“Esta obra no requiere conocimientos previos,
sólo la capacidad de saber pensar por sí mismos.”
Estanislao Zuleta.
Estudiar el tema del estado es sin duda una necesidad para quienes desde pensamientos y prácticas dialécticas intentamos frenar el avance metabólico de la alienación y de la hegemonía del capital. En esta etapa de la historia el conocimiento de los tipos de estado y lo que representan en determinada formación económica y social es para los hombres y las mujeres un instrumento propio para la conquista gradual de su legítima y verdadera libertad. La ilustración respecto al estado no puede ser lacónica ni debe quedarse sólo en las fronteras de la ontología, ésta debe partir de la filosofía por ser la ciencia universal que “…responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida”, como bien lo sostuvo Don Miguel de Unamuno. Ahora bien, la filosofía es muy amplia, a tal punto que abarca campos antagónicos como el materialismo y la metafísica, en este sentido Marx es determinante al señalar el camino, cuando plantea en las tesis sobre Feuerbach que “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de trasformarlo”; en este sentido es imperioso percibir al estado con un alto sentido materialista que culmine en ejercicios prácticos de lucha para contribuir con argumentos filosóficos a la transformación del mundo: de explotador alienante a mejor y posible.
La ambigüedad en la concepción del estado es sin duda el cuerpo del problema, la burguesía conceptualiza al estado con aforismos que en realidad son sorites de la más oscura talla. En la tradición marxista hay pensadores de la altura moral y política del italiano gramsciano Guido Liguori, que plantea que el tema del estado dentro del pensamiento de Carlos Marx es una “Visión restringida e instrumental”, y que además éste -el estado- “constituye el punto más débil de la teoría política de marx." Sin embargo no se puede borrar de la historia los grandes aportes al tema que hizo este gran filósofo y economista alemán en documentos como “la crítica de la filosofía hegeliana del derecho”, “contribución a la crítica de la economía política”, “la cuestión Judía”, entre otros. En cuestión, la teoría marxista no está compuesta sólo por el pensamiento de Marx, como todos sabemos, el marxismo está integrado además, por las ideas de Engels y Lenin.
Mientras la burguesía siga planteando de una manera deformada e incorrecta –o más bien correcta para sus intereses– el tema del estado, y el marxismo tradicional clásico presente posibles silencios frente al tema, el problema cobrará dimensiones exorbitantes. Desde el materialismo histórico y dialéctico se puede realizar un estudio de la génesis del estado y sus implicaciones políticas, económicas, sociales y culturales en cada formación económica que el planeta ha conocido, este ejercicio científico e historiográfico conduciría, si el resultado es propagado, a materializar ideas como la de Nietzsche cuando plantea “…una criatura que reflexionase sobre el origen del estado buscaría su salud lejos de éste”, no obstante, el problema seguirá siendo problema si no surge un instrumento que permita superarlo en su característica estructural, en sus dimensiones económicas y culturales; es decir, en palabras de Marx en la estructura y en las de Gramsci en la superestructura.
Federico Engels se refiere a la concepción del estado por los años de 1884 en su magistral obra “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”, de la siguiente manera “por regla general el estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante, que, con ayuda de éste, se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida”; 8 años después en otro de sus aportes a la humanidad “Del socialismo utópico al socialismo científico”, refuerza la idea sosteniendo que “el estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, es el estado de los capitalistas”. Estas citas, sin ánimos de usar circunlocuciones, invitan de manera acertada a realizar el estudio del estado desde la óptica científica de la lucha de clases, para desde allí comprender su lógica de manera concreta. Lenin 27 años después contribuye con nuevos elementos a los argumentos de Engels al expresar “La historia demuestra que el estado, como aparato especial para la coerción de los hombres, surge solamente donde y cuando aparece la división de la sociedad en clases, o sea, la división en grupos de personas, algunas de las cuales se apropian permanentemente del trabajo ajeno, donde unos explotan a otros”, en este sentido y desde la primera ley de la dialéctica “lucha de los contrarios”, es inequívoco afirmar de manera científica que el estado es el resultado del avance de las contradicciones irreconciliables presentes en la sociedad, es por ello que no siempre ha existido, ya que efectivamente surge en la formación económica y social esclavista, justo cuando aparece en la humanidad la propiedad privada sobre los instrumentos y principales medios de producción, y con ella el origen de la división de la sociedad en clases fundamentales, es decir, opresor-oprimido, o lo que es lo mismo para esa oscura fase de la historia, esclavista-esclavo. En otras palabras, el estado es consecuencia de los antagonismos de las clases, donde la clase dominante, desde el punto de vista económico, lo utiliza como medio para sostener su fin, el cual es preservar su hegemonía tanto en la estructura productora de mercancías como en la superestructura generadora de alienación.
