La actividad geopolítica se ha activado en el último año de elecciones tanto en Estados Unidos como en Venezuela. Mientras una de las máximas siga repitiéndose en política no hay ni buenos ni malos, sólo hay intereses.
Con el pasar de los meses las opiniones del gobierno norteamericano hacia Venezuela van a seguir cambiando. Mientras ambos países se acercan aún más a sus elecciones estas van reconociéndose, por no decir que han girado ciento ochenta grados. Pero esto no es para alegrarnos, ya que la campaña electoral de Joe Biden va acompañada de la inútil Kamala Harris y esto hace resurgir los temores de un Estado dócil, emulación que atraerá tragedias.
Entre las sorpresas hay una declaración que llama la atención por lo sorprendente en su contenido y viene del asesor para Latinoamérica de Joe Biden quien sin titubear ha afirmado: No queremos imponer un cambio de régimen en Venezuela. Juan González es el personaje y ha dicho que la política estadounidense va orientada al apoyo de la ruta electoral.
Reconoce —Juan González— como legítimos a todas las autoridades electas incluyendo al presidente Nicolas Maduro. Lo mismo ha dicho al referirse a gobernadores y alcaldes los cuales en palabras del asesor gobiernan de manera democrática, pero no se despide sin antes advertir; "el espacio se está cerrando", y desde Estados Unidos apoyaremos únicamente a quienes se alineen con el sistema democrático en Venezuela, esta va para la oposición, EE.UU. cuelga los guantes ante los movimientos geoestratégicos de Venezuela.
González ha afirmado que los diálogos con el presidente venezolano han estado abiertos desde hace tiempo y que los mismos no cambiarán de espacio, todo se profundizará. "Tenemos conversaciones en ciertos temas que son necesarios". Prosiguió: "Pero el enfoque nuestro es apoyar los esfuerzos de la Plataforma Unitaria". Y remató: "…Nosotros hemos dejado claro que estamos dispuestos a levantar sanciones y acompañar un proceso que lleve a elecciones". Es decir, levantar las sanciones para que puedan celebrarse las elecciones.
Bien, ahora las piezas van quedando más claras. Estados Unidos llama a abrir mundialmente el consenso a favor de Venezuela. Han afirmado creer en una estrategia por la ruta electoral sin imponer un cambio de régimen y dejar que los electores decidan la suerte del país. Esto baja las presiones. Se entenderán con el que gane.
Sin problemas Washington va afirmando que las recientes actividades de la oposición han sido tan graves y se sienten inaceptables, ha afirmado: "…es como si Demócratas y Republicanos se pusieran de acuerdo para derrocar al gobierno norteamericano". Todo tiene sus límites y en Venezuela se sobrepasaron y las presiones que hubo desde Norteamérica ahora tratan de tapar los daños que se impusieron, apoyaron y convalidaron. Los errores se devuelven. El efecto rebote existe.
Después de eta declaración algo importante se denota y es que los enemigos más acérrimos de Venezuela se tranquilizan y en sus declaraciones se escuchan aceptaciones donde subestimaron al presidente venezolano, este tuvo más apoyo y ayuda que la obtenida por toda la oposición. Perseverancia y resiliencia dos conceptos de moda con los cuales la oposición no pudo pues entre ellos se produjeron múltiples hilachas. En el fondo se muestran críticas y atrasos que fueron llevándolos a nunca ponerse de acuerdo. Ahora no hay campo para quienes no deseen la democracia, han señalado desde Estados Unidos.
A su vez estos han comprendido que no era necesario que sin haber llegado al poder ya se habían destruido, ignorando con ellos la nueva visión de un mundo que se adelanta a la amplitud sin imponer resultados construidos y sin darse cuenta que las cosas son llevaderas, dejar que todo corra para que todo permanezca igual. Los acuerdos tras el mantenimiento de las conversaciones entre el Norte y Venezuela van quedando claras y esto no debe verse como un problema, pues enemigos más duros de otras naciones han encontrado acuerdos para sus espacios sentándose a conversar, eso es la política.
Hasta más pronto…
