Ante un panorama o situación política nacional caracterizada por el asedio desestabilizador que tiene como centro promotor el gobierno de los Estados Unidos y cuyos mandaderos son los sectores oligárquicos establecidos en Venezuela y Colombia, la dirigencia Bolivariana está obligada a asumir, de una vez, posiciones consecuentes con el proyecto de país que se aspira construir. Se siguen dando acontecimientos que lejos de generar ímpetu en la militancia Bolivariana lo que hacen es crear zozobra, desconcierto e interrogantes. Este proceso ya completó su primera década y los errores, si bien son de humanos, no pueden convertirse en el caldo de cultivo para que la derecha, que fue prácticamente desplazada de todas las instancias de poder, pretenda volver por los fueros y convertirse en amenaza institucional. Para poner un caso. Lo que dejó de hacer la actual Asamblea Nacional por las causas que sean, estamos seguros que pesará en los próximos años. Seguramente serán sus integrantes quienes menos atendieron el llamado presidencial a poner en práctica las llamadas 3-R.
En esta onda de decirle al pan, pan y al vino, vino, seguramente muchos venezolanos, para no decir miles o millones, estamos un tanto sorprendidos por el silencio presidencial ante algunas situaciones que se han venido presentando y que ameritan respuesta inmediata. Lástima que no exista un partido que las trate. Podemos, por ejemplo, hacer referencia a la pública renuncia del General Müller Rojas, quién de manera insistente afirma que se aleja porque esto es “más de lo mismo” y que el Presidente está rodeado de “un nido de alacranes”. (¿?). Voceros del PSUV dijeron que el General se iba porque se sentía enfermo. (¿?). Por otra parte, en un Aló, el Presidente anuncia la destitución del entonces Ministro Samán. No hay explicación, a pesar que públicamente muchos sectores vinculados al proceso manifestaron su solidaridad con el Profesor Samán y el trabajo eficiente que venía adelantando.(¿?).
El quejío y la rezongadera recorren el país. Los nuevos revolucionarios siguen dando que hablar. Por ejemplo, aquí en el estado Sucre estamos sumamente preocupados por la poca suerte de nuestros habitantes al escoger a los gobernantes. La decepción es el pan de cada día y ello debe llamar la atención del Presidente Chávez. Con gestiones como ésta será difícil llegar “sano y salvo” al 2021. Y, como dice la gente, ¿será que Chávez no está enterado?
juan_azocar@hotmail.com