Con las primeras lecciones recibidas (1962), aprendimos que “cooperativismo es socialismo”, ideas que tienen su origen en los padres del socialismo utópico: Owen con las primeras sociedades cooperativas; Fourier con sus falansterios; y Saint Simón que vio la revolución francesa como “lucha de clases”. En el prefacio a “La Guerra Campesina en Alemania”, Engels considera a los tres como las “mentes más preclaras de todos los tiempos, habiéndose anticipado genialmente a una infinidad de verdades cuya exactitud estamos demostrando ahora de un modo científico.” La palabra “socialismo” aparece por primera vez en las obras de Owen. Marx en el Manifiesto le da el nombre de “comunismo”.
Llevar a la práctica las ideas del socialismo utópico es lo que da origen al cooperativismo con sus valores, principios y técnicas, que constituyen su esencia. En Venezuela, como fruto de la ambigüedad de la actual Ley surgieron unas organizaciones que reciben el nombre de “cooperativas”, pero ajenas al “cooperativismo”. Vale el aforismo, “el hábito no hace al monje”. A estas cooperativas debe ser a las que se refiere el presidente Chávez cuando afirma que son “empresas capitalistas” y en ello tiene razón, pero no la tiene cuando dice que el “cooperativismo no es socialismo”. Esta es una afirmación tan falsa como el afirmar que Miranda participó en la guerra de independencia de los EE.UU.
El “cooperativismo” es el instrumento idóneo para implementar el socialismo por cuanto en él se conjugan cuatro elementos: organización, educación, trabajo liberador, propiedad colectiva, sustentados en principios, valores y técnicas. El elemento fundamental es la educación, a tal punto que la cooperativa puede definirse como “un pretexto económico con un fin educativo”.
Rechazamos las opiniones del presidente Chávez sobre “cooperativismo”, tal vez fruto de la frustración por el fracaso de las cooperativas promovidas en el país en los últimos años, que dejaron a un lado, “la ayuda mutua y el esfuerzo propio”, sustituidos por el crédito o “realazo” incontrolado. ¿Dónde queda el “esfuerzo propio” si con sólo fundarlas y sin haber desarrollado el proyecto, reciben un crédito? El crédito sin mesura es enemigo del desarrollo. Como ejemplo, la deuda externa o los créditos hipotecarios que en EE:UU. arrastran a la quiebra a la banca nacional e internacional (Fannie Mae y Freddie Mac). ¿Qué ha pasado con los créditos otorgados a 240 mil cooperativas?. ¿Dónde están los resultados?
Marx dejó establecido que la clase trabajadora tendría que proponerse: “la abolición del trabajo asalariado y sustituirlo por la nueva forma de producción cooperativa.” En su libro la “Guerra civil en Francia”, donde analizó la Comuna de París, señaló “... si la producción cooperativa ha de sustituir al sistema capitalista; si las sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencias inevitables de la producción capitalista, ¿qué será eso entonces, caballeros?” Señor Presidente no tenemos ninguna duda, cooperativismo es socialismo auténtico.
leonmoraria@cantv.net
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