De repente llama la atención que más de tres mil ciudadanos inscritos en el PSUV se hayan postulado para participar en las elecciones primarias que este domingo realiza esta organización. También llamará la atención la vistosa movilización y los miles o millones inscritos que votarán para escoger los candidatos a la Asamblea Nacional, previstas para el venidero 26-S.
En principio no dudamos en calificar lo que hoy ocurre como un importante acontecimiento en la historia de la política contemporánea latinoamericana. Se trata, como dirán muchos de los entrevistados, de una fiesta popular. Ese será el ambiente alrededor de los centros de votación. En contraste con el simulacro y velorios montados por los partidos y grupos de la oposición en pocos estados, lo de hoy dista y se diferencia por el toque de emotividad y alegría que se vivirá, a sabiendas que se trata de una confrontación de maneras, estilos, visiones, pensamientos y prácticas en el quehacer y camino de la transformación social. Eso es lo bueno.
La cantidad de inscritos, indudablemente que se presta a varias lecturas. En algunos estados y municipios, para no decir que en todos, las cosas no andan por buen camino y ello pudiera ser factor que influya en la participación de los pesuvistas. Pudiéramos encontrar muestras de desanimo que se traduce en abstención o votar por votar. Una elección como ésta se presta para la escogencia de candidatos que sean verdaderos líderes revolucionarios, que tanta falta le hacen a la Revolución Bolivariana en su propósito de allanar el camino para la profundización de la democracia popular y la construcción de una Venezuela socialista.
Lo de hoy no es una elección cualquiera. Se trata de un reto y gran esfuerzo para seguir sepultando una manera de hacer política y gobierno que se niega a morir. Ojalá no se imponga lo cuantitativo y la forma. Ojalá derrotemos los resabios internos de la cuarta república, representados en los miles y miles de personas que ocupan cargos claves de gobierno, y que se han convertido en la piedra de tranca y principal obstáculo para el avance de la Revolución Bolivariana. No dudemos, en ese gentío inscrito para aspirar hay mucho de la cuarta. Vivarachos y saltibanquis que hay que mantenerlos a raya. Evitar que sigan frenando y desprestigiando este proceso que es esperanza popular. Hoy hay que votar por los revolucionarios.
¡NO VOLVERÁN!
juan_azocar@hotmail.com