...“Por el engaño se nos ha dominado mas que por la
fuerza”…
(Simón Bolívar, Discurso pronunciado al Congreso
General de Venezuela en el acto de su Instalación,
Angostura 15 de Febrero de 1919)
…“La Historia es una disciplina que siempre ha constituido
un gran filón para los acuñadores de frases: se habla
de su
falsía, su peligrosidad, sus embustes”…
(M.I. Finley, Uso y abuso de la historia,
Barcelona, 1979, p.11.)
“La burguesía convierte todo en mercancía, y por
ende
también la escritura de la historia. Forma parte
de su ser,
de su condición para la existencia, falsifi car
todos los
bienes: también falsifi có la escritura de la
historia.Y la
historiografía mejor pagada es la mejor
falsificada para los
propósitos de la burguesía”
Federico Engels, (Notas para la Historia de Irlanda.)
Desde el momento cuando Simón de la Trinidad Bolívar y Palacios le tocó vivir y actuar se han suscitado las mas diversas interpretaciones sobre su quehacer político, sus formulaciones teóricas y en general, sobre su personalidad histórica. Nuestra historiografía está llena de innumerables estudios donde se nos presenta al Libertador descontextualizado de sus circunstancias. En la mayoría de las veces ha existido pues, ahistoricidad en los estudios sobre el Padre de la Patria.
Las clases explotadoras de nuestro continente, la intelectualidad a su servicio, ha hecho un uso perverso de la fi gura de Bolívar; lo usaron para justifi car sus dictaduras o ¿acaso, una de las más celebradas obras del positivismo venezolano, a saber: el Cesarismo Democrático no fue escrito por Laureano Vallenilla Lanz para justifi car la dictadura gomecista?. Ahora intelectuales y politiqueros de esa misma clase, extrapolando una apreciación expresada en un extenso informe presentado a los Legisladores reunidos para la Constituyente de 1819 y conocido como: el Discurso de Angostura, pretenden mostrarse como demócratas. La cita en cuestión es la siguiente:
“La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los Gobiernos Democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo Ciudadano en el Poder. El Pueblo se acostumbra á obedecerle, y él se acostumbra á mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía“... (Simón Bolívar, Discurso pronunciado al Congreso General de Venezuela en el acto de su Instalación, Angostura 15 de Febrero de 1919 -La cita respeta la escritura de la época-)
Ahora bien, la “crisis del mundo colonial”, contexto histórico donde se generan las condiciones para que mediante una guerra nacional de dos décadas (proceso que en el caso venezolano fue extremadamente cruento) fructifi quen las ideas de Independencia; le impuso situaciones a sus actores donde el pensamiento político hubo de ajustarse a circunstancias variables; ejemplo de esto: un líder libertario reconocido a escala planetaria como lo fue Francisco de Miranda fue facultado por el Congreso para asumir la dictadura a objeto de intentar salvar la Primera República.
Bolívar no escapó de ello y para conducir victoriosamente el proceso tuvo que adecuar sus actuaciones y su pensamiento a los requerimientos particulares de distintos momentos. Largos años de guerra contra un imperio colonial, el surgimiento de una guerra social al interior de la misma fueron parte de las adversas condiciones que liquidaron la Primera y Segunda Repúblicas. Sobre ese escenario el Libertador tenía que pensar la política.
La Refundación de la Patria en Angostura (tercera República) no fue un hecho fortuito. Guayana era para la época el único territorio que reunía las condiciones para realizar un Congreso Constituyente. Bolívar quien tenía en mente la liberación de un continente, hubo de dar respuesta con este hecho político al Congreso de Cariaco que apoyándose en el hecho cierto de haberse mantenido la llama de la libertad, aún en los momentos mas adversos para la Independencia, en manos de los guerrilleros de Oriente; proponía un proyecto de alcance local. Se debatía en torno a la institucionalidad que asumirían las Repúblicas por nacer pero a decir verdad, muchas cosas podrían encontrarse al momento en el reino de la utopía.
