Es pertinente y oportuno, este año de elecciones en el legislativo nacional, rememorar la figura de un mártir héroe de la partidocracia venezolana (Alias democracia burguesa), como lo fue Fabricio Ojeda.
Fabricio, un venezolano eterno de los que no mueren jamás, nació en Boconó, Estado Trujillo y era de profesión periodista, cubría la fuente de Miraflores para el diario El Nacional, durante la dictadura (Que resulto ser una “dictablanda” en relación con el régimen adeco-copeyano) de Marcos Pérez Jiménez, y desde ese puesto dirigía la Junta Patriótica, que formaba parte del frente cívico, quienes conjuntamente con los militares nacionalistas dieron al traste con ese régimen, en una gesta heroica cívico-militar, que se materializo el 23 de enero de 1958, fecha histórica perdida para el colectivo social patrio por la traición del pacto de Punto Fijo o New York.
Fabricio militaba en URD, pero desde la clandestinidad, en que operaba la junta patriótica, y en su relación con los comunistas, fue adquiriendo ideas de avanzada socialistas y como presidente de la junta patriótica, convoca al paro general, que fue una huelga insurreccional, el 20 de enero de 1958, la cual concluyo en la huida de Marcos Pérez Jiménez en la “vaca sagrada” en la madrugada del subsiguiente 23 de enero.
Fabricio, una vez instaurada la pseudo democracia o democracia burguesa, es electo Diputado por Caracas y desde allí comienza con críticas y denuncias a la dictadura Betancourista quien había ordenado “disparar primero y averiguar después”. Desde el antiguo congreso, Fabricio venia haciendo una serie de denuncias concretas, como fueron la existencia de bandas armadas por parte de AD (Hoy para-militares), que asesinaban lideres sindicales, estudiantiles, campesinos y populares, el hecho que el parlamento burgués de aquella época sesionaba a puertas cerradas a pesar de existir un acuerdo de transmitir por radio y en vivo las sesiones, pero los adecos, copeyanos antidemocráticos sesionaban a puerta cerrada y en clandestino para no quedar al desnudo en sus decisiones anti-populares. Hoy nuestra Asamblea Nacional, tiene un canal de TV propio que no solo transmite las sesiones al vivo sino reuniones de las comisiones, aparte de entrevistas a diputados sobre asunto relevantes.
Fabricio también se quejaba, que después del 23 de enero, personajes que vivieron un exilio dorado o que no sufrieron persecución en la dictadura, regresaron para apoderarse del país y seguir explotando y subyugando al pueblo, el dijo, que “lamentablemente después del 23 de enero, en Venezuela lo que hubo fue un cambio de hombres solamente”. E hizo de esta cuestión razón de principios.
Y fue tanto el amor por el pueblo de Fabricio, el espíritu de sacrificio por la humanidad, verdadero y autentico cumplidor de la máxima Jesuita de amar al prójimo como a ti mismo; fue tanto el amor por la patria de Fabricio que marcho al sacrificio a su compromiso con la historia y la eternidad; y abandono el confort y el privilegio que ostenta un curul en la asamblea legislativa, para incorporarse a la lucha armada, a las guerrillas con miras de liberar al país e implantar el socialismo, ante la falsa democracia.
Ese espíritu de entrega y sacrificio de Fabricio, que lo llevo al martirologio, plasmado en su vil asesinato en los cadalsos de Miraflores; pero los hombres como Fabricio no mueren y viven eternamente en el altar de la patria y el corazón del pueblo; y es lo que hay que reivindicar, ahora, el espíritu de entrega de Fabricio Ojeda, un parlamentario, un héroe popular ejemplar.
La fecha del vil asesinato de Fabricio Ojeda, un 21 de Junio, se celebra en Venezuela, el día de mártir revolucionario. Yo, quiero ser Diputado como Fabricio Ojeda, quien desde la eternidad nos grita: “Abajo cadenas, muera la opresión, por la patria y por el pueblo, viva la revolución.”.
franciscosierracorrales@yahoo.com.ar