El problema no tiene su solución, como algunos plantean, en la aplicación de ejercicios socráticos mayéuticos únicamente, porque no se trata de buscar sólo conceptos de construcción colectiva, sino de producir instrumentos que permitan la superación del estado controlado por las minorías opresoras; en la época del capitalismo, nos referimos al estado burgués. Para poder impulsar el socialismo en el siglo XXI desde la etapa de la revolución bolivariana, se necesita avanzar en campos fundamentales de la propia fisonomía de esa futura formación económica y social, uno de ellos es construir el estado socialista, lo cual parte de la destrucción progresiva del Burgués, según Nietzsche “Cada momento devora al anterior, cada nacimiento es la muerte de innumerables seres, engendrar la vida y matar es una misma cosa”, entonces, la muerte del estado burgués es el nacimiento del socialista.
Según los Edda en el principio sólo era, el vació (Ginnungagup), el mundo del hielo, niebla y oscuridad (Nilfheim), y el del fuego (Muspell); cuenta la mitología Escandinava o Nórdica que de la unión del hielo proveniente de Nilfheim con el fuego de Muspell surgió la vida en el Ginnungagup, ésta se materializó en la aparición de dos gigantes de dimensiones exorbitantes, el primero Ymier o Aurgelmir y el segundo la Vaca Audumbla. Aurgelmir se alimentó de Audumbla y de su sudor nacieron otros gigantes (llamados gigantes de escarcha) al igual que de sus pies, de Audumbla nació el primer hombre y de él los dioses llamados asas, uno de estos dioses se casó con la hija de un gigante de escarcha y de ellos nacieron, Odin (principal deidad de la mitología Nórdica), Vile y Ve.
Odin y sus hermanos mataron a Aurgelmir y de su cuerpo crearon la tierra, de su sangre el mar, de su cráneo el cielo, de sus huesos las montañas, de su pelo los bosques y de su cerebro las nubes, esto se conoció como Midgard o mundo de los hombres.
Aunque la discusión concerniente al tema del estado debe desarrollarse desde argumentaciones científicas y no desde trincheras escolásticas mitológicas, no podemos tildar de baladí las referencias poéticas, lúdicas e incluso majestuosas que la humanidad guarda en su saber; a diferencia de los metafísicos que convierten creencias en elixir para los problemas de los pueblos, los materialistas dialécticos usamos los argumentos necesarios, con un alto sentido crítico, que provengan incluso de los acervos populares para sostener que primero fue la naturaleza que el pensamiento, y desde allí avanzar en todo el cuerpo sistemático de la explicación de las cosas, he aquí donde cobra vigencia y con mayor fuerza la frase expresada por Jorge Luís Borges “Todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa es lo que se hace con ellas”; en este sentido y alejados de argumentos anfibológicos es posible hacer una analogía entre la mitología de los pueblos germanos específicamente en la concepción poética de Aurgelmir y el estado Burgués.
