La verdad es que no entiendo cual es el sentido de celebrar, con bombos y platillos, los 50 años del 23 de enero de 1958, sobretodo teniendo fechas patrias recientes como el 27-F y el 4-F y siendo estas fechas la negación del 23 de enero, o mejor dicho el rescate de la traición que implico esa fecha nefasta.
Ya que se va a gastar un dineral en la celebración de algo que no merece nada celebrar, a menos que esa celebración forme parte de la “reconciliación” encaletada que nos están imponiendo desde Miraflores, conjuntamente con la amnistía, la liberación de precios, mas mano suave a las actitudes conspirativas de la derecha y la represión para combatir la delincuencia sin haber solucionado el problema del desempleo, el hambre y el desabastecimiento, aparte de tener un gabinete mas hacia la derecha, ya que se va a celebrar el 23 de enero, repito, se debería resaltar:
1.- Por que la caída de Pérez Jiménez, independientemente de la táctica interna exitosa, favoreció a los planes del Imperialismo Yanqui que tenia para ese momento.
2.- El Pacto de Punto Fijo, único hijo del 23 de enero, fue un pacto anticomunista, englobado dentro de un plan continental Gringo para aislar a las izquierdas.
3.- La dictadura que se implanto fue peor que la sustituida, a pesar de tener un ropaje democrático, y eso lo demuestra la superioridad en numero de las muertes por razones políticas de la partidocracia.
4.- El papel conciliador del PCV que siguiendo instrucciones de Moscú no buscó la toma del poder como objetivo prioritario.
5.- Resaltar a una juventud revolucionaria del momento que se fogueo en la lucha contra Pérez Jiménez pero luego fue masacrada por el puntofijismo en las calles de Caracas y en las guerrillas buscando una Venezuela mejor.
6.- Valió la pena el régimen puntofijista, ganó en algo Venezuela con ese régimen, si sirvió para algo; por que el pueblo tuvo que salir a las calles para ser masacrado el 27-F.
7.- Reasaltar la imagen de Fabricio Ojeda como héroe-mártir de la época, por su valentía y desprendimiento y condenar a los traidores de aquella juventud atribulada que vio su sueños frustrados y que aun desandan por ahí como agentes imperiales.
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