En dos ocasiones he escrito aquí sobre lo que llamé "el perfil del revolucionario". No me imaginé que iba a tener la oportunidad de profundizar sobre ese tema gracias al libro Ética revolucionaria, compromiso de todos, de Enrique José Paredes (EJP), del Fondo Editorial del Ipasme, Fundación Socialismo del Siglo XXI.
En el prólogo del libro, Alfredo Riobueno señala que para que una sociedad sea exitosa debe plantearse como reto combatir los antivalores, como el egoísmo, la vanidad y el afán de lucro, que, durante años y de manera intencionada, se han construido en un sistema capitalista.
Para Paredes, la ética revolucionaria es la necesidad más apremiante de este proceso e implica una serie de comportamientos referidos a principios determinados que permiten la coherencia entre el sentir y el actuar; la congruencia entre la teoría y la práctica.
Según el autor, el término remite a la moral en el sentido de que existen convicciones que, adoptadas a lo largo de nuestras vidas, nos hacen redescubrir los principios o valores que llevan a la concreción entre lo que pensamos o sentimos y lo que hacemos. No obstante, cuando un individuo no está definido, su moral termina contaminada por otros sujetos, creencias o vicios que se transforman en cultura.
Asimismo, la moralidad consiste en distinguir lo que está bien de lo que no lo es. Para hacer esa distinción, las personas adoptan una posición hacia medidas o normas impuestas en una sociedad en función del bien común.
El hombre nuevo, refiere José Paredes, debe interiorizar los valores, que son las creencias de una persona, familia, comunidad o de un país consideradas como cualidades estimables o provechosas, como por ejemplo la cooperación, la unidad, la honestidad, la lealtad, la solidaridad, la fidelidad.
Para el filósofo, la ética revolucionaria está fundamentada en 15 principios. Comentaré a continuación algunos de ellos:
1) El amor crea y sustenta las relaciones humanas con dignidad y profundidad; es una conciencia desinteresada. Están incluidos el amor comunitario y el amor revolucionario. Este lleva al enfrentamiento de los poderes que subyugan y aplastan.
2) La cooperación es resultado de la unión de esfuerzos y voluntades para instaurar un sistema. Incluye la cooperación revolucionaria, la que impulsa el poder popular.
3) La felicidad es un estado emocional de sentimientos de satisfacción o bienestar; es una sensación de autorrealización. Contiene la felicidad revolucionaria.
4) La honestidad alude a cuando no hay discrepancias entre los pensamientos, las palabras y las acciones enmarcadas en las condiciones éticamente correctas. Incluye la honestidad revolucionaria, la cual hace incongruente hablar del bien colectivo y sustraer el dinero de la nación.
Otros valores vinculados con la ética revolucionaria son: libertad, paz, respeto, responsabilidad, sencillez, tolerancia, unidad, fidelidad, solidaridad y disciplina.
En la próxima ocasión, en este espacio, haré un comentario crítico de la obra Dictadura mediática en Venezuela. Investigación de unos medios por encima de toda sospecha, de Luis Britto García, de la colección Análisis, del Minci.
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