26 de julio 2008. - Las agencias ANNCOL y ABP Noticias presentan a los lectores la trascripción
de las respuestas dadas por el Comandante Iván Márquez, integrante del
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, a preguntas
planteadas por el Periodista William Parra de TELESUR, sobre diversos temas referidos a la realidad de la confrontación política y social que se desenvuelve en Colombia.
En primer lugar, ¿qué significa la
muerte del comandante Manuel Marulanda Vélez y cómo ha sido asimilada
por las FARC la desaparición de su líder histórico?
Significa la ausencia dolorosa de un imprescindible; del
constructor del Ejército del Pueblo; del estratega de la Campaña
Bolivariana por la Nueva Colombia; del legendario comandante, artesano
de la concepción táctica, operacional y estratégica de las FARC y de la
guerra de guerrillas móviles; del conductor político de la insurgencia…
Manuel Marulanda Vélez -como en los versos de Neruda- “no ha muerto.
Está en medio de la pólvora, de pie, como mecha ardiendo”. Sigue
combatiendo desde las montañas rebeldes de la eternidad. Sigue vivo en
los fusiles de los guerrilleros farianos, en el Plan Estratégico, en la
Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia y en el anhelo colectivo
de Patria Grande y Socialismo, que son una inmensa bandera al viento.
Ante nuestro Comandante en Jefe, ante el altar de la patria, hemos
jurado vencer, y venceremos.
¿Cómo asimilamos esta ausencia?
Reafirmando nuestra determinación de lucha. Estrechando nuestra
cohesión. Ratificándonos en nuestros principios. Empuñando con más
fuerza el libro y los fusiles del imbatible escudo guerrillero de las
FARC.
Según su punto de vista ¿cuál es el mayor legado que ha dejado Manuel Marulanda Vélez al país?
Haber sentado las bases para el Nuevo Poder con la construcción de
un ejército popular bolivariano, cohesionado en sus estructuras, en
torno al Plan Estratégico, irreversible en su propósito de toma del
poder para el pueblo. Manuel Marulanda Vélez es ejemplo de convicción,
de perseverancia y de lucha inclaudicable. Jamás seremos inferiores a
la fe que han depositado los pueblos de Nuestra América en la lucha de
resistencia de las FARC. Sus manifestaciones abrumadoras de solidaridad
nos hacen exclamar con el Libertador Simón Bolívar que “es
imperturbable nuestra resolución de independencia o nada”.
¿Nos puede hacer una breve semblanza de Manuel Marulanda Vélez?
Estoy trabajando una semblanza titulada MANUEL MARULANDA VÉLEZ el
héroe insurgente de la Colombia de Bolívar. Por ahora sólo atino
responder su requerimiento con los destellantes versos épicos del poeta
Luis Vidales:
“Canto Colombia a Manuel, el guerrillero/ es éste, América Latina,
el que yo canto/ a éste, mundo de hoy, os lo presento/ Manuel es el
padre de la selva colombiana/ es el pastor de la paz en el rebaño/
Manuel es hermano de los ríos y del viento/ y allá donde es más libre
la montaña/ dulce patria hacia el cielo, allá lo siento/ En su loor la
noche iluminada/ suelta su tiroteo de luceros/ Las altas tierras
limpias lo vieron colombiano/ y el aire puro le fue dócil a su sueño/
El águila que pasa es un disparo/ cada ave es como un papel que cruza
el cielo/ Para hablarle de patria los árboles susurran/ y el mástil de
la palma flamea su bandera/ para indicar que pasa el guerrillero/ ¡Un
momento! le dice la límpida mañana/ y sobre un risco del ande
americano/ le saca una foto espectral de cuerpo entero/ Los árboles son
como escuadras de su ejército/ por defensor del pobre, pariente próximo
del trigo/ como a éste le sucede: que cuarenta veces lo han dejado
muerto/ sólo para quedar cuarenta veces vivo.
Murió el comandante Marulanda en
un mal momento para las FARC; el mes de marzo fue muy duro para la
organización insurgente; perdieron no sólo a Raúl Reyes y a Iván Ríos…
¿Qué comentario le merecen las circunstancias que caracterizaron este
marzo de trances tan luctuosos?
Los revolucionarios no escogemos un momento para morir, pero en
cualquier lugar donde nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, como
dice el Che, siempre que éste, nuestro grito de lucha –y esto lo digo
yo- de lucha por la paz con justicia social, de independencia, de
Socialismo y Patria Grande, llegue a un oído receptivo. La lucha que
libramos es hasta las últimas consecuencias por que “en una revolución
se triunfa o se muere si es verdadera”.
Los desenlaces dolorosos son previsibles en una confrontación y
mucho más si se enfrenta a un enemigo con un gran poder de fuego, que
ha llevado la guerra a la degradación y que tiene todo el respaldo de
la tecnología militar de punta y los dólares que le proporciona el
gobierno de los Estados Unidos en el marco de su expoliadora estrategia
de predominio y subyugación. Pero podemos afirmar que pese al
triunfalismo mediático, estamos saliendo de la horrible noche de marzo
con nuevas experiencias y con un horizonte claro para continuar la
pelea por la paz, la justicia social, la democracia verdadera y la
dignidad.
Para muchos, estos golpes, estas
muertes, dejan a las FARC en difícil situación. Hay varios analistas
que consideran que esta guerrilla está casi derrotada militarmente.
¿Están en lo cierto?
No conocen a las FARC. Confunden el deseo con la realidad y se
engañan con sus propias fantasías. Las FARC no son un ejército de
soldados bisoños. A estas les sucede lo que a Bolívar, que se crecía en
medio de la adversidad. Del fin de las FARC están hablando desde el
ataque a Marquetalia en mayo de 1964. En 44 años han lanzado todos los
planes y operaciones militares para aniquilarlas, y no han podido…
Primero, el Plan LASO, sigla en inglés que significa Operación
Latinoamericana de Seguridad; el objetivo: impedir el surgimiento de
una nueva Cuba en el continente, ese era el propósito de la Operación
Marquetalia. Luego desplegaron la operación Sonora que buscaba derrotar
militarmente a las FARC en la Cordillera Central, pero no tuvieron en
cuenta que enfrentaban a los guerreros de Manuel. Después lanzaron la
Operación Centauro o Casa Verde, pero los agresores tuvieron que
regresar