El PSUV no está en capacidad de afrontar la crisis que vive el Proceso Bolivariano:
· No supo (o no quiso) instrumentar el lineamiento de las TRES R (Revisión, Rectificación y Reimpulso).
· No sentó una posición de manera pública frente a las reflexiones que hizo Roy Chaderton en diciembre de 2009: ni las refrendó, ni las rebatió, ni las complementó. Igual indiferencia han recibido las reflexiones de Luis Britto García, Vladimir Acosta, Fruto Vivas, Jerónimo Carrera, Juan Carlos Monedero y Heinz Dieterich. Los planteamientos hechos por los ciudadanos a través de los medios alternativos no han tenido mejor fortuna.
· No encaró de manera inteligente la situación creada por Henri Falcón.
· No encauzó las propuestas de Müller Rojas (quizás para evitarse la “molestia” de estudiarlas y debatirlas).
Al parecer las discusiones en el PSUV giran exclusivamente en torno a las elecciones y a la propaganda, un partido con esas características no necesita Políticos ni Militantes sino una Tropa de Civiles conformada por Publicistas y Fanáticos. El inconveniente no es que el PSUV quiera ser uno de los partidos del mundo con más seguidores sino que no sabe para qué quiere lograr eso (claridad cuantitativa y confusión cualitativa). Algunos líderes PSUVISTAS dicen con cierto tono dramático: “la gente debe entender que los cambios no se pueden dar de la noche a la mañana”, pretendiendo esconder con este argumento una realidad alarmante: el problema no tiene que ver con la velocidad del proceso sino con su rumbo. También es frecuente escuchar a los “camaradas” hablando de la represión que se desataría en Venezuela si la oposición toma el poder, lo inaceptable de esta razonable advertencia es el mensaje subliminal que contiene: voten por nosotros porque es preferible un gobierno ineficiente, incoherente, desorganizado y sectario que un gobierno represor. El PSUV nació en el poder y en el marco de una coyuntura electoral, eso explica por qué para varios de sus dirigentes la Administración Pública es una prolongación del Partido y la Ideología una prolongación de las Consignas.
La situación actual no es grave, es gravísima y pecaríamos de ilusos si comparamos esta crisis con las que se vivieron en el pasado reciente. El espíritu de sacrificio de los venezolanos y las venezolanas se encuentra en un punto muy bajo gracias al cinismo de muchos “líderes” que viven pidiéndole grandes esfuerzos al pueblo mientras ellos navegan plácidamente por las serenas aguas de la comodidad.
En el año 95 el bipartidismo ganó la mayoría de las alcaldías y gobernaciones, ese “triunfo” le borró a los adecos y a los copeyanos el poquito de olfato político que les quedaba; leyeron mal, creyeron que habían recuperado el apoyo del país, tres años más tarde no valían nada. No sé que va a pasar en las próximas elecciones pero estoy convencido de que una hipotética victoria del chavismo no sería suficiente para conjurar la crisis actual.
El PSUV cada día pierde más ascendencia sobre los movimientos sociales progresistas, es hora de crear instancias de articulación política que vayan más allá de lo partidista, más allá de lo electoral y más allá de las instituciones públicas. Si no lo hacemos el tren de la historia nos pasará por encima.
Para finalizar los invito a reflexionar sobre las siguientes ideas de Éric Toussaint:
· “Lo fundamental para los movimientos sociales en países como Bolivia, Venezuela o Ecuador es mantener una capacidad de movilización autónoma respecto al gobierno para ser capaz de presionarlo”.
· “Se pueden firmar acuerdos y apoyar las buenas medidas de un gobierno pero se ha de presionar y si es necesario enfrentarlo para obtener un cambio de orientación política”.
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