Estoy profundamente preocupado, entre otras cosas, por el destino de nuestra revolución. Lamentablemente como resultado de un profuso análisis de la coyuntura, debemos darnos cuenta del progresivo deterioro de nuestro proceso revolucionario como consecuencia de la inacción del tren ejecutivo que rodea al Presiente, que él mismo ha designado. En la actualidad el pueblo venezolano que deseó un cambio estructural y creyó en él apostando al liderazgo del presidente, en la actualidad desea la satisfacción de las expectativas de gestión más básicas que puede aspirar ciudadano alguno, mejora de los servicios, seguridad, desarrollo de políticas que se anuncien y se cumplan, lucha contra la corrupción y tranquilidad, ya la gente no cree en una revolución. La gente ahora dice conocer más sobre qué es el socialismo del siglo XXI pero afirma no creer en el socialismo como salida, y se mantiene el liderazgo del presidente, pero la mayoría aprecia que su partido y su equipo son ineficientes y corruptos, incluso los chavistas que en pasillos asumen las críticas que en público son incapaces de decir.
En su texto "La guerra de guerrillas", Guevara postuló que la experiencia de la Revolución Cubana demostraba que cuando las condiciones subjetivas no son suficientes para que las masas lleven adelante la revolución socialista, un pequeño foco que iniciara acciones típicas de la guerra de guerrillas podría lograr con relativa rapidez que la revolución se expandiera, obteniendo así el levantamiento de las masas y el derrocamiento del régimen. El "Che" consideraba válidas estas consideraciones principalmente para los países atrasados, y sostenía que los "focos" debían tomar como base social al campesinado.
En la actualidad en Venezuela el “Foquismo” del Ché está siendo aplicado tanto por la oposición como por el gobierno. La oposición detecta zonas de vulnerabilidad gubernamental y política y se enquista hasta lograr agitar, sin que el gobierno logre resistir u oponerse en la acción ya que ésta respuesta depende del mismo Estado que ellos (la oposición) crearon y saben lo ineficiente que es. Por otra parte el gobierno ha creado un nuevo “Foquismo”, la estrategia es desarrollar, ante las propuestas acertadas o no del presidente, una técnica de aplausos idéntica a la de las focas, y con respeto a ellas, imitarlas hasta que las manos parezcan aletas, generando una amplia confusión al líder que piensa que dirige humanos y terminan siendo una vulgar imitación de focas.
Así, el foquismo en sus dos versiones, empieza, después de diez años a surtir su efecto, desilusionando al pueblo, y haciendo sentir que la última esperanza del éxito de la izquierda está siendo minada por una oposición destructiva y sin proyecto, una serie de focas que no son capaces de proponerle al presidente cambios estructurales junto a cambios básicos de gestión para salvar la esperanza de un pueblo harto de engaños.