Alcalde, en el proceso recuperación de los espacios públicos en el Municipio Bolivariano Libertador, tuve la oportunidad de participar en la planificación del reordenamiento de los trabajados excluidos por el sistema económico, mal llamados buhoneros ya que según la Real Academia Española el término viene de buhón, este de bufón, y este de buff, expresiva de la palabrería del buhonero para ensalzar su mercancía y en Venezuela según la misma fuente significa: vendedor ambulante, lo que expresa claramente que una de las condiciones fundamentales para ser buhonero es tener un discurso para la venta de su mercancía y además no tener sitio fijo para su venta, ¿qué trabajador de la calle, excluido por el sistema económico, tiene en Caracas algún discurso para la venta de su mercancía y además es itinerante, si incluso ya empotran sus puestos en las aceras?.
Para el momento en que analizábamos como abordar la solución a un problema heredado estructuralmente de una economía concebida bajo la competencia y la supervivencia a través del desplazamiento del otro, nos dimos cuenta que lo ejercido en nuestras calles es una economía no planificada que debe definirse como “economía informal” por la carencia de normas y ausencia de controles en su ejercicio, y nos planteamos políticamente pasar de una economía informal a una economía popular, definida popular por el hecho de ser una actividad económica de fácil acceso pero con dignas condiciones en su ejercicio, como transición a una economía socialista, altamente productiva y creativa, con condiciones meritorias no sólo para su ejercicio sino para el beneficio a la estructura económica de nuestro país.
Fíjese estimado Alcalde Jorge, cuando usted afirma el 3 de Enero en su rueda de prensa ante los distintos medios que ese desastre del que fuimos testigos en el bulevar de Catia este 1ro de Enero es responsabilidad de la Economía Popular, esta desestructurando un trabajo de reconstrucción de la autoestima de hombres y mujeres que salieron de las calles para ser formados en el Ministerio de Economía Comunal, becados con apoyo de la Alcaldía y reinsertados a espacios con créditos que han incorporado a los excluidos del sistema económico neoliberal y los han iniciado en una paulatina transformación a una economía socialista, que aun cuando no la tenemos, siempre buscará de principio dignificar su condición de ciudadanos.
Debo asumirme proponente y copartícipe de esta concepción, estimado Jorge, y espero que se entienda la importancia de mantener estos conceptos que podrán ser conductores de una verdadera transformación. Lo que usted haga o deje de hacer, enrrumbará los destinos de una ciudad con una importancia geopolítica estratégica y única para el destino de la revolución bolivariana en el continente, pero no menos importante, detrás de estas decisiones existen hombres y mujeres con una esperanza de cambio, en especial en Catia, sitio que mucho critiqué, siendo amigo del iniciador de este proceso de ordenamiento: Freddy Bernal, que no fue atendido en primer lugar, queriendo ganar votos en una parroquia como El Recreo que ha sido ingrata ante lo que se hizo por ella al despejar al bulevar de Sabana Grande. Que bueno Alcalde Jorge que ahora venga Catia, pero háblele claro a esos hombres y mujeres excluidos, invítelos a incorporarse a la revolución, ya que la revolución todavía no ha llegado a ellos. Invítelos a ser protagonistas, y sentemos las bases de una economía popular que permita consolidar un modelo socialista real.
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