Que empeño tan obcecadamente politiquero este, el de la Conferencia Episcopal Venezolana, de intentar tapar el sol con un dedo, de tratar de ocultar de manera obstinada e interesada el carácter profundamente revolucionario de Simón Bolívar. El objetivo primordial de Bolívar fue construir en su época una justicia social que solo se puede lograr con el verdadero socialismo, sus luchas, su quehacer intelectual, el ejemplo de su obra, estuvo dirigido a fundar la libertad política y la democracia, la justicia económica, el igualitarismo social, la unidad jurídica y el progreso cultural, por eso hemos insistido que Bolívar pertenece más al futuro que al instante de su específica circunstancia, Bolívar es el supremo autor intelectual del Socialismo del siglo XXI, del socialismo verdadero, del socialismo que pregonaba el Ché y que suscribe plenamente el Comandante en Jefe Hugo Chávez, un socialismo muy distinto a la versión soviética que tanto criticó Ernesto Guevara y hoy en día también criticado por el mismísimo Presidente Chávez.
Pero Bolívar no solo conceptualizó al socialismo, también lo practicó. El reparto de tierras a los soldados y a los indígenas del sur, la abolición de la esclavitud y sus privilegios constituyen un capítulo hermoso de la Revolución Bolivariana. La lucha contra el latifundio y la abolición de privilegios ambos temas sublimes, los que en el Discurso de Angostura llamó Bolívar “los actos mas notables de mi mando, las resoluciones mas importantes del último período”.
Bolívar no se quedó solo allí, él supo adelantarse a la época en cuanto a las reivindicaciones materiales de los oprimidos, a movimientos transcendentales para lograr cambios económicos de justicia material, a la libertad como la cúspide irrenunciable de su proyecto Revolucionario. Aun mas, Bolívar buscó todo el tiempo de su existencia que su Revolución fuera total de paz: “sin sangre, sin odio, con amor, fue un hecho que cuando la Providencia justa le presentó la oportunidad de romper las cadenas, lejos de pensar en la venganza, invita a sus propios enemigos a compartir sus dones y su asilo”.
El programa de la Revolución Bolivariana acometida en su época con hechos concretos, es la magna herencia que legó el Libertador a las futuras generaciones de todos los pueblos de América y del Mundo, para que sus ideas sean continuadas y culminadas. Capítulo que hoy se resucita con el Gobierno Bolivariano, mediante la Reforma de la Constitución, la cual reivindica y consolida el carácter democrático y socialista (única mezcla posible) de la nueva República Bolivariana de Venezuela.
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