El bochorno y grotesco espectáculo que de manera gratuita ofreció en nuestro estado la mentada Mesa de la Unidad opositora no tiene nada que envidiarle a las brutales acciones y palizas que durante cuarenta años hicieron gala los cabilleros de Acción Democrática y las bandas armadas de los piadosos dirigentes de Copey, en la humanidad de los militantes revolucionarios. Es su naturaleza, son así y no pueden comportarse de otra manera. O como dice el refrán popular "por mas que se menee siempre se le ve el bojote".
Solo que esta vez el detonante tiene partida de nacimiento en un movimiento fascista y juvenil, el Grupo Juventud Activa de Venezuela o JAVU, por sus iniciales, salido de los laboratorios de guerra sucia creados por el imperio gringo y sus acólitos europeos luego de la caída del muro de Berlín.
En síntesis bien apretada, manitos y nalgas blancas y la consigna "estudiantes, estudiantes" aunque lo que digan es fascistas, fascistas, y lo que quieren es apoderarse de las riendas de la atomizada oposición y echar a patadas a los carcamanes de los partidos tradicionales y a "los menos jóvenes" como Leopoldo López, Capriles y Borges, salidos de Primero Justicia vía PDVSA, con certificados originales de corrupción.
Esa es la oposición que quiere gobernar a Venezuela, que pretende negar las conquistas sociales alcanzadas con el Presidente Chávez: Cero propuestas sociales, cero ideologías, cero liderazgos, 100% de odio y de resentimiento hacia todo lo que sea pueblo y memoria histórica.
En cambio el PSUV y sus aliados son la expresión de un pueblo que durante once años ha forjado instrumentos y realizaciones como la Constitución Bolivariana, el Plan Nacional Simón Bolívar 2007-2013 y los Consejos Comunales verdadera expresión democrática y popular.
Siempre orientado bajo el liderazgo de Hugo Chávez Frías. Un líder, una idea, un pueblo, orientados a dignificar el ser humano, a estimular los valores espirituales, la solidaridad del grupo para lograr una mejor vida.
A este pensamiento y a esta acción se opone la visión capitalista y la acción neoliberal que solo busca la ganancia para pocos y la miseria para muchos. íNunca más! decimos en voz alta.
Se habla mucho del espacio ocupado por el comandante Chávez en la conducción de la Quinta Republica. Se le endilgan calificativos de autoritarismo, caudillismo, populismo y de dictador
La derecha acusa a Chávez de autoritarismo cuando legalmente coloca en manos del Estado las empresas básicas para beneficio del pueblo, lo acusan de caudillo cuando interpreta el sentir popular y reivindica al indígena, al excluido de siempre y lo señalan de populista cuando crea las Misiones, Los Mercal y los Pdval y le dice al Soberano como los dineros de PDVSA son y van al pueblo. De dictador cuando aplica el peso de la ley a los comerciantes y conspiradores ilegales y subversivos.
Esta derecha, rabiosa y demencial no cree en la unidad, no cree en liderazgo. Su Dios es el dinero y su Norte es el imperio. Chávez los despertó de su sueño de Disneyworld y los invito a fundar un país para todos y con horror miraron al mulato tan parecido al plomero, al jardinero, al recoge latas y decidieron odiarlo y odiar al país. Quizás nacieron aquí pero nunca lo han sentido como suyo. El olor a pobre los asusta. Por eso son vacios y repiten pavlovianamente las consignas mediáticas.
A estos apátridas les decimos que el pueblo venezolano desciende, con orgullo, de los esclavos, de los comuneros, del zambo Andresote, del mulato José Leonardo, de los mártires Gual y España, de Simón Bolívar, el líder indiscutible del siglo XIX , también acusado por la clase dominante de su época de caudillo, de autoritario, de dictador.
La derecha internacional experta en triquiñuelas escudriña recovecos sociológicos o argucias jurídicas para atacarnos y colocarnos a la defensiva pero siempre resulta desenmascarada y puesta en evidencia.
lucartjesus@yahoo.es