En su visita al estado Anzoátegui en septiembre de este año, el comandante Chávez dio instrucciones para una pronta intervención en la comunidad de El Viñedo, jurisdicción del Municipio Simón Bolívar (Barcelona) y sugirió, que esa intervención fuese concebida con la idea de convertir a esa amplia y populosa comunidad del municipio Bolívar en una Comuna.
El tema de “la comuna” no es una novedad ni una propuesta reciente. Sabemos de sus orígenes y de experiencias desarrolladas en otros países con intenciones similares a las que sustenta esta propuesta en el ámbito de Venezuela. En nuestro caso, el tema de la comuna cobró relevancia en el marco la propuesta de reforma constitucional, como aspecto adicional (pero importante) en el proceso de conformación del poder popular.
Se conoce que en algunos estados del país están andando experiencias para la “echar” andar esa experiencia, más sin embargo, creo que el asunto viene asumiéndose sin un marco de referencia conceptual-teórico más o menos homogéneo para que la conformación de la comuna sea abordado como un aspecto relevante del proceso bolivariano y de consolidación del poder popular. Con la “comuna” pudiera estar sucediendo lo mismo que aconteció con muchos de los proyectos endógenos, que desde un principio se contaminó con el signo del individualismo y con una orientación estrictamente económica o meramente productivista, pero de lo endógeno, que era lo fundamental, los proyectos, contenían muy pocos elementos.
En la reforma constitucional se precisó una primera aproximación conceptual al concebirla como “células geo-humanas y de representación del sentir de las comunidades”. Esta idea, centro la situación de la comuna a un asunto espacial y de representatividad de una determinada comunidad o consejos comunales. La idea de “representatividad” es reforzada cuando se insiste en darle a la comuna una personalidad jurídica y con estos dos elementos (representatividad y personalidad jurídica), probablemente se estaría trabajando sobre una línea de cambio para que nada cambie. Es decir, hay poca innovación en esta visión.
A través de www.aporrea.org, se puede apreciar el interés por el problema y las percepciones que han ido formándose. Leído una cantidad importante de notas y artículos, es posible identificar los aspectos o rasgos más relevantes que permiten asignarles sentido y “vida” a las comunas. En las notas de prensa que informan sobre la conformación de comunas en algunos estados del país, es fácil encontrar el “detalle” de ver esta conformación como asociado al desarrollo de un plan habitacional y con una posibilidad de constituir en ese desarrollo un proyecto productivo.
En otros casos; la “idea” marcha bajo la premisa de un desarrollo de un proyecto económico o modelo de producción con prevalencia de lo colectivo sobre la dimensión individual. No es posible observar en esta percepción, las “fronteras” entre lo conocido como proyecto endógeno y lo que se está calificando como comuna, conformándose así, una superposición de conceptos que están muy conectados, pero que deben ser asumidos como hechos con sus respectivas diferencias.
El Profesor Martín Guédez ha publicado varios trabajos sobre este importante proceso y en uno de ellos, traza una línea de confidencia entre los consejos comunales y las comunas, cuando casi afirma que los consejos comunales deberían ser las comunas. Desde su perspectiva; la comuna ha de constituirse en un espacio para darle cabida a valores fundamentales. En ese sentido, el amor, la solidaridad y la familiaridad son los rasgos/valores que identificarían el proceso de conformación de la comuna.
Martín Guédez por lo que he podido percibir en sus escritos y programa radial, es un extraordinario pensador y desde una óptica que está repleta de mucha emoción; la comuna es asumida como un rinconcito muy calido del proceso bolivariano.
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