Decía Fidel Castro que los revolucionarios para no confundirse debían tener claro que la acera en la que estuvieran ubicados debía estar frente a la de su enemigo, en el caso de los latinoamericanos los revolucionarios tendrían en la acera del frente al imperio de los Estados Unidos.
La izquierda Latinoamérica después de haber vivido un resurgir, en la primera década del siglo XXI, hoy se enfrenta a un pasmoso retroceso ideológico. Quizás con la honrosa excepción del experimentado Manuel López Obrador en México, los izquierdistas en el poder en Latinoamérica parecen haber perdido el rumbo-.
No vamos a mencionar el caso de uno al que la prensa y los medios entre alabanzas y elogios llaman progresista, como una manera de contraponerlo a quienes ideológicamente si mantienen una confrontación indudable con el imperio. Una estrategia que busca borrar las tradiciones de lucha socialistas que marcaron la pauta en Suramérica en el siglo XX.
¿Por qué Lula y Petro en la confrontación en la que el imperio mantiene sometida a Venezuela, se ubican en la acera del enemigo?
Nadie puede cometer la ingenuidad de pensar que estos avezados políticos son víctimas del engaño que la mediática imperial impone hoy para Venezuela. El fraude electoral orquestado por MCM, con apoyo imperial, que estaba anunciado desde el principio, solo puede ser legitimado con apoyo internacional ¿Por qué los gobiernos de Lula y Petro se prestan a estos mezquinos intereses?
¿Por qué contribuyen a deslegitimar a Maduro y su gobierno con esta propuesta de repetición de elecciones, cuando ellos saben mejor que nadie que ningún país soberano que se respete estaría dispuesto a tal nivel de injerencia?
Ni siquiera MCM, quien sigue su propio guion (bueno es un decir porque ese guion no es de ella) convalida la absurda propuesta de Petro y de Lula de repetición de elecciones. Mientras estos compas presentan esta alternativa como una genialidad para que “Venezuela salga de la crisis”.
Bien sabe Petro y Lula el papel de las sanciones en la crisis venezolana, también saben de sobra que el imperio mantendrá las sanciones contra Venezuela, incluso en una hipotética salida de Maduro de Miraflores (el imperio como un experimentado perro de presa no da tregua a la víctima cuando la tiene entre sus fauces) o incluso aunque se conforme un “gobierno de coalición”. Ejemplos en la historia abundan y cualquiera con formación ideológica de izquierda los conoce, Lula y Petro más que cualquiera.
Nicolas no es Chávez por eso desde Brasil y Colombia han dejado de apoyar lo que ocurre en Venezuela.
También es verdad que MCM si sigue siendo ella, la misma que al servicio del imperio juro sustituir a Chávez y aunque no lo logro en su momento hoy mantiene su lucha porque el problema no era Chávez, ni Maduro, ni Diosdado, ni ninguna persona en particular. El problema para el imperio es que en Venezuela persiste un modelo de país que lucha por manejar su riqueza al margen de los intereses del imperio estadounidense.
Lo triste es que Lula y Petro lo saben perfectamente. Mi modesta conclusión es que perdieron la fe en Nicolas (quizás la verdad es que nunca se la tuvieron). Los egos existen y así como experimentados revolucionarios de nuestro país nunca apostaron por Nicolas Maduro, hoy experimentados luchadores de la izquierda latinoamericana dejan claro que no creen en quien hoy conduce el proceso político mas trascendente que insurgió en Venezuela a finales del siglo XX, conducido por Hugo Chávez.
Amanecerá y veremos, mientras la batalla continua y Venezuela apenas contará con sus propios esfuerzos, por ahora.