Al igual que Aurgelmir el estado burgués es un gigante y dentro de él se encuentra su codificación orgánica compuesta; por un lado, por la base económica de la sociedad capitalista sostenida mediante la explotación del hombre por el hombre para la producción de mercancías con altas cargas de plusvalía, y por otro lado, por el conjunto de instituciones, leyes, normas morales, éticas, fuerzas militares, policiales, etc., que resguardan la ideología de la clase opresora y la protegen mediante la represión ante posibles estallidos de rebeldía de la clase oprimida. Este planteamiento es rebatido duramente por los lumpenproletarios, por los dueños del capital y por sus sirvientes organizados en partidos socialdemócratas, socialcristianos, corrientes posmodernas, liberales, neoconservadores, todos dentro del ámbito de la derecha y extrema derecha. ¿Pero si el gigante estado burgués no es un instrumento que permite la hegemonía económica y cultural de una minoría clasista de la sociedad, como ellos predican, entonces por qué el empresario mexicano Carlos Slim acumuló sólo en el año 2004, 10 mil millones de dólares, y este hecho es planteado como un éxito a través de las grandes cadenas de comunicación global? Si desciframos el significado de la acumulación de esa riqueza encontramos lo siguiente: 10 mil millones de dólares, a 2150 bolívares por dólar, es lo mismo que 21.500.000.000.000Bs. (veintiún billones y medio de bolívares), es decir que al mes ese sólo hombre percibió 1.791.666.666.666 Bs. (un billón setecientos noventa y un millardos seiscientos sesenta y seis millones seiscientos sesenta y seis mil seiscientos sesenta y seis bolívares); por semana será 447.916.666.666 Bs. (cuatrocientos cuarenta y siete millardos novecientos dieciséis millones seiscientos sesenta y seis mil seiscientos sesenta y seis bolívares); por día son 63.988.095.238 Bs. (Sesenta y tres millardos novecientos ochenta y ocho millones noventa y cinco mil doscientos treinta y ocho bolívares.); por hora queda 2.666.170.634 Bs. (Dos millardos seiscientos sesenta y seis millones ciento setenta mil seiscientos treinta y cuatro bolívares); por minuto son 44.436.177 Bs. (Cuarenta y cuatro millones cuatrocientos treinta y seis mil ciento setenta y siete bolívares.), por segundo 7.400602Bs. (Siete millones cuatrocientos mil seiscientos dos bolívares.).
Esto quiere decir que cada vez que Carlos Slim respiró (partiendo que hace una respiración por segundo) durante todo el año 2004 entraban a su bolsillo más de 10 veces de salario que se gana un obrero u obrera trabajando todo un mes en el 2007 en Venezuela (salario mínimo 614.790Bs el más alto de América latina), así como también se manifiesta claramente que el dinero que percibió por minuto durante ese año 44.436.177 Bs. (Cuarenta y cuatro millones cuatrocientos treinta y seis mil ciento setenta y siete bolívares.), es superior que la jubilación producto de toda una vida de trabajo de un proletario o proletaria; por otro lado la reflexión matemática nos indica que ni un millón de obreros y obreras que trabajasen durante 2 años sin gastar ni un céntimo podrían acumular el 100% que la referida individualidad amasó en sólo un año. El planteamiento referente a que la explotación y la desigualdad de clases (opresor-oprimido) que es garantizada y sostenida por el estado burgués cobra legitimidad al ser debelados los hechos presentes en la lógica concreta de las sociedades capitalistas; y es por ello que hoy día en pleno surgimiento del siglo XXI cobra mayor vigencia toda critica que se eleve concerniente a este tema, porque como reza el viejo proverbio africano Swahili “Quién dice la verdad nunca se equivoca”.
Ahora bien, no todo el estado burgués es malo, si usamos el porcentaje como medida, y de manera equilibrada nada alarmista, es posible decir que sólo el 30% es malo, el 70% restante es sencillamente fatal para la existencia de la especie humana. Esta conclusión se hace válida y real en el mismo momento en que se conoce por referencia de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la tasa de pobreza en la región, la cual haciende a cerca de 205 millones de hombres y mujeres, adicional a la de la pobreza extrema o indigencia que ya suma 79 millones de seres humanos. Otro indicativo alarmante es el incremento de la destrucción ambiental producto de la emisión de dióxido de carbono y metano -entre otras cosas- provenientes de la descontrolada producción de mercancías, causando el aumento de la temperatura de la atmósfera y de los océanos, es lo que se conoce como “Calentamiento Global”. Si la producción industrial de la burguesía continúa incrementando la reproducción metabólica del capital y con ello desprendiendo estos gases, según estimaciones del cuerpo de científicos que estudia el tema (IPCC Panel Intergubernamental del Cambio Climático), para el año 2050 se podría exterminar por lo menos la cuarta parte de todas las especies de plantas y animales del planeta. Todo esto quiere decir que si la lógica de la burguesía, su estado y su formación económica se mantiene tendremos en un futuro muy cercano países inundados de individuos en las condiciones de pobreza más precarias he inhumanas, la destrucción en aumento de buena parte de la vida en el globo terráqueo, y por su puesto, una minoría de ricos disfrutando de las exquisiteces de la explotación en algún campo de golf ultra lujoso y selectivo.
Como en la mitología nórdica el gigante ha generado sus verdugos de sus propias entrañas, los cuales no son otros que sus propios hijos, es decir, el pueblo movilizado y articulado por la minoría consciente de la totalidad de la clase oprimida. Es por ello que hay que superar las prácticas de factores o individualidades con altas debilidades ideológicas que se materializan en la reproducción de premisas que sostienen el estado burgués impidiendo su necesaria destrucción; en la revolución bolivariana de Venezuela es común ver a compañeros inmersos en cuerpos estructurales, incluso con poder de decisión dentro del aparato burocrático que las formaciones económicas y sociales necesitan en la etapa de transición, siendo víctimas de argucias por parte de quienes gozan de las mieles del burocratismo, los mismos que tienen el interés crematista más desarrollado que el interés de clase y por tanto les resulta una arlequinada impulsar la destrucción de la estructura que les garantiza su estabilidad económica, y estatus dentro del proceso político. Todo director, ministro, alcalde, gobernador, obrero, empleado, formador ideológico, etc., se convierte en factor de retroceso en el mismo momento que con prácticas conscientes, o inconscientes inducidas por desconocimiento, obstaculiza la marcha del motor de la historia que progresivamente va destruyendo las bases del estado de los opresores; en esta etapa por la cual transita la humanidad necesitamos hombres y mujeres con criterios y prácticas concretas inalienables y que además puedan decir sin engañarse a sí mismos algo parecido a lo que expresó Albert Einstein en su credo humanista “Nada hay de lo que yo no pueda prescindir en cualquier instante.”
Ahora bien, la minoría consciente de la totalidad de la clase oprimida debe moverse en la lucha, como concibió Homero el movimiento de Diómedes en la guerra de troyanos y aqueos “… con el ímpetu del rio que rompe los diques con su fuerte corriente”, es decir, con presencia y fluidez en cada espacio, capaz además de romper cualquier pared que obstaculice el avance del resto del pueblo; ya que al tener claro que es falsa la tesis que el estado burgués se extingue por si solo, el criterio consciente se fortalece hacia su destrucción que es a su vez construcción de uno nuevo el semi-estado socialista, el cual si desaparece por sí mismo cuando se desarrollan las fuerzas productivas y la propiedad privada sobre los instrumentos y medios de producción pasa a propiedad colectiva o de todo el pueblo, eliminando de esta manera la división de la sociedad en clases; esta idea es claramente sostenida por Lenin cuando cita a Engels (en su obra “el estado y la revolución”): “El estado burgués no se "extingue", según Engels, sino que "es destruido" por el proletariado en la revolución. El que se extingue, después de esta revolución, es el Estado o semi-Estado proletario.”
La superación del estado burgués de la minoría opresora es sin duda un problema para la mayoría oprimida de carácter, complejo, dinámico y además no lineal, es por ello que su solución reside internamente en su propio proceso estructural. Los requerimientos para la implosión del estado opresor son estrictamente proporcionales a las necesidades de la construcción del semi-estado socialista, entre otras cosas la capacidad de agitar, organizar y propagar elementos epistemológicos desde la minoría consciente hacia el resto del pueblo semiconsciente he incluso a las capas no fundamentales de la lucha de clases que aún no se ubican dentro de los extremos.
