Interpretando el sentir de todas las Comunidades Hermanas Residenciadas en Venezuela, elevamos ante el mundo nuestra voz, nacida de los sentimientos de solidaridad, amor y libertad de nuestros pueblos bolivarianos, martianos, guevaristas y revolucionarios, para expresar una vez más nuestro irrestricto e incondicional apoyo al lider venezolano y continental, Comandante Hugo Chávez, quien impulsa la integración y unidad de Nuestra América con una dinámica de amplio apoyo a los pueblos de la región y a sus líderes populares, quienes también expresan su mutua disposición a respaldar las soberanas decisiones de Venezuela ante los embates imperialistas.
Condenamos las intromisiones gubernamentales estadounidenses y de los diversos actores del sistema imperialista, como son las grandes cadenas de medios privados de comunicación y transnacionales financieras, dirigidas a desestabilizar el gobierno popular boliviano de Evo Morales que unido a su mayoritaria población indígena ha comenzado a transformar –en beneficio de toda la diversidad poblacional- las caducas estructuras que mantuvieron al país en las peores condiciones sociales, solo comparables con las de Haití, entre todos los restantes pueblos de Nuestra América.
Asimismo, saludamos con fervor revolucionario la realización de la IV Cumbre de PetroCaribe en Cienfuegos, Cuba, donde acuden con mucho entusiasmo los líderes caribeños, cargados de todas las esperanzas de sus pueblos, y alertamos a la opinión pública mundial a reconocer la importancia y significación histórica de estas iniciativas independentistas bolivarianas contra las cuales actúa el sistema imperialista y sus agentes porque ya significan un sólido avance en defensa de nuestros recursos y en función de nuestros pueblos. Ese será un gran homenaje a Fidel, el padre de nuestras revoluciones latinoamericanas y caribeñas antimperialistas, que sigue al detalle y con especial atención esta gran Cumbre.
Hace 18 años nuestros hermanos panameños sufrieron una atroz y criminal agresión del gobierno estadounidense con aquel bombardeo del 20 de diciembre de 1989 de sus comunidades pobres y combativas de San Miguelito, hoy observamos como ese mismo imperio no puede menoscabar a la fuerza y mucho menos con la razón, a las revoluciones populares de Nuestra América y ya ha intensificado sus agresiones internas eliminando derechos a los ciudadanos estadounidenses, torturando psiquicamente a las comunidades inmigrantes y negándoles sus derechos humanos, reprimiendo a las comunidades afroamericanas como está ocurriendo en estas horas contra los "damnificados" por el huracán Katrina, socavando la estabilidad social y polìtica interna a causa de sus empecinadas guerras genocidas en Irak, Afganistán, Líbano y Palestina, atizando los odios en Kosovo y en las propias tierras vecinas colombianas, también abrumado por los desastres económicos y financieros por los que transcurre la recesiva economía estadounidense en contraste con la pujanza de la economía socialista china y el rescate de la soberanía rusa y bielorrusia que van en ascenso.
Muchas ancestrales ideas indoamericanas y latinoamericanas de libertad e independencia vuelan más alto y más lejos con nuestras aguerridas generaciones. Las ideas de Tupac Atari y Tupac Amaru, de Miranda, de Bolívar y de Sucre, de Juárez, de Zapata y de Villa, de Martí y Mella, de Sandino y de Morazán, de Loverture, de Manley, de Bishop, de Bosh y de Camaño, de Artigas, de O'Higgins, de Goulart y de Mariguella, del Che y de otros muchos caidos en aras de una América Latina y del Caribe unida, toman más fuerza y vigor cuando nos acercamos a la segunda y definitiva independencia que nos traiga la felicidad anhelada, en paz y prosperidad colectiva, con todos y para el bien de todos.
*COMUNIDADES HERMANAS RESIDENTES EN VENEZUELA
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