Estamos en la búsqueda de la Ideología Bolivariana. Cortamos por aquí, remendamos por allá, zurcimos un trocito de aquello con otro poquito de más allá, pero no sale nada que nos guste, no sale nada que nos cuadre. Pareciera que esta ideología tiene de todo y no tiene de nada. Tiene sentido hoy y ese sentido parece cambiar mañana. Esto se nos está convirtiendo en un acertijo. Y seguirá siendo un rompecabezas si seguimos usando el método científico, lo que llamamos la Cognición Científica. De esto ha quedado claro en los anteriores escritos. Usemos el Método Humanista para resolver este acertijo, así como lo usan nuestros pueblos indígenas y nuestro Comandante Chávez. Seamos aquí radicales, consecuentes militantes del Humanismo.
Para resolver este acertijo lo mejor es observar al Comandante Presidente o como a él le gusta lo llamen: Chávez.
Si observamos bien nos daremos cuenta que Chávez es humanista a ultranza. Es como nosotros. El manda como si mandáramos nosotros mismos. Siente y piensa, como sentimos y pensamos nosotros. Chávez corresponde con los sentimientos nuestros. Interpreta las cosas de la misma manera que nosotros. Y cuando decimos nosotros, nos referimos al pueblo. Esto hace que nos identifiquemos con él. Somos todos en uno y uno en todos. De esto resulta el apoyo incondicional que el pueblo le da y los intelectuales inteligentes traducen como el líder, después de Bolívar, que trascenderá la historia que afortunadamente nos tocó vivir. Y claro está, para entender esto, debemos estar usando el Método Humanista, cuya manifestación es el Autodidactismo en sus dos niveles: Sabiduría Popular y Sensibilidad Humana.
Hablando sin reparos, aquí no se trata de crear un culto a la personalidad que tanto le temen ciertos seudo teóricos políticos que aún nos acompañan en esta revolución y otros que están por fuera, que aun no se han percatado del nuevo Humanismo.
Tampoco se trata de dogma, sino de comprensión primeramente espiritual. Y esto es libertad plena y no “populismo indigenista”, como lo han llamado los teóricos internacionales en el atardecer del capitalismo imperialista encabezados por José María Aznar. En el dogma no hay libertad porque las ideas se transforman en cárcel para la percepción directa de la realidad. De esto también hemos hablado en escritos anteriores. Como también hemos dicho que la contradicción internacional que genera la Revolución Bolivariana es de gran magnitud y de esto están concientes la oligarquía internacional de todos los estados burgueses e imperialistas: torpedean desde el exterior las acciones humanitarias del Gobierno Bolivariano para sofocar el intento de la reforma de nuestra constitución que será faro de los pueblos del mundo: la actitud del rey de España, la cesación del acuerdo humanitario con la intermediación que ejercía o mejor dicho, ejerce y ejercerá Chávez, etc.
Ahora debemos darnos cuenta que estar conciente del Humanismo, es ir al grano. Sin dudas ni vacilación. La Ideología Bolivariana es esencialmente humana, basada en un Humanismo que ha desandando la historia de múltiples maneras: lo vemos en Cristo, en Buda, en Krishna, en Marx, en Lenin y lo mas cercano a nosotros: Bolívar, Rodríguez y Zamora. Lo vemos en el arte, en Barrio Adentro o en todo lo que queramos leer y mirar. Claro, exceptuando la gente de la oposición que está muy enferma con la mentalidad capitalista.
Este Humanismo diseminado en muchas cosas o en todo, ha logrado dentro de la Revolución Bolivariana concentrarse como la luz solar a través de una lupa en sólo matiz, en una sola energía que quema, que ama y crea un mundo distinto para la felicidad humana. Y es una luz indestructible.
Ese Humanismo que se ha concentrado en la Revolución Bolivariana, puede hablar del papel de vanguardia de la clase obrera, como lo dijo el presidente ante los trabajadores, como lo puede decir en una iglesia cristiana, evangélica, ortodoxa o católica. Puede hablar con los científico y artistas y también llamarlos vanguardia de la revolución. Se alinea y se desalinea para volverse a alinear manteniendo un orden. Es un orden parecido al sistema solar, a las galaxias. El nuevo Humanismo es un orden que corresponde al orden cósmico. Y eso lo permite el Humanismo a ultranza porque es antidogmático, porque ve en el conjunto, en la unidad la guía para llevar las diferencias.
La Ideología es el nuevo Humanismo y el Humanismo es la nueva Ideología del Socialismo del Siglo XXI.
El Presidente Chávez, por ser humanista, resalta su incesante sed de aprender. Es bachiller en ciencia, licenciado en ciencias y artes militares y un montón de cursos relacionados con esa licenciatura. Aficionado al deporte, béisbol y sofbol. Y se dice que ha cultivado las artes plásticas, el cuento, la poesía y ha escrito teatro. Chávez siempre está hablándonos de un libro e induciéndonos a la lectura.
Luego de su prisión por rebelión, se dedica de lleno a imaginar cómo debería ser la nueva Venezuela, por lo que utilizó su gran capacidad autodidacta, que aún continúa usando hasta nuestros días. Afina cada vez más su sensibilidad humana y busca su conexión real y material con el pueblo, cuyo primer intento fue esa rebelión. Pero no fue un fracaso, se puede decir que Chávez logró entrar en el corazón del pueblo venezolano con esta acción, pero principalmente con una celebre frase de dos palabras, cuando dijo que los objetivos propuestos por el movimiento MBR200 no se habían logrado: “Por ahora”. Jamás se imaginó la burguesía política, adeco-copeyana y demás, que con esas ocho palabras se había iniciado su desplome definitivo y el de la vieja sociedad y el comienzo de la construcción del Socialismo del Siglo XXI, ejemplo para los pueblos del mundo. Ya esa frase contenía el nuevo Humanismo.
Sigamos siendo pues, consecuentes militantes de nuestra ideología: el Humanismo.
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