Abramos el debate filosófico sobre la sociedad que todos queremos (IV)

Estimados camaradas socialistas, esta es la continuación de los artículos que vengo escribiendo, para lograr contar con el concurso de todos aquellos, que al igual que yo, solo aspiran con lograr formular las bases primordiales de esa nueva visión de sociedad que todos queremos, para nuestra hermosa patria llamada Venezuela.

En el último artículo esbozaba una de las formas para poder lidiar y de alguna forma, vencer esa certeza, esa certidumbre, que nos ha dado el raciocinio y que no es otra que la certeza de nuestra temprana muerte. La solución que esgrimía era la forma en que deberíamos afrontar nuestro paso por la vida y exponía, que había dos tipos de personas, aquellos que decidían solo vivir y por ende eran mortales, y no lograban superar esa certeza de la muerte, y los que de alguna u otra forma, decidían trascender a lo ordinario de la vida, a través de su obra o su ejemplo de vida, y esos pasaban a ser inmortales.

Tal y como era mi esperanza al iniciar estos artículos, ya he comenzado a recibir algunos correos, en los que personas, al igual que yo, solo buscan dar una interpretación y de alguna manera, una forma de vivir, que en su opinión, serian parte de esas bases fundamentales del pensamiento filosófico de esa nueva sociedad que queremos construir.

Uno de los correos, que a mi parecer era por lo demás muy interesante, exponía el punto de vista de su autor sobre ese pesado hecho racional, que es el conocimiento de nuestra propia mortalidad, y en el me esbozaba que esta cuestión ya había sido tratada por cientos de filósofos en tiempos anteriores a los nuestros y siempre, con un mismo resultado, “el fracaso”.

Mi querido conciudadano expone en su correo, que este fracaso se debe a el gran egoísmo o individualismo que presenta el ser humano, el considera que esa enorme capacidad de razonar, ese enorme potencial de intelecto que todos tenemos, es el que hace imposible que busquemos una solución dentro de la ética o la moral y mas bien, tendamos a soluciones en el campo de la metafísica, la religiosidad y en algunos casos en la ciencia futurista o de ficción.

Mi querido camarada continua esbozando, que todas estas soluciones alternas que busca el individuo tiene un fin común, y es que todos deseamos seguir en este mundo, y si no es en este plano, tratamos de buscar la posibilidad de otros mundos, de otros planos físicos o metafísicos, donde nuestra existencia perduraría de manera eterna y constante, y es este tipo de soluciones, las que no permiten que una solución mas lógica, como seria la aceptación de nuestro breve paso por este mundo, no funcionen, no consigan eco, ni seguidores, en nuestras sociedades, porque una vez mas ese individualismo innato en nuestro ser, nos obliga a buscar nuestra supervivencia, así sea a costa de ilusiones o teorías, por lo mas jaladas de los pelos, pero que nos permiten una ilusión de vida eterna.

En este punto debo reconocer que la posición de mi camarada es muy sólida y al igual que el, coincido en pensar que la labor es muy difícil y compleja, el lograr colocar en la psiquis del individuo la certeza universal de su muerte y a la vez, lograr la aceptación de esta certeza, es ardua y casi utópica, pero no por ello debemos de tomar la eterna vía del facilismo y desecharla de una buena vez.

Por el contrario, en mi punto de vista es este enorme problema el que debe ser el centro de la educación de los niños y jóvenes, es en estas tempranas edades del conocimiento individual, cuando los valores morales y éticos deben ser fundados, incorporados a el imaginario del joven, es aquí, donde se puede conseguir ese caldo de cultivo, que no es otro que las noveles mentes de los jóvenes, que nos permitan educar a este individuo para que el logre tener las bases para superar ese terror casi innato a la muerte.

En la actualidad, cuando el individuo toma conciencia cierta de su mortalidad ya es muy tarde para lograr darle una nueva perspectiva de inmortalidad, que no sea, la de la vía del facilismo religioso o metafísico, ya para cuando el individuo logra tomar conciencia de su existencia, cuando por fin toma posición y se da cuenta de su lugar en el universo, y de la inmensa brevedad de su paso, ya es tarde para lograr vencer ese sentimiento de egoísmo, que cada vez mas inundara su alma y lo hará tomar las vías fáciles, para poder conllevar el resto de su vida ese enorme peso racional.

Es de ahí de donde sale la importancia de la educación en el proceso de cambio de una sociedad, pero ese será el “3” tema que toquemos en estas reflexiones, primero quiero concluir con el punto del conocimiento, lo mas cierto posible, del individuo, del ser humano, de la base fundamental de toda sociedad y por ende, de todo tratado filosófico, que de alguna manera busque modificar esta sociedad en la que vivimos.

Este artículo que me envió ese camarada, me ha servido para diferenciar claramente a los dos grupos de individuos con los que nuestra filosofía ha de trabajar, para la formación de la nueva sociedad, estos dos grupos son, el de los jóvenes comprendidos en una edad inferior a los 14 años y el resto de los individuos.

La primera sección de individuos, es decir, los jóvenes desde el día de su nacimiento hasta los catorce años, forman el grupo que es mas fácil de lograr hacer comprender ese nuevo punto de vista, esas nuevas bases de la sociedad que todos queremos, son esos niños y jóvenes en plena formación, a los que nos será mas fácil de llegar, para lograr hacerles entender que la certeza de la muerte no es un defecto, no es un fallo de la naturaleza, no es un error divino, sino que es la mas grande de las verdades universales y tenemos que aprender a vivir con ello, ya que mientras mas pronto tomemos conciencia cierta de ello, mas pronto dejaremos de transitar por las vías facilitas y que poco aportan o ayudan a una sociedad.

Es en esa temprana edad, cuando se puede lograr vencer ese sentimiento egoísta de gran individualismo que tanto marcan a nuestros ciudadanos, es aquí, donde podemos lograr los cambios en la psiquis de los jóvenes y comenzar a tornar esa certeza universal de la muerte, de un temor a una meta a conseguir, dejaremos de esperar la llegada de ese día fatal y comenzaremos a vivir, con la certeza de que podemos hacer mucho para que nuestra especie, “la Humanidad” este en este mundo por mucho tiempo, aunque no estemos de manera física, nuestro legado jamás pasara.

En lo que respecta al segundo grupo de individuos, aquí la labor es más que ardua, y he de reconocer que en muchos de los casos es casi imposible, ya que la formación primaria de los valores éticos y morales ya están muy arraigados en el imaginario individual y es así, que el poder eliminar ese temor inmenso a la muerte que hace sentir ese sentimiento egoísta del yo máximo, es casi imposible, es de aquí, que se hace necesario a la sociedad el establecimiento de nuevas leyes, estas de clara orientación para la nueva sociedad, y que permitan lidiar en el día a día, con esta masa de individuos de difícil adaptación a los nuevos valores sociales.

Lo ideal en la vida, es que al demarcar una línea de limite, esta marca sea mas que suficiente para infundir el respeto en la psiquis del individuo, pero esto solo se logra con la temprana educación, es por eso, que estas sociedades se ven obligadas a sustituir esta línea por un muro solidó, que mas que un aviso o advertencia de lo que se debe hacer, sea un real impedimento al impulso egoísta del individuo por transgredir las normas sociales por su beneficio individual.

Es importante no perder el norte fundamental de esta nueva filosofía social que queremos imponer, esta debe estar basada grandemente en la futura generación, para que así, en el lapso de tres generaciones, todo el imaginario individual tenga en sus bases, que la importancia y subsistencia social es mucho mas importante y necesaria que la subsistencia individual, mientras que para el otro grupo de individuos, esas tres generaciones, a las cuales ya no podemos influenciar, de manera temprana y efectiva, sus valores y sus conocimientos, para esos, los gobiernos se verán en la necesidad de establecer normas claras de convivencia y en muchos casos, aun en contra de mis propias creencias, están deberán ser aplicadas por medio de la fuerza, pero eso si, con moderación, y esta moderación de la fuerza será dada, por la eficacia del gobierno en aplicar estas reglas, y además, en las mismas bases de estas reglas, que sus cambios no sean traumáticos sino continuos, graduales y sostenidos, para que poco a poco vayamos consiguiendo el cambio que tanto buscamos.

De todo lo anterior dicho podemos concluir, que la base primordial para esta nueva filosofía socialista es la juventud, esa masa tangible e inconmensurable, ávida de ideas y conocimientos y que esta preparada para recibir las directrices primarias, que nos permitan crear ese individuo, donde ese artero sentimiento de egoísmo pueda ser llevado a su mínima expresión, tanto en el corazón individual, así como, en un numero ínfimo de individuos, a los cuales es imposible, por mas que se intente, hacerles entrar la noción de sociedad sobre individualismo, pero al ser un numero muy reducido, es muy fácil lograr, a través de las leyes, el crearles espacios dentro de nuestra sociedad, para su convivencia en paz con la gran mayoría ya ganada a la nueva filosofía de vida.

Por los momentos llegaremos hasta aquí, esperando ese tan anhelado retorno de ideas como las de mi estimado camarada, que tanto sirvan para nutrir las bases estructurales de esta filosofía socialista del siglo XXI que tanto queremos todos.


pito0726@hotmail.com.


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Alfredo Domínguez Fernández


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