“El fracaso derrota a los perdedores, pero inspira a los ganadores”
Robert Kiyosaki…
La historia ha probado, que no son los partidos políticos ni sus dirigentes, por muy sabios que sean, los que pueden determinar el carácter y las tareas de los procesos revolucionarios; sino las condiciones objetivas histórico/precisas, las necesidades específicas del devenir histórico, y especialmente, el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas que demandan nuevos mecanismos en las relaciones de producción para seguir avanzando.
La revolución bolivariana tiene, sus metas socio económicas propias determinadas por la época, la lucha de clases y las intenciones correspondientes, que pueden hacer coincidir o no con lo que piensen algunos dirigentes revolucionarios que, al articular con el movimiento de la historia juegan un papel positivo, pero de oponérsele, pueden llegar a convertirse en obstáculos insalvables.
El PSUV y sus dirigentes, contribuirán con la revolución en todo. y solo cuando sean capaces de interpretar en forma acertada el carácter específico del proceso, las tareas precisas que demandan la situación actual, las vías adecuadas para alcanzarlas, y se logre estructurar un programa que recoja todo eso, respondan a los intereses de las fuerzas sociales impulsoras, obteniendo su apoyo aplicándolo correctamente.
Cuando una dirigencia política es capaz de interpretar los anhelos de las grandes mayorías populares interesadas en las transformaciones económicas sociales y políticas que corresponden a una situación establecida, cuando coinciden plenamente sus intereses porque los han vivido y padecido, es el pueblo el que los convierte en líderes de los procesos revolucionarios. Es simple y llanamente ese fenómeno, el que explica el papel de los partidos, y los lideres en la historia y la confianza que inspiren entre sus seguidores. Son los pueblos los que fabrican sus líderes.
En la medida en que el partido y sus líderes sigan articulados a los intereses propios de las mayorías, continuaran contando con su respaldo, el que generalmente viene dado por el cumplimiento del proyecto revolucionario, las promesas que lo originaron, para recibir el amplio apoyo de las masas.
Hugo Chávez ha promovido grandes transformaciones en la educación, y la salud del pueblo venezolano; pero falta que se cumplan sus propósitos socialistas.
En verdad, se ha abandonado la sana y no exagerada interpretación del socialismo marxista que sirve de base para su análisis y estructuración, se está sustituyendo por la exégesis de tipo estalinista desarrollista que predominó en la URSS después de la muerte de Lenin, según la cual, el “socialismo” era un capitalismo monopolista de estado administrado por el partido para beneficio del pueblo, algo que debió ser pasajero, una breve etapa del proceso; “La necesidad convertida en virtud”, diría Rosa Luxemburgo.
Todavía no se han dado a conocer los lineamientos del I Congreso Extraordinario del PSUV. Para ser consecuentes con nuestra realidad y con nuestra historia, para evitar la reversión de la Revolución Bolivariana, y promover el avance del socialismo en Venezuela, sus documentos deben discutirse públicamente, y ser conocidos por las bases, deberán contener un análisis exhaustivo sobre la situación actual de la Revolución, y su contexto internacional, el cual servirá de base para el establecimiento de las líneas maestras, o el programa que se propone. Ojala que las actuales coyunturas internas y externas no la precipiten por otros derroteros.
Son las ideas de los hombres, y no éstos, las que trascienden, y trasciende el pensamiento que se padece, y se corresponde con las necesidades socioeconómicas de esta época. Ojala se siembre el socialismo de los comuneros de París, y no el capitalismo de los burócratas devenidos en boliburgueses. “Los hombres mueren, el Partido es inmortal”, dijo una vez Fidel; y lo será si cumplen su misión histórica: captar las esencias del momento preciso, interpretar los anhelos de las masas, presentar un programa que coincida con ellos, lograr el apoyo mayoritario del pueblo y encabezar esa lucha.
Las Propuestas para un Socialismo Protagónico, Participativo y Democrático, pretenden tributar a esta importante obra de la Revolución Bolivariana un nuevo programa el cual, esperamos, contemple sus esencias, haciendo honor a la diversidad en la unidad pero muchas veces ignoradas por la actual burocracia, aún cuando nunca han tenido la intención en aplicarla, El árbol de las tres raíces podría tomar vida propia, independiente y brotar con toda la fuerza de las tradiciones, socialistas y democráticas que la inspiran, no porque alguien se lo proponga, sino por su correspondencia objetiva con la época histórica.
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