Mis estimados lectores, en estos días una joven a la que tengo el grato trabajo, de prepararla para su ingreso a la universidad, me decía que aun en estos tiempos, ella no era capaz de entender de manera clara, la diferencia entre capitalismo y socialismo, cosa por demás, que me pareció alarmante, sobretodo después de 10 años de proceso revolucionario, pero bueno, esa es una historia para otro articulo, y yo fiel a mi manera de pensar, y por ende de escribir, decidí contarle un caso de la vida real, que le paso a mi compadre y su finada esposa, y viendo que a mi alumna este ejemplo le ayudaba de mucho, a aclarar diferencias fundamentales entre capitalismo y socialismo, pues bien, me decidí a escribir de ello, pero claro, omito los nombres de mis amigos, porque me parece que de otra manera seria irrespetar la memoria de mi amiga fallecida, y la amistad que poseo con mi compadre.
En el mes de diciembre próximo pasado, tuve la ingrata noticia del fallecimiento de la esposa de mi compadre, y aunque este tenia mas de un año separado de ella, su relación era buena, y a mi me unía una linda amistad con ella. De inmediato me puse al servicio de mi compadre, en todo lo referente al papeleo necesario para poder darle sepultura a su finada esposa, y en fin, a todos los documentos que tan engorrosos se nos hacen en esos momentos, a raíz de esto, volví a tener un contacto casi a diario con mi compadre, y me entere que su esposa murió de una penosa enfermedad, la cual venia padeciendo desde hace unos años.
Me entere además, que había fallecido en el hospital Pérez Carreño, lo cual me pareció algo muy extraño, ya que tanto mi compadre, como su finada esposa, son por lo demás muy sifrinos, y siempre habían dicho que en un hospital, solo se conseguía la muerte. Días después conversando con mi compadre, le inquirí por ese detalle del hospital, y me respondió que había estado interna en una clínica, pero cuando a su cuñado, y al el mismo, se le agotaron los recursos que tenían disponibles, tuvieron que sacarla y llevarla para la casa, pero días después sufrió un fuerte recaída, lo cual los obligo a hospitalizarla, en el antes mencionado hospital, falleciendo tres días después.
En este punto, mi querida alumna me detuvo para manifestarme que la historia le parecía por lo demás muy triste, pero que no entendía que tenia que ver el capitalismo o el socialismo en todo esto, y le dije que para ese momento nada, pero con lo siguiente que le iba a relatar, esperaba que ella misma se diera cuenta en donde estaba la diferencia.
Retomando el relato, días después mi compadre me pidió que le acompañara a una compañía de seguros, para retirar un cheque por una fuerte suma de dinero, que le tocaba por la muerte de su esposa, al acompañarlo y al salir de ahí, fuimos a una gestoria a arreglar los papeles de dos carros, que eran propiedad de la joven fallecida, así como a acudir a un abogado, para que iniciara todos los documentos sucesoriales de una linda casa en los altos mirandinos, que era propiedad de los dos, y ya que no tenían hijos, toda la propiedad le quedaba a mi compadre.
Después de acompañarlo totalmente en silencio, decidí invitarlo a tomar un trajo en un restaurante de un amigo mutuo, y entonces le hice la pequeña pregunta, de que por favor me explicara, el porque su esposa había terminado en un hospital, cuando ella misma en vida aborrecía estos lugares, y el me recordó, que ni el, ni su cuñado tenían mas plata, para seguir pagando una clínica, deje el asunto así, pero después de dos tragos mas, comenzamos a sacar cuentas, de cuanto le darían a el, por los dos carros si los vendiésemos de urgencia, y ambos llegamos al consenso, de que obtendría cerca de 25.000 Bs.F., y si hipotecaba la quinta, seguramente sacaría alrededor de 300.000 Bs.F., en un crédito hipotecario, después de esto y de tomar otro trago, le volví a preguntar, porque su esposa se murió en el hospital y no en una clínica, en ese momento mi compadre, comprendió a donde había querido llegar, averiguando los precios de las cosas que eran propiedad de los dos, y su respuesta fue clara y lo mas CAPITALISTA que se pueda esperar, el no había tomado esa decisión, porque si su esposa se curaba o mejoraba, se iba a quedar sin nada, todo esto lo contaba, con los ojos enjuagados de lagrimas, me imagino que por su conciencia, que empezaba a despertar.
Pensando ahora en mi amiga, de que le sirvió acumular cosas, si cuando mas las necesitaba se negaba a venderlas, por no perder lo único que tenia en la vida y que tanto, le había costado acumular, aun a costa de su propia vida.
Mi alumna una muchachita de 18 años, en ese momento entendió el punto central de mi historia, el cual era, la diferencia entre el capitalismo y el socialismo. Para el capitalismo, las personas valen, existen y tienen identidad, en la misma medida y proporción, de las cosas que poseen, mientras que para el socialista, lo importante es lo que esta en el alma y en el corazón. Un capitalista prefiere poner su vida en manos del todo poderoso, antes que perder todo aquello, que le ha costado toda una vida acumular y que sin ello, no serian nada, mientras que el socialista, premia la vida por encima de cualquier bien material.
Mi alumna se aclaro un poquito, y ella misma al ser hija de extranjeros, se dio cuenta que si los hijos de su abuela, hubiesen vendido la casa propiedad de la viejita, cuando esta cayo victima de una penosa enfermedad, a lo mejor, su abuela hubiese vivido un poco mas, y sus tíos no se hubiesen peleado a muerte, por la repartición de esa casa.
Es de notar que para mí, es tan bueno y en muchos casos mejor, la atención y el servicio de los hospitales venezolanos, que de la gran mayoría de las clínicas privadas, pero para la mentalidad capitalista de mi compadre y su finada esposa, los hospitales son basura, y solo en las clínicas se salva a la gente.
Para finalizar mis queridos lectores, para el capitalismo lo importante es el DINERO, mientras que para el socialismo, lo importante es el HOMBRE. No importa cuantas teorías filosóficas lean, o cuantas peroratas ideológicas escuchen, todas ellas tendrán como conclusión, esa frase pequeña en extensión, pero contundente en significado.
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