Socialismo o Capitalismo un dilema de Vida o Muerte

Kant divide al hombre en dos partes: por un lado esta la razón, por el otro las pasiones y los intereses. El Socialismo es el sistema de la razón, un sistema de justicia y libertad universales. El Capitalismo es el sistema de las pasiones y los intereses, un sistema de dominio y de poder. Así mismo, Kant nos ha enseñado que la justicia se aplica en nombre de la razón. La justicia exige respeto a los derechos del otro, el sacrificio a favor de los derechos del débil sin esperar que nos devuelva algo a cambio, éste es el sentido más profundo del Socialismo. La justicia, por lo tanto, es una propuesta incondicional, se hace a cambio de nada.

Por otra parte, la razón (el Socialismo) no tiene una energía propia que le permita cumplir sus propios ideales, su incondicionalidad. Las pasiones y los intereses (el Capitalismo) en cambio, sí tienen una fuerza propia, atraen al hombre como la gravedad atrae a los cuerpos o como lo hacen los instintos mas primarios. Así la justicia se fundamente exclusivamente en la razón, acaba cayendo bajo el peso de las pasiones y los intereses. Es por eso que hasta hoy, el Capitalismo le sigue ganando la partida al Socialismo

Por su parte, el Socialismo ha basado la justicia a la fuerza inexistente de la razón, y por esto su falta de vigencia. Por esto el Socialismo, al basarse exclusivamente en una razón que presuntamente es autosuficiente, ha caído, por ahora, bajo el peso del Capitalismo, de los intereses y de las pasiones. Un mundo donde gana siempre el más fuerte, o el más competente.

Pero sí hay una esperanza, esa esperanza es el Amor. La fuerza del Amor es la fuerza de los débiles, es la fuerza que necesita la razón para cumplir sus proyectos y sus promesas, es en el amor donde puede aplicarse plenamente la justicia. Las tradiciones religiosas, y particularmente la cristiana, explica la potencia que implica sentirse amados como hermanos. La razón, el Socialismo apela a la Democracia, a la libertad y a la igualdad mientras que el Amor, políticamente comprendido, apela a la fraternidad, por lo que no se puede construir la Democracia si no es sobre la base del Amor a los demás.

Es así como será posible encontrar el camino adecuado para que la Democracia y por lo tanto el Socialismo finalmente pueda vencer al Capitalismo, un camino que nos permita que el Socialismo vaya de la mano con el cristianismo, un camino que nos permita organizar la economía de una manera Democrática, es decir, crear estructuras políticas y económicas que nos sirvan para redistribuir la riqueza, garantizar los derechos sociales y controlar las fuerzas productivas para ponerlas al servicio del bien común, un Socialismo en el que la igualdad se construye desde la libertad. Por esto, el destino natural de la Democracia debe ser el Socialismo, vale decir, la Práctica Cristiana, la cual no tiene nada que ver con el sistema capitalista, donde la acumulación de la riqueza seguirá siendo el instrumento que soporta a la ley del más fuerte. Socialismo y Cristianismo unidos termimarán por vencer las fuerzas del mal, las del capitalismo. Esto no es nada descabellado porque es el cami o natural.

El socialismo y el cristianismo en sus conceptos originarios poseen una cercanía bien estrecha en el plano doctrinal. Ambas doctrinas comparten una misma visión sobre el concepto de sus seguidores; mientras que el socialismo ha utilizado el término pueblo para definir políticamente a un conjunto de sujetos con una identidad común, caracterizados por no formar parte de las clases dominantes, el cristianismo ha utilizado el término pueblo de Dios en relación con el conjunto de creyentes quienes en sus orígenes fueron las clases mas desfavorecidas de la época. En ese sentido, tanto el cristianismo como el socialismo tienen como objetivo fundamental la igualdad social en los sistemas en los que están presentes.

Ambas doctrinas apoyan el fundamento de justicia social de reparto equitativo de los bienes. Conciben a una sociedad con desigualdad de la riqueza como una sociedad injusta y opresora pues sus medios de producción se destinan a someter al pueblo. También persiguen una redención de la humanidad, la cual gozará de la salvación si se acoge a los principios básicos de la doctrina, como única forma de comprender la naturaleza humana en su esencia.

Nacen en un contexto histórico socialmente desfavorable. Contienen una fuerte crítica social que impulsa a ambas doctrinas a la transformación del mundo. Centran su labor social en la construcción de una sociedad equitativa. Persiguen el establecimiento de una sociedad justa como lo es la dictadura del proletariado, en el caso del socialismo científico, y el reino de los cielos para los pobres, en el caso del cristianismo y finalmente conciben un modelo de sociedad ideal en la que el interés colectivo prevalece por encima del individual.

Es obvio que estos simples principios son pilares fundamentales de ambas doctrinas, a pesar que la historiografía actual no le conviene poner de relieve esta coincidencia. Por ello creo evidente que entre el cristianismo y el socialismo no hay una rígida separación de finalidad que a mi entender Marx conocía muy bien, aunque históricamente asumió una conveniente desviación teórica enfrentada con el planteamiento teológico del cristianismo, la cual aflora en un tiempo que precedería a la revolución que emergió en una sociedad de férreas tradiciones conservadoras de la Rusia de los Zares. A pesar de ese hecho, ambas doctrinas no se alejaron demasiado de un proyecto político ideal, el cual a mi juicio han cabalgado históricamente en un marco ideológico común.

Una respuesta puesta en práctica en Latinoamérica la teología de la liberación, esta es una manera de acercar la religión a la tierra, es decir, al ser humano y por lo tanto más cercano a la propuesta de Jesús en el Evangelio. Esta teología, ha sido históricamente el mayor enemigo de las dictaduras militares, gobiernos de derecha y jerarquía católica en América Latina. Por sus ideales fueron perseguidos, asesinados y silenciados, se les catalogó de "comunistas" y de contaminar el Evangelio de Jesús con criterios materialistas.

Si jesús resucita de nuevo, estaría al lado de la justicia y de los pobres coreando el lema: Patria, Socialismo o Muerte...¡¡Venceremos!!

(*) Trabajador Jubilado del MPPCTII

marcanoomarj@gmail.com


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Omar Marcano (*)

Trabajador jubilado del MPPCTII, Militante del PSUV, Ingeniero Eléctrico (USB, 1976)

 marcanoomarj@gmail.com      @pueblopatriota

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