Salud Mental Decolonial y Mesianismo electoral

El historiador argentino Norberto Galasso (2015) nos dice: “…la historia es la política de ayer y la política de hoy será la historia de mañana”. Por su parte, el etnopsicólogo francés Francois Laplantine (1974) en las Voces de la Imaginación Colectiva señala que la humanidad en tiempos de crisis recurre a tres comportamientos de ruptura: a) la espera mesiánica, cuando una sociedad se  siente amenazada desde dentro y desde afuera en sus fundamentos, se congrega alrededor de profetas o iluminados para transformar su desesperanza en esperanza, b) la posesión que es la reacción a una situación de frustración intensa que ya no se conforma con esperar el advenimiento del mesías, sino que realiza de manera inmediata conductas paroxísticas de exaltación colectiva y exorbitancia, los cultos de posesión, c) la utopía, que es la pasión por la perfección alcanzada de una vez por todas, que para construirse frente a una sociedad que aborrece, toma de ésta todos sus componentes, pero invirtiéndolos. 

Históricamente los pueblos que integran Abya Yala, somos pueblos conquistados, colonizados y colonializados aún hoy, la historia de genocidio, etnocidio, epistemicidio, memoricidio, historicidio y saqueo cultural, que vivieron nuestros pueblos originarios, fue una política criminal de exterminio, despojo territorial, saqueo cultural y sufrimiento psicológico, que dejó una impronta ontológica en el imaginario colectivo e inconsciente de los sobrevivientes, heredamos esos comportamientos de ruptura, que en momentos de crisis políticas, sociales, económicas y electorales, reaparecen. Estamos viviendo en Venezuela, esos momentos de amenaza a la Patria desde dentro y desde fuera, en una coyuntura electoral acompañada de una campaña electoral atípica, donde la desorientación, la confusión cargada de incertidumbre y desesperanza del electorado, pone en peligro la soberanía nacional y la estabilidad política, económica y social de nuestra república.

Venezuela se encuentra fragmentada económica, social y electoralmente, así como fracturada políticamente, lo que nos indica que el imperialismo yanqui globalizado, ha hecho lamentablemente bien su trabajo, a través de las medidas coercitivas unilaterales impuestas hace más de un lustro. Debemos ser autocríticos, también hay otros países en el mundo con sanciones coercitivas unilaterales que no están padeciendo crisis, como la que tenemos que soportar en el país, necesario es revisar crítica y corresponsablemente la actuación de los poderes públicos, nacionales, regionales y municipales, su eficiencia o ineficiencia en la gestión gubernamental de los servicios públicos como: educación, salud, electricidad, agua para consumo humano, transporte colectivo, gestión de residuos y desechos sólidos, gas y las instituciones públicas encargadas de garantizar derechos humanos y derechos contemplados en la Constitución de la República de Venezuela (CRBV), por tan solo mencionar los más importantes, además de una crisis ético política y moral preocupante, todo ello, acompañado de una actitud apática, displicente, negligente y de poco compromiso con el mandato constitucional, que como pueblo nos demanda la Constitución, que además nos garantiza el derecho a la participación y nos corresponsabiliza como obligación cívica, controlar ciudadanamente la actuación de los poderes públicos en los diferentes ámbitos nacionales, regionales y municipales.

Capítulo aparte lo constituye, la actuación lenta, complaciente y poco diligente del poder público ciudadano y poder público judicial, para judicializar y ocuparse de inocultables casos de corrupción de altos funcionarios públicos, legisladores nacionales y líderes políticos de oposición apátridas, que  usurparon el poder ejecutivo, autonombrándose Presidente, nombrando embajadores, auspiciando golpes de estado e intervenciones militares extranjeras al país, pidiendo medidas coercitivas unilaterales a los EE UU y su aliados europeos, se apropiaron ilegalmente de empresas nacionales ubicadas extraterritorialmente en Colombia y EE UU, robándose los dineros públicos de la Patria, se pasearon con total impunidad, lo siguen haciendo, por el territorio nacional y territorios internacionales denigrando de la Nación y su nacionalidad. Lo descrito, devela la debilidad del Estado de Derecho y con ello debilita las otras cualidades del Estado Costitucional, a saber, democrático, social y de justicia. 

De esos polvos de ayer, tenemos los lodos de hoy, que pretenden embarrar las elecciones presidenciales del 28 de julio, con un “mesianismo electoral incestuoso, apátrida” al servicio del imperialismo yanqui y sus aliados, el candidato ungido, padre o abuelo, le hace la campaña la hija o la nieta, para una vez más, engañar al pueblo, presentándole una propuesta electoral que es una estafa político emocional, a las esperanzas de un pueblo con una angustia existencial acumulada, como alarma del peligro en el que se encuentra su salud mental.

En el supuesto negado, de ganar el “mesianismo electoral, incestuoso, apátrida e imperialista”, implantará la revolución restauradora de la colonización y colonialidad del poder, con la entrega de la soberanía nacional y tutelaje del gobierno por los EEUU, colonialidad del saber, convertir las universidades nacionales en empresas de investigación al servicio del capital nacional, capital  globalizado y al filantrocapitalismo, con el pretexto de hacerlas productivas, generadores de conocimiento para el “progreso” del país, haciéndolas auto sustentables, la colonialidad de la subjetividad del pueblo, que más pronto que tarde verá convertida sus esperanzas electorales puestas en el “mesianismo electoral, apátrida, incestuoso e imperialista”  en promesas incumplidas y la implantación de  la política criminal de exterminio, despojo territorial y saqueo cultural, desarrollada desde 1492; nos encontramos en momentos complejos, complicados y difíciles de dilucidar.

Más que votar por un candidato, de lo que se trata es de votar por un Programa de Gobierno soberano, democrático y participativo, decolonial, anticapitalista, antineoliberal, antiimperialista,.sin tutelaje geopolítico y de ningún otro tipo, de resguardo nacional de nuestra naturaleza, pueblo, riquezas e intereses nacionales.

 

alcalaafanadorp@gmail.com

 


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Pedro Alcalá Afanador

Doctor en Ciencias Gerenciales - Doctor en Ciencias Sociales - Especialista en Salud Pública - Psiquiatra - Médico Cirujano

 alcalaafanadorp@gmail.com      @alcalaafanadorp

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