia. En la misma, además de reiterar los fundamentos de su propuesta de una política espiritual, decía en un par de pasajes que la construcción del Estado Plurinacional en Bolivia tiene defectos, y que había que trabajar la Pedagogía. Entonces le pregunté cuáles considera que son esos defectos y cuáles eran sus propuestas pedagógicas, aunque fueran iniciales y provisorias, y le recordaba que en mi propuesta ecomunitarista avanzo ideas para cada una de las citadas dimensiones y que en ese contexto incluyo ciertas directrices para la acción pedagógica (en la educación formal y no formal) que se basan y amplían la pedagogía elaborada por Paulo Freire.
Entonces el colega me envió la siguiente respuesta, que transcribo literalmente: "Señor Sirio, sus preguntas son demasiado puntuales y esquemáticas, como alguna vez señalé a quiénes reclaman respuestas inmediatas: nunca hay que quitarle protagonismo al pueblo. Si somos coherentes no es un modelito ideal de funcionamiento perfecto pensado en el escritorio la solución sino el modo cómo el propio pueblo va desplegando sus propias potencialidades. El mundo intelectual está abarrotado de ‘propuestas’ pero el pensar radical no funciona verticalmente de arriba a abajo. Varias interrogantes suyas las he ido trabajando en mis varios libros pero no para diseñar recetarios sino para ofrecer diagnósticos de situación que permitan al pueblo despertar sus capacidades políticas e históricas. Ese es mi humilde aporte que puedo ofrecer, por eso me dedico más al desmontaje de los mitos modernos y capitalistas para ofrecer criterios de evaluación de la propia Praxis popular revolucionaria. Gracias por su comprensión".
Coherente con lo que había manifestado en el capítulo del libro que mencioné al principio de estas líneas le respondí lo siguiente: "Colega: Seré muy breve. Entiendo tu auto-limitación pero no la comparto. No hablo de recetarios. Como dijiste en el último minuto de tu más reciente coloquio, la teoría es fundamental para continentalizar la experiencia boliviana. Ahora bien, 1) esa teoría incluye las propuestas-soluciones concretas que se dan en Bolivia, desde la estructuración del Estado Plurinacional hasta la Pedagogia (pasando por las otras dimensiones que cité); 2) creo mucho en la idea de que solo el diálogo mutuamente enriquecedor sobre/para las propuestas-soluciones concretas entre lo que llamas ‘el pueblo’ y l@s intelectuales (orgánic@s, sean o no parte de alguna estructura político-partidaria), nos permitirá encontrar los caminos para superar el capitalismo (con rumbo ecomunitarista); por eso defiendo la tesis de que l@s intelectuales deben hacer propuestas concretas (aunque a veces genéricas), así como oirán las que vienen del pueblo, y ambos dialogarán para implementar y corregir el camino hacia el Ecomunitarismo. Saludos: Sirio".
Y en ese punto está este diálogo, que juzgo indispensable y que espera la contribución de otr@s filósof@s e intelectuales (en especial de nuestra Abya Yala), para que continuemos caminando junto a nuestros pueblos.
Bibliografía mínima
José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), "Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco", gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640
en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w
en https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/10827
y en https://es.scribd.com/document/561776175/Introduccion-Al-Ecomunitarismo-y-Educacion-Ambiental