Y en aquellos tiempos sucedió que Judas, con las treinta monedas tintineándole en el bolso, vio pasar un tumulto y en medio de él al Hijo del Hombre cargando la cruz que su delación le había acarreado. Y he aquí que habló el Iscariote: “Señor ¿Cómo puedes decir que te he traicionado? Tú me sentaste a tu lado sabiendo que soy publicano, un hombre cuya vida es contar dinero. Me buscaste durante tus juntillas con publicanos y gentiles y mujeres públicas. Hiciste posible mi infamia encomendándome garantizar tu seguridad y la de tus fieles. Tú lavaste mis pies y ungiste mi frente, recomendando a tus creyentes que tuvieran en mí la misma confianza que en Ti. Tú protegiste mi acto declarando que uno de los discípulos traicionaría, pero negándote a dar mi nombre. Tú mismo recibiste ante todos mi beso, el beso de quien todo lo tasa en dinero. Y preguntóle uno de los sayones: “¿Qué harás con tus treinta monedas?” Y contestóle el Iscariote: “Comprar una cuerda, pues ya nadie podrá confiar en un hombre que ha apagado la Luz del Mundo”.
PARÁBOLA DEL CORRUPTO PRÓDIGO
Y vivían los primeros cristianos mil estrecheces, pues todo lo habían dado por la Causa. Y el Iscariote los exhortó a hacer gran fiesta para recibir entre sus filas y favorecer con sus votos a un corrupto, delator, traficante de influencias, cuartorrepublicano, neoliberal, promotor de casinos y saltador de talanqueras. Y ante el escándalo de los fieles, los apostrofó el Iscariote: “¿Mas no sabéis que habrá más alegría por un corrupto pródigo que condesciende a unírsenos, que por los veintisiete millones de honrados a quienes robó?”
PARÁBOLA DE LA DOBLE RELIGIÓN
Y he aquí que Judas Iscariote propuso la doctrina de la Doble Religión. Y he aquí que los romanos podían hacerse cristianos sin perder su fidelidad, obediencia y deberes de lealtad y defensa militar hacia el Imperio Romano. Y he aquí que los fariseos podían sacar pasaporte cristiano manteniendo su fe, su fidelidad, su obediencia y sus deberes de lealtad y defensa militar hacia sus autoridades fariseas. Y he aquí que los filisteos podían tener ciudadanía cristiana conservando ciudadanía, fidelidad, obediencia y deberes de servicio militar hacia el filisteismo. Y hete aquí que entre todos encerraron a los que sólo eran cristianos, y los echaron a los leones.
PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO
Y sucedió que el Buen Samaritano quiso votar. Y se le presentó el publicano para enumerarle los nuevos requisitos para el ejercicio del sufragio: “Y para votar deberás tener computadora e impresora y modem y conexión a la web y abrir una página de informática reposera que nunca abre y cierra fuera de horario laboral y en feriados. Y llenarás en pantalla un formulario redactado por fariseos de una manera tan complicada que no la descifrarán ni los sabios del sanedrín a menos que contrates un publicano gestor, a tus órdenes. Y una vez lleno e impreso el formulario indescifrable de informática peatonal peregrinarás a pie para hacer cola desde las cuatro de la madrugada ante oficinas que sólo atienden el día del número de tu cédula según la fase de la luna dentro de cinco o seis meses. Y en cuanto llegues a la taquilla te informará el publicano que debes llevar partida de nacimiento nueva, nuevo certificado del Seniat y nuevo registro de Sencamer, a ser todos renovados periódicamente. Y te añadirán que debes presentar certificado del Ince de que no tienes más de seis empleados. Y te preguntarán que dónde está la constancia de residencia que sólo puede expedir el Consejo Comunal, mas el recibo del Seniat que cuesta medio salario mínimo, para lo cual se requiere antes el cumplimiento de los requisitos mencionados, mas otros mil de los que sólo podrán informarte abriendo la página web que nunca abre”.
PARÁBOLA DE LA VENTA DEL REBAÑO
Y el Buen Samaritano sintió hiel en su corazón, pues vivía pastoreando un rebaño, y de ocuparse en tantas diligencias morirían sus ovejas, de modo que decidió venderlas todas para pagar al gestor a fin de que cumpliera tan implacables trámites. Mas he aquí que dijo el gestor: “Para vender cada oveja necesitas certificado del veterinario de que no tiene brucelosis, tuberculosis ni triquinosis, para movilizarlas ante el veterinario necesitas permiso de la Guardia, para venderlas requieres autorizaciones del Ministerio de Agricultura y Tierra, y el costo de realizar todos esos trámites es igual al precio del rebaño”.
PARÁBOLA DEL GESTOR DEL SUFRAGIO
Y sobrecogió al Buen Samaritano un sudor de sangre, pues veía que no podía ejercer ningún derecho sin contratar un gestor, y no podía contratar un gestor sin perder todos sus derechos. “Me venderé como esclavo, y con el precio te contrataré como gestor para que votes en mi lugar”, dijo con amargura en su corazón. “¿Y cómo quieres que vote en tu nombre”? preguntó el publicano. “Contra quienes me han reducido a la miseria con su Calvario de trámites. Pero, ¿Cómo sabré que cumplirás mi voluntad?”, preguntó el Buen Samaritano. Y contestó el gestor publicano: “¿Cómo dudas de que para complacerte acabaré con el infierno que me alimenta?”
PARÁBOLA DEL PARAMILITAR
Y en aquellos tiempos los imperialistas romanos habían establecido siete bases militares en Tierra Santa, y dos más allí mismo en las Islas Bienaventuradas, y todavía dos más en el Istmo, y la IV Flota Imperial de galeras hería con sus espolones las aguas, y amenazaba Herodes con seguir la matanza de los falsos positivos inocentes. Y por aquellos días los paramilitares filisteos entraban como Pedro por su casa por las fronteras, y cobraban vacuna, y establecían alcabalas, y legitimaban capitales con bingos, garitos y casinos, y sicariaban a los luchadores sociales palestinos. Y el Buen Samaritano, a quien los paracos habían incendiado su casa y matado a su familia, acudió ante el Hijo del Hombre a preguntarle qué había de hacer. “Si alguien golpea en una mejilla, hay que poner la otra para ser golpeado”, contestó el Elegido. “Sí”, respondió el Buen Samaritano “pero en lugar de tu mejilla, la que recibe el golpe es la mía”.
http://luisbrittogarcia.
Versión en francés, gracias a la inestimable cortesía del amigo Roman Vallee: