Ser o no ser, he ahí la cuestión

Son muchos los autores que afirman que las revoluciones, entre otras cosas, son fundamentalmente un cambio cultural, Esta afirmación tiene mucho sentido sobre todo si tomamos en cuenta que las naciones en donde se producen revoluciones están habitadas por los mismos seres humanos durante los procesos de transición entre un modelo societario y otro. Así pues, pareciera ser que es en ese proceso de muerte y nacimiento histórico en donde las revoluciones suelen perderse, en ese aspecto son muchos los ejemplos que la historia mundial nos muestra: la revolución rusa, la china, la cubana etc. Esto tiene que ver con lo difícil que es la construcción del nuevo ideario en las sociedades, con lo traumático de la destrucción de viejos paradigmas, vicios y costumbres que, la más de las veces, representan verdaderos obstáculos para el nacimiento de la nueva sociedad y producen una suerte de estiramiento agónico de la vieja estructura.

En el actual contexto histórico venezolano la preocupación por vencer estos obstáculos es de relevancia vital, vicios como el clientelismo, el burocratismo etc., se han convertido en una plaga endémica que origina angustia y decepción en muchos de nuestros cuadros, lo que estimula la no participación y su principal secuela: el repliegue de masas. Todo esto en momentos en los cuales el Imperio desata una feroz ofensiva a todos los niveles: desplazamiento de bases militares tendiendo un cerco sobre el país, cerco mediático mundial de descrédito de la revolución bolivariana, sabotaje a nuestra economía etc.

Insistiendo mas en la coyuntura actual, me refiero a la escogencia de nuestros candidatos a diputados a la asamblea nacional, observamos como tanto en lo individual como en lo colectivo, se reproducen estas endemias, conductas que hacen recordar las viejas practicas del punto fijismo traducidas en ventajismos, zancadillas, pantallerismos e irrespeto por las normas que rigen los procesos electorales, lo que desdice del nivel político e ideológico de algunos candidatos, ese afán de conquistar adeptos a través de la utilización exacerbada de los medios, tanto públicos como electrónicos, lo que despoja de contenido y sustancia a este proceso escrutado por los venezolanos y los extranjeros e interpreta la imagen de una militancia mediática sin una formación revolucionaria.

Por fortuna todos sabemos de la alta consistencia política ideológica de nuestra militancia y del movimiento popular venezolano, como lo demuestra su respuesta consecutiva frente a la conspiración y el sabotaje fascista. Es por ello, que entendemos que la respuesta a los vicios del pasado será de una condena total, aunque no estaría demás que nuestras autoridades del partido, congreso de delegados y dirección nacional, intervengan de manera contundente para evitar este tipo de prácticas.


henryantonionavas1@hotmail.com


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Henry Navas Nieves


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