Cada hombre y cada mujer con conciencia de clase de ubicación oprimida y con prácticas científicas concretas, nada empíricas, debe asumir la lucha frente al estado opresor entendiendo que es la “Alegría y la Vida, en Tremenda Lucha, contra la tristeza y la muerte” como dijo Algimiro Gabaldon en su grito rebelde, glorioso y guerrillero en décadas anteriores pero en el mismo conflicto de intereses antagónicos.
La negación del estado burgués opresor en el conflicto de opuestos cuando la negación no es la negación superficial mal entendida y deformada sino es asimilación de lo negado deriva en un nuevo elemento que se desarrolla en espiral por el movimiento del la historia, es decir un nuevo estado o más bien Semi-estado socialista, esto es la aplicación teórica, al tema del estado, de la segunda ley de la dialéctica “Negación de la Negación”. En términos prácticos las condiciones para el avance por no ser el problema de carácter lineal se torna con características especificas de cada escenario, esto pone a un lado todo planteamiento ortodoxo con características “recetarías” para los pueblos.
He aquí el centro del conflicto histórico y nada lacónico que los procesos de dignificación que el mundo se ha trazado dentro de los avances de las revoluciones con criterios de clases impulsadas por las mayorías explotadas, en el cual no es necesario llegar a análisis praxiologícos y catalácticos en los diferentes estadios del pueblo para comprender como reaccionan las capas más débiles frente la explotación; aunque la explicación de este fenómeno no parte de estudios etiológicos, su consistencia material es el resultado del fortalecimiento de la conciencia orgánica de los pueblos producida como efecto secundario por la arremetida bestial de la superestructura sosteniendo la estructura y viceversa, ya que aunque los días se tornen alciónicos producto del control del sistema dominante, la verdad es que cada momento es de lucha por la subsistencia de la especie en condiciones nada favorables para los oprimidos, produciendo mecanismos de resistencia que se traducen en la elevación de la conciencia de las fuerzas productivas y demás aliados de clase dentro de las capas que conforman las fundamentales en la formación económica de determinado momento histórico; esta elevación de conciencia que además está siempre en aumento fluye hacia los caminos de la articulación de acciones para impulsar la liberación por el mismo camino que transita el conocimiento.
Por esta razón el conocimiento de la realidad de las clases con intereses opuestos y su articulación práctica en hechos concretos es el requerimiento principal para impulsar la agudización de las contradicciones con efecto bifronte, por un lado destrucción del estado de la burguesía y por otro nacimiento del semi-estado socialista. Este requerimiento inicial está condicionado según el proceso evolutivo de los acervos culturales convertidos en trincheras de resistencia rebelde frente al capital en la etapa intermedia de dos formaciones económicas y sociales, es decir, en la revolución, ya que es allí donde se estimulan en mayor medida “los poderes creadores del pueblo” frase inmortal del “credo” del poeta y dramaturgo venezolano Aquiles Nazoa, que resume magistralmente la capacidad de generar conocimientos prácticos en sentido gnoseológico en determinado momento de la vida colectiva como alta iniciativa dentro de la lucha contra el mundo de las mercancías.
El problema gnoseológico referente al estado debe sumar postulados de toda su historia desde sus preocupaciones anteriores al siglo XIX, hasta la filosofía occidental para poder comprender la solución estructural del problema y desde allí trazar los mecanismos de destrucción y creación en el mismo tiempo dialéctico, es decir, debe desplegarse por el “saber qué” y “saber cómo”; que es: cómo lo destruyo y cómo le creo. Por otro lado el estudio gnoseológico de las creaciones del pueblo tiene que partir desde el conocimiento no científico y más allá de él, basándose en las evidencias en concordancia con la naturaleza como un todo y la base material del entorno concreto como acervo puntual y legítimo entre las relaciones sujeto y objeto desde el plano más general y abstracto hasta la transformación en epistemología.
Por tanto, la gnoseología de los poderes creadores del pueblo en toda su dimensión debe partir de entender el carácter objetivo del mundo y la posibilidad de conocerlo, allí está el arma de mayor contundencia enfilada hacia las bases del estado de la burguesía; ver una concepción del conocimiento no científico como un reflejo de la actividad divina es un conflicto importante para el desarrollo hacia la acumulación de las fuerzas necesarias para avanzar hacia otra formación diferente a la capital, y es allí donde el pueblo todo se ve inmerso en las trampas que contiene sus propias cadenas. Los principios metafísicos concernientes al estado son muy comunes desde que la humanidad comenzó a preguntarse sobre la esencia de la asociación de los seres humanos en la sociedad, un ejemplo se puede encontrar en la “República” del eminente filósofo Ateniense, Aristocles, mejor conocido con el seudónimo de Platón, allí se estructura la idea del estado desde los preceptos metafísicos del alma, para él la parte intelectual del alma corresponde dentro de la república a los Filósofos, la sensual a los campesinos, y la que contiene el valor a los guardianes y guerreros, a pesar de que Platón planteó la eliminación de la propiedad privada y de la familia, sólo para las clases superiores de su “Estado-Platónico”, la esencia en sí de su concepción política-económica por estar constituida en tres clases sociales dirigida por una superior (los filósofos) auque muy avanzado para su etapa histórica no deja de ser una aristocracia. Otras ideas se escudan en el materialismo anterior al dialéctico marxista, sosteniendo la división de las clases, un ejemplo de ello puede remontarse incluso a la antigüedad, en “La Política” de Aristóteles, este prominente pensador, científico y filósofo griego lamentablemente plantea “La naturaleza, teniendo en cuenta la necesidad de la conservación, ha creado a unos seres para mandar y a otros para obedecer. Ha querido que el ser dotado de razón y de previsión mande como dueño, así como también que el ser capaz por sus facultades corporales de ejecutar las órdenes, obedezca como esclavo,…” de esta manera en la actualidad la gnoseología del pueblo en su proceso de resistencia habitual le brinda componentes únicos a la concepción moderna marxista del semi estado socialista y a su vez le resta vigencia a las ideas multiclasista de la sociedad, ya que el capital al no tener resultados favorables dentro de las amplias mayorías en la propia lucha por la subsistencia afecta progresivamente la estructura y la superestructura de este tipo organización política.
Como primera conclusión es necesario afirmar que el estado de libertad y justicia para todos y todas no existe, lo más cercano a éste es el semi estado socialista el cual desaparece por si solo, conquistando así la sociedad sin clases y sin estado, lo cual significa verdadera libertad y justicia.
La condición principal para llegar a esta situación, es la incorporación de todo el pueblo en situación de oprimido dirigido por la minoría consciente de su clase utilizando como arma fundamental los avances gnoseológicos producidos al calor de su propia resistencia llevándolos al punto más alto de la epistemología.
Como segunda conclusión vale sostener que la minoría consciente debe saber de todo y aún más, debe alejarse de cualquier tipo de alineación, así como también de cualquier tipo de adoctrinamiento, para esto debe tener la historia de la humanidad en sus cerebros, porque la tarea de conducir al resto del pueblo por los caminos de la libertad tiene muchos precipicios ideológicos, y sólo conociendo cada escuela de pensamiento, es posible evitarlos.
La condición principal para ello es “la capacidad de saber pensar por sí mismo”, así con el uso de la razón es posible develar el camino que conduce hacia la victoria.
Como conclusión final es posible afirmar que el estado de la burguesía está llegando a su fin por causa del deterioro aberrante en la exacerbada producción de mercancías, que deteriora incluso al planeta, su fin viene desde sus propias entrañas, sólo hace falta para acelerar su destrucción la incorporación de millares de personas que pasen de la resistencia o la ofensiva insurgente con sus propios acervos y con la idea clara de construcción del semi estado socialista para llegar a la sociedad sin estado y sin clases.
(*)“Pepino”
Editores: Elizabeth peña
Robert Silva
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