Las nuevas políticas económicas vista o estudiadas superficialmente por alguien ajeno a la realidad venezolana, o con el desconocimiento de las fuerzas políticas internas que pujan dentro de la revolución (la burguesía, la pequeña burguesía y las pequeñas fuerzas revolucionarias) podrían parecer simples tácticas transitorias. Pero en realidad la NEP es la culminación histórica y la concreción del triunfo de la pequeña burguesía, de los vencedores de esa puja, sobre los revolucionarios.
En su esencia, la NEP plantea una “Alianza Estratégica” con la burguesía y la formación de una robusta burguesía “nacional” dándole acceso a la acumulación de capitales y mayor entrada en los sectores básicos de aquellas áreas estratégicas del Estado. En resumidas palabras. Alimentamos y posicionamos al verdugo de nuestra revolución. Nuestras palabras, sin duda, nos colocan en la posición de críticos de la revolución, posición del cual, también, se han valido muchos oportunistas y el infantilismos de izquierda para apuñalar a la revolución. Pero creemos, como revolucionarios conscientes, que la nueva concepción económica conlleva a la revolución por peligrosos derroteros, y es nuestra obligación, y más, un deber, plantear nuestras posturas y criticas a tiempo.
Por ahora, la pequeña burguesía que puja dentro del proceso revolucionario (personificados en Haiman El Troudi, Martha Harnecker, Heinz Dieterich, Díaz Rangel y José Vicente Rangel, entre otros.) han influyendo con su ideología a la Revolución Bolivariana. La identificación con el pragmatismo y su fobia a la teoría revolucionaria; los engañosos postulados “científicos” que plantean la supuesta “necesidad de formar o robustecer una burguesía “nacional”, desarrollar el capitalismo como paso previo, antes que el proletariado pudiera pensar siquiera en su liberación total y plantearse el socialismo, es obra de esta pequeña burguesía, y el mal que condena al fracaso a nuestra revolución. Es la reafirmación de los dogmas del extraño “marxismo", que tanto han criticado muchos, y que hoy pretenden reeditar algunos. Pero como diría el mismo Gramsci, “los hechos han superado a las ideologías”; los hechos han reventado sus esquemas críticos según las cual “el socialismo pasa por una burguesía nacional desarrollada”, permitiéndonos ver en ellos (a la burguesía) la verdadera sogas que restringe nuestra liberación.
Lenin, incluso, reconocía su NEP como una necesidad táctica de retroceder, porque, según él, no estaban dadas las condiciones en Rusia. La NEP Bolchevique consistía, fundamentalmente, en desarrollar aceleradamente empresas de propiedad del Estado regidas bajo formas o relaciones de producción y distribución capitalista. En otras palabras, Capitalismo de Estado: “utilizar las herramientas melladas del capital (la Ley del Valor fijada por el mercado) para desarrollar la economía soviética”. Lenin admitía que su NEP era un paso atrás. También reconocía sus peligros en el tiempo sobre la consciencia del pueblo. La NEP ha provocado las definiciones esperadas en la revolución. Reformistas y revolucionarios. Unidad y lucha de contrarios.
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