Venezuela
Eran los comienzos del siglo XX y el escritor y periodista venezolano Miguel Otero Silva sorprende a Venezuela con la novela del petróleo Oficina Número 1. En ella se narra con crudeza los episodios más tristes del pasado siglo, las intransigentes dictaduras militares impusieron a las transnacionales del petróleo.
Todo se desarrolla en un pueblo llamado Ortiz el cual queda abandonado, todos sus habitantes han partido. Allí comienza a reseñarse como unos eran ricos y otros demasiado pobres pues las condiciones fueron muy desventajosas y esto trajo una colonización a Venezuela, la colonización del petróleo.
Desde entonces el país se fracturó en dos. Atónitos sus habitantes observaron el nacimiento de la notada clase media la cual derrochaba, compraba en exageración y reproducía eslóganes como "esta barato, dame dos", "la Venezuela saudita", "vamos para Miami". Un país estupefacto de hechos nunca vistos los cuales trajeron apresuradamente la renta del crudo.
En un pueblo creado para ser petrolero "El Tigre" están los pozos de La Oficina. Hay muchas anécdotas al encontrarse brechas entre una clase social pudiente y una que ni siquiera fue clase; los pobres. Otro escritor Efraín Subero en su obra Campo Sur va relatando como se perdían las vidas de jovencitas empujadas a la prostitución y como las compañías petroleras en conjunto con gobiernos crean el Campo Norte para los obreros, pobres, barracas, campos de concentración y al frente Campo Sur para los gerentes, los gringos y sus mandones.
Aquellos sitios llenos de privilegios y sorpresas fueron un escenario obsceno para todos más los que se percibían como extraños en su misma tierra. Así entró, se instauró y en desigual comercio las trasnacionales del petróleo de estadounidenses, inglesas y holandesas explotaron de manera irracional el petróleo, mientras una naciente sociedad era obligada a dejar el campo, su agricultura por imbuirla en el negocio del petróleo.
