En estos días un Juan de las Casa o un Miguel Peña de nuestros tiempos, como quien rememora una gran proeza, dijo que gracias a el, cuando fue presidente de la Asamblea Nacional Constituyente “logró frenar a los talibanes”, es decir, quiso decir que logró frenar el proceso constituyente, el cual, gracias a la labor obstruccionista de el, terminó en paz (Para la burguesía y la corrupción), a la vez que gracias a la pericia de el, logró salir una constitución “democrática”.
Este Juan de las Casa o Miguel Peña de hoy en día, no solamente fue un saboteador del proceso revolucionario constituyente, en la fase mas importante como lo fue la asamblearia, sino que dentro del partido chavista, impuso el 70% de gobernadores y alcaldes que hasta el año pasado imperaban en el país porque fueron re-electos (Periodo 2004-2004 y 2004-2008), aparte que el 60% de la asamblea nacional es obra de el también y el poder judicial en casi un 90%, directa o indirectamente, una hechura de “Don Luis”.
Si a la labor de zapa de este perverso personaje antipatria, le agregamos las intentonas golpistas del 2001, 2002, 2003 y el 2004 (Una de estas “intentonas” triunfó por 47 horas), y la reacción natural a todo proceso de cambio, pudiésemos decir, que solamente tenemos 2 o 3 años eficazmente de revolución.
Ahora bien, el cuadro negativo descrito anteriormente no implica que hemos perdido 10 años de revolución, porque tenemos a un presidente firme, que es Hugo Chávez Frías, y a un ejercito libertador leal, estas dos cosas son importantísimas y bastante, y si le agregamos la mayoría del pueblo a favor del líder, tenemos un potencial revolucionario transformador incalculable.
Todo esto nos obliga a ser pragmático y gobernar sustentado en nuestras fortalezas, sobre el líder y la alianza cívico-militar, lo que quiere decir que necesitamos al presidente con poderes especiales y eso acorde a nuestro derecho constitucional solo se logra por intermedio de las leyes habilitantes. Solo así profundizaremos el proceso constituyente pos asambleario y recuperaremos el tiempo que nos han hecho perder los detractores de la patria y el progreso, con el mero fin de impulsar esas leyes y esos procesos y a esos nuevos hombres y mujeres nuevas, de la comuna, del futuro.
¿CUALES SON ESOS PROCESOS Y ESAS LEYES INEXORABLES?
El código penal integral para penalizar las conductas de los delincuentes de cuello blanco y conspiradores de la derecha, como la conspiración internacional por intermedio de ONG subsidiadas en dólares y canales internacionales que difaman permanentemente en contra del país; así como la conspiración mediática interna por intermedio de medios cuyas “criticas” no son nada democráticas y llevan la sobrada intención de manipular a las mentes y los corazones con el fin de subvertir el orden y crear una base de personas fanatizadas en contra del gobierno (Guerra psicológica), que será mas amplia en la medida que mas se les permite o no se penalice esa conducta bastante lesiva a la sociedad; la especulación de precios de los productos y el valor de la moneda que crea escasez artificial no acorde con las reglas científicas de la economía, con el mero fin desestabilizador. Se debe decretar un ley de emergencia económica nacional que incluya la desregulación salarial en la administración publica a fin de implantar planes nacionales de obras y empleos, para que no quede ningún venezolano sin trabajo y sin salario; el presupuesto de la nación no es solo para los que laboran en la burocracia estatal, es para todo el país y en especial para aquellos mas vulnerables, los que menos tienen, quienes son por derecho natural a quien el estado está en la obligación primaria de socorrer; la ley de emergencia económica nacional debe incluir amplias facilidades de expropiación de tierras y otros inmuebles, por causa de utilidad publica para construcción de obras (Mega obras o ampliación de ciudades o comunas) o para el cultivo de tierras con fines de soberanía alimentaria; con pagos de bonos de la deuda publica o a futuro, a través de otros instrumentos financieros. Es inexorable una ley de educación integral, en donde los 4 niveles existentes estén estrechamente ligados a la producción nacional inscrita dentro de un plan general de obras y empleo, a fin de erradicar el negocio mercantil con la educación y a una macolla de todo el sistema educativo que se cree dueña del conocimiento y usufructúa indebidamente todos los dineros del estado asignados a la ciencia. También es insoslayable un proceso de milicias populares ya que el pueblo revolucionario en armas es la mejor manera de repeler la agresión imperialista que se nos está coleando en forma de “delincuencia” por culpa de unos jueces y fiscales cuartorepublicanos complacientes y una policía corrupta, en su mayoría, que no están concatenados con el proceso constituyente revolucionario de cambios. Y por ultimo las más inexorables de todas las leyes, la creación de las comunas a fin de que se vaya transfiriendo el poder del nivel central, regional y local a las comunas, que es la verdadera descentralización. Venezuela requiere ser dividida en 300 comunas, autogestionarias y autárquicas pero interdependientes y con un poder centralizado de forma que a la hora que al imperio se le ocurra la peregrina idea de invadirnos, desde la base del Meta, ubicada en la Orinoquia, seamos una fortaleza inexpugnable cuya contra ofensiva terminaría en el propio New York.
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