En esa perspectiva, el intento oposicionista de usar a Bolívar contra la “Enmienda Constitucional” se apoya en afi rmaciones descontextualizadas y nos trae a la memoria aquella construcción de Marx en el Dieciocho Brumario para referirse a la caricatura que de la historia hacen algunos personajes:
“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal”… (Carlos Marx, el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, p.9)
A despecho entonces de la manipulación oposicionista se hace imperioso estudiar a Bolívar en la globalidad de su pensamiento, tal como lo han venido haciendo los bolivarianos del siglo XXI, y retomar el núcleo duro de su pensamiento que no es otro sino: Independencia, Soberanía y Unidad Continental. Ideas estas que durante siglo y medio han sido desestimadas por la vocería de las clases dominantes que no ha hecho cosa distinta a fosilizar el pensamiento vivo del paradigma de nuestros pueblos.
Ese pensamiento que pudo estar adelantado a su tiempo empieza a materializarse hoy y en la mente y la acción política de los revolucionarios de nuestra América se hacen presentes las ideas que hicieron síntesis en la Carta de Jamaica:
“Es una idea grandiosa pretender formar en todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tienen un origen, una lengua, unas costumbres y una relijion debería por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen á la América. !Que bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos é imperios á tratar de discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra rejeneración, otra esperanza es infundada, semejante á la del abate St. Pierre que concibió el laudable delirio de reunir un congreso europeo, para decidir de la suerte y de los intereses de aquellas naciones” (Simón Bolívar, Contestación de un ciudadano meridional á un caballero de esta isla, Kingston, 6 de Septiembre de 1815 -La cita respeta la escritura de la época-)
Bien señores oposicionistas, la “época dichosa de nuestra rejeneración” de la que hablaba Bolívar, o la “época nueva” de la que habla el Presidente Correa ha llegado para América Latina. A pasos raudos se construye el proceso de unidad continental y en esto han tenido un papel preponderante la geopolítica de la nación venezolana, las ideas que la Revolución Bolivariana puso a rodar en esta parte del mundo y el rol de propagandista incansable del pensamiento del Libertador que ha asumido Hugo Chávez en este tiempo histórico.
Fieles a las ideas de Bolívar hemos avanzado en proponer la autosufi ciencia energética para nuestros pueblos; apoyándonos en la noción complementariedad, luchamos por la autosufi ciencia alimentaria y en general, por dar respuestas a los problemas de nuestras economías . Distintas iniciativas en pos de la unidad que están hoy en marcha: MERCOSUR, UNASUR y particularmente el ALBA, ocupan parte del esfuerzo asumido por la mayoría de nuestro pueblo unifi cado bajo el liderazgo del Cte. Chávez. Y si a esta razón le sumamos la lucha que al interior de nuestra patria se libra por saldar la gigantesca deuda social acumulada durante décadas de hegemonía neoliberal; el esfuerzo sostenido por nuestro gobierno en trasladar parte de nuestra riqueza petrolera al fomento de la economía social, en un combate sin precedentes contra la exclusión; podremos entender la aspiración legítima de millones de venezolanas y venezolanos a que el líder de este proceso y garante de la unidad del mismo, pueda medirse en elecciones democráticas con cualquier dirigente que la oposición tenga a bien presentar a la contienda. Por lo demás, el proceso iniciado en 1999 ha ampliado sistemáticamente la democracia: cambiando la cualidad de la misma a una democracia participativa e impulsado hasta hoy 12 procesos eleccionarios de cuya transparencia nadie duda en el mundo.
La pertinencia de la enmienda es pues incuestionable y por tanto, es absolutamente reprochable la manipulación que de la historia hace una derecha antinacional, profundamente reaccionaria y antidemocrática.
*Licenciado en Historia Presidente Alterno de Parlamento Latinoamericano. Miembro del Equipo Político Regional-Caracas PSUV