(Una importante experiencia para la Revolución Bolivariana)

El Ché y el Sistema Presupuestario de Financiamiento

En nuestro articulo anterior que lleva por nombre “Un guevarista consecuente”, publicado por este mismo medio el día 11/06/2007, habíamos concluido el análisis recomendando al lector una ojeada -a modo de obtener luces- de las propuestas hechas por el siempre Comandante de las verdaderas revoluciones, Ernesto Ché Guevara, al incipiente proyecto socialista que se levantaba valientemente en la Cuba revolucionaria de los años 60, en la razón de instruirnos de sus experiencias y entender sus llamados de alertas para la construcción del socialismo en la Revolución Bolivariana. Por ello, algunos buenos camaradas nos pidieron realizar un esfuerzo de síntesis de sus ideas revolucionarias en un nuevo artículo que rescate algunas breves reflexiones del Ché al respecto. La Misión la hemos tomado gustosamente, pero sin antes volverle a insistir al lector por la lectura integra del Ché, en especial, de los siguientes libros y artículos que nos atrevemos recomendar a continuación: APUNTES CRÍTICOS A LA ECONOMÍA POLÍTICA; EL GRAN DEBATE; LA BANCA, EL CRÉDITO Y EL SOCIALISMO; PLANIFICACIÓN SOCIALISTA, SU SIGNIFICADO; CONTRA EL BUROCRATISMO; EL SOCIALISMO Y EL HOMBRE EN CUBA, entre otros.

Fue quizás el Ché, gracias a su visión critica, su tenacidad y vehemencia, propias de su personalidad, quien más insistiese, tempranamente, en la necesidad de la Planificación Centralizada y en la creación de un nuevo andamiaje organizativo adaptado a las realidades de Cuba y los fines de la revolución socialista. Su certera comprensión del marxismo; sus estudios y visión crítica innata, sobre todos los aspectos de la vida y la economía del modelo soviético, lo condujeron (año 1964) a profundas reflexiones e interesantes conclusiones que hoy, muy bien, pueden servirnos de guía para la Revolución Bolivariana. Revisemos algunas anotaciones del Ché que nos atrevemos a sintetizar para este análisis en tres aspectos claves: la planificación, la nueva concepción de empresa socialista y la forma de conducción de la misma:

Primero; el Comandante Guevara, al referirse a la planificación y la organización, decía que ellas “Son términos más o menos gemelos, pero podríamos hacer algunas diferencias diciendo que, planificación es la organización de la economía y de la vida general de la nación de acuerdo con grandes líneas compatibilizadas y equilibradas y con el fin de extraer al máximo las reservas dormidas en el seno de la sociedad; organización es la preparación de todos los organismos, hasta en sus últimos tornillos administrativos, para poder realizar la planificación efectivamente…”

En el párrafo anterior, notamos la importancia que otorga el Ché al binomio inseparable para el sano funcionamiento de la economía socialista: la planificación y la organización. Fueron, precisamente, la falta de organización y el mal entendido por la planificación centralizada como la “centralización excesiva” (la centralización operativa de las empresas), aunado a la falta de conciencia revolucionaria, las causas fundamentales que produjeron enormes problemas como el burocratismo y la corrupción, en los inicios de la revolución cubana.

Segundo; para el Ché, la concepción sobre la empresa socialista era diametralmente opuesta a la concepción soviética. Él decía: “Una empresa es un conglomerado de fabricas o unidades que tienen una base tecnológica parecida, un destino común para su producción o en algún caso, una localización geográfica limitada. Para el sistema soviético –valga agregarle “y en el sistema capitalista”- una empresa es una unidad de producción con personalidad jurídica propia”.

El Ché había observado que el tipo de relaciones mercantiles que se establecían entre empresas para la producción de un mismo rubro (las productoras de las materias primas y las hacedoras del producto final); la competencia entre esas mismas empresas y las relaciones mercantiles entre las empresas y la sociedad, se convertirían en una espada de Damocles. Las empresas se devinieron, como en el capitalismo, en un fin en si misma, cuya única meta era la generación de dividendos. Ellas, decía el Ché, “terminarían por influenciar a los cuadros directores de las empresas y reproducirse en sus conciencias”. Lo que Marx descifraba en sus lapidarias palabras, como: “Las relaciones sociales forman la conciencia social”.

Cabe acotar además, que el Comandante Guevara proponía el establecimiento de tres nuevas relaciones, inseparables e indispensables, para el fin socialista de la revolución, ellas eran: nuevas relaciones de propiedad (la propiedad social de los medios de producción); nuevas relaciones de producción (la participación de los obreros en las empresas socialistas); y nuevas relaciones de distribución (destrucción la sociedad mercantil). En estos dos últimos (las relaciones de producción y distribución), el Ché fue muy enfático al apuntar sus baterías de ideas en contra de la Ley del Valor, y al descifrar una de las categorías mercantiles que se encubre tras transformación del producto del trabajo social en MERCANCÍA, -entendemos por ella (la mercancía), como la forma social que adquieren los productos del trabajo humano en la sociedad mercantil capitalista. Sólo es mercancía lo que se produce para vender, y no para consumir directamente. En la mercancía están encerradas las potenciales contradicciones antagónicas del capitalismo. “Es sólo a través de la venta de la mercancía como se realiza el plusvalor oculto en ella, junto con el valor de capital adelantado para la producción de la misma” (EL CAPITAL, Marx)-.

El Ché, aludía, gracias a su buena comprensión de la realidad económica y social de la Cuba de aquel entonces, y en respuestas a otras proposiciones que apostaban a copiar el modelo soviético, lo siguiente: “Negamos la posibilidad del uso consciente de la ley del valor, basados en la no existencia de un mercado libre que exprese automáticamente la contradicción entre productores y consumidores; negamos la existencia de la categoría mercancía en la relación entre empresas estatales, y consideramos todos los establecimientos como parte de la única gran empresa que es el Estado (aunque, en la práctica, no sucede todavía así en nuestro país). La ley del valor y el plan son dos términos ligados por una contradicción y su solución; podemos, pues, decir que la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza, por fin, a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta: la plena liberación del ser humano…”

Tercero; el Comandante Guevara apostaba al uso de las más novedosas técnicas administrativas en donde ellas se encuentren más desarrollada. Él decía: “Las formas de conducción de la economía, como aspecto tecnológico de la cuestión, deben tomarse de donde estén más desarrolladas y pueden ser adaptadas a la nueva sociedad. La tecnología de petroquímica del campo imperialista puede ser utilizada por el campo socialista, sin temor de contagio de la ideología burguesa. En la rama económica (en todo lo referente a normas técnicas de la dirección y control de la producción) sucede lo mismo. Se podría, si no es considerado demasiado pretencioso, parafrasear a Marx en su referencia a la utilización de la dialéctica de Hegel y decir de estas técnicas que han sido puestas al derecho… Un análisis de las técnicas contables utilizadas hoy habitualmente en los países socialistas nos muestra que entre ellas y las nuestras medía un concepto diferencial, que podría equivaler al que existe en el campo capitalista, entre capitalismo de competencia y monopolio. Al fin, las técnicas anteriores sirvieron de base para el desarrollo de ambos sistemas puestas sobre los pies; de allí en adelante se separan los caminos, ya que el socialismo tiene sus propias relaciones de producción y, por ende, sus propias exigencias”.

Es importante dejar bien claro que el Ché se refería solo al uso de los aspectos técnicos de la producción (de los monopolios capitalistas), en donde ellas se encontrasen más desarrolladas tecnológica y científicamente, y no al uso de las relaciones sociales de producción (de dominio y control de los obreros, por el capitalista, en la producción) que sobre ellas se construyen. El Comandante Guevara, fue preciso y muy enfático al respecto. No proponía copiar las estructuras de poder burgués; se refería solo a la técnica de control sobre la producción que ellos empleaban.

En resumidas explicaciones, el Comandante Ernesto Ché Guevara concebía al Sistema de Financiamiento Presupuestario, según sus propias palabras, como: “un control centralizado de la actividad de la empresa; su plan y su gestión económicas son controlados por los organismos centrales, en una forma directa, no tiene fondos propios ni recibe créditos bancarios… En el banco existen unas cuentas separadas para extraerlos y depositarlos, la empresa puede extraer fondos según el plan, de la cuenta general de gasto y de la especial para pagar salarios, pero al efectuar un deposito eso pasa al poder del estado automáticamente”. Un sistema adaptado a la realidad de cada país. Un estado verdaderamente integrado a la sociedad, y esta ultima, integrada realmente a la economía; una sociedad económica y no mercantil. Un sistema también que rescate lo mejor de las técnicas (tecnología) de control y administración de las cosas, que permita la participación de los obreros y trabajadores, su espontaneidad necesaria y que rompa, de una vez por todas, con las estructuras burguesas, los privilegios y la anarquía en las empresas. Un sistema que abra las alamedas de la sociedad nueva, la sociedad socialista.

Era, en definitiva, el Comandante Guevara, un revolucionario completo; un genio en la política y la economía; un conocedor cabal y crítico certero de las teorías marxistas; un audaz y valiente guerrillero. A decir de Bertolt Brecht, un imprescindible de leer por todos los revolucionarios del mundo.

basemtch@yahoo.com



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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

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