La praxis revolucionaria aporta experiencias en términos de logros y de retos. Ambas cosas nutren la formación ideológica de quienes ejecutan la práctica revolucionaria. Tanto la praxis revolucionaria como la ideología socialista, se ejecuta y se forma respectivamente, con la coherencia y la profundidad necesaria en la medida en que no se menosprecie o se ignore la memoria histórica, ni se deje de evocar emotivamente los gratos hechos o las increíbles casualidades de la vida que por necesidades históricas acuden a la mente de los protagonistas de la revolución. Luego de nuestras reflexiones teóricas y políticas de los envíos anteriores, memoricemos algunos acontecimientos trascendentales en la vida de cubanos y venezolanos relacionados con la ideología y la praxis revolucionaria.
Hace cuarenta y siete años, el 16 de abril de 1961, cuando andábamos camino al Cementerio de Colón en la Habana, con los cadáveres de aquellos valeroso cubanos ametrallados traicionera y vilmente por aviones enviados desde Estados Unidos, y ante la inminente agresión armada del imperialismo yanqui, los miles de milicianos y pueblo reunidos en la calle 23 y 12 del Vedado, escuchamos el discurso del Comandante en Jefe, Fidel Castro, que consolidaría la dirección política del proceso revolucionario iniciado unos dos años antes, y que permitía profundizar la transformación de la ideología guerrillera –que de por sí era anticapitalista- en una ideología socialista. Fidel también anunció ese día, ante los miles de fusiles en alto, que en pocas horas los imperialistas invadirían al país, y el pueblo asumió su deber con valentía y serenidad como lo hizo –cien años atrás- ante aquel llamado del cubano-venezolano-dominicano Antonio Maceo cuando frente al representante de la Corona española estremeció la manigua cubana con el grito mambí de que “el 23 se rompe el corojo”.
La proclamación del carácter socialista de la Revolución Cubana fue un punto culminante en la agudización de las contradicciones de clase en Cuba, pues unos meses antes ocurrieron varios acontecimientos que merecen ser recordados: a) el gobierno revolucionario había dictado varias leyes (agrarias, vivienda, culturales) de beneficio social que eran las más adelantadas en la historia de América Latina, las cuales afectaron a los capitalistas criollos pero sobre todo a los monopolios estadounidenses y europeos; b) el gobierno de los Estados Unidos había llegado al punto culminante de las presiones políticas con el rompimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba unas semanas antes sin haber podido torcer el rumbo independentista de la revolución fidelista; y c) como consecuencia de esa escalada agresiva del imperialismo yanqui, todo el año de 1960 es testigo de la irrupción de las masas o de las multitudes en las escenas y espacios donde se ejerce la verdadera ciudadanía con la creación de las Patrullas Juveniles, de los Comités de Defensa de la Revolución, los Congresos y Asambleas de movimientos sociales y gremiales en apoyo a la Revolución, de los contingentes juveniles para el trabajo voluntario en las ramas económicas y el inicio de la gran Campaña de Alfabetización en febrero de 1961 con una población nacional donde el 60% era analfabeta.
La proclamación del carácter socialista de la Revolución Cubana fue una decisión del alto mando revolucionario como muestra de fe, esperanza y sinceridad ante el pueblo cubano que debía ser –como nunca antes- el garante de la defensa de la Nación frente al imperio más brutal de la historia mundial que iniciaba una invasión armada. Más de 4 batallones de mercenarios de origen cubanos en su gran mayoría, entrenados, armados y transportados con apoyo logístico del Ejército de los Estados Unidos, fueron vencidos por tropas del Ejército Rebelde cubano y del batallón de la Policía Nacional Revolucionaria recién organizadas, pero sobre todo, por las tropas de la reserva o milicias populares que al llamado socialista se movilizaron en pocas horas para enfrentar, vencer y arrestar –a partir del 18 y 19 de abril- a los más de 1200 invasores que penetraron por las costas de Playa Girón y Playa Larga en la costa sur y central de la Isla.
Por ello, la victoria de Playa Girón es reconocida cada vez más en la historia de Nuestra América, como la gran primera victoria militar del socialismo frente al imperialismo en América Latina y el Caribe porque fue una batalla librada, en aras del sostenimiento del socialismo, por el propio pueblo cubano guiado por su líder y por una dirección colectiva conocedora de las artes militares . Y a su vez, es la primera gran experiencia del gobierno revolucionario cubano que hizo provocar el abandono de la política del rechazo a las armas emprendida desde el inicio de la revolución, pues la historia daba cuenta que el imperio incrementaría sus amenazas y sus opciones de invasión directa. Por tales motivos, Fidel y sus colaboradores más cercanos como Raúl, Che, Almeida, y Ramiro decidieron solicitar el apoyo coheteril defensivo soviético, con lo que se crearon las condiciones para que unos meses después –en octubre de 1962- sobreviniera la llamada Crisis de los Cohetes, la cual originó el desenlace político- estratégico nuclear bipolar entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en torno a Cuba, de mayor envergadura histórica, jamás igualado, ni apenas parecido en las siguientes cinco décadas de esta historia de la humanidad, la misma que en el 2008 observa como vuelven o regresan los aires de guerra mundial nuclear y, como única alternativa posible, se aprecian y valoran los vientos de la guerra fría –con nuevas manifestaciones- entre los poderes del capitalismo y el socialismo que tienen una existencia real y objetiva.
Abril parece ser, en la historia de América Latina, un mes de desenlaces, y por tanto de definiciones, pero solo entre Venezuela y Cuba estas particularidades ofrecen pautas de coincidencia o de puras casualidades sorprendentes. Por eso gusta tanto en Venezuela esa canción del trovador Amaury Pérez que dice “acuérdate de abril, recuerda….”.
La victoria de Playa Girón, en Cuba, con toda su significación histórica, ocurrió un 19 de abril luego de una 72 horas combates. Y en Venezuela, pero hace 198 años, un 19 de abril marcó el inicio de la revolución de independencia cuando los “criollos”, ese germen de la nueva identidad venezolana, decidieron imponer su voluntad ante los representantes imperiales de la Corona española. En Cuba, un 19 de abril, esa “resistencia heroica” de siglos, de la que ha hablado Fidel recientemente, tuvo un momento de climax en esa década del 60, cuando unos pocos obreros y campesinos cubanos vencieron militarmente a los enajenados e invasores enviados por el imperialismo yanqui. Pero también en abril, en menos de 72 horas, en Venezuela, el pueblo aplastó el intento imperialista de acabar con la Revolución Bolivariana emprendido por unos cien generales, pero sin tropas. El pueblo reclamó y logró el regreso de su líder, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, y de allí surgió ese apotegma popular que hace recordar siempre que, en abril, “todo 11 tiene su 13”.
Por ello, la historia, estamos seguros y convencidos, recogerá en sus páginas memorables, todo lo que la Misión 13 de Abril realizará, una vez lanzada por el Comandante Chávez también en un abril esperanzador, y ante un pueblo erguido levantando nuestros puños en la Ave. Urdaneta, en aras de la construcción del Socialismo en Venezuela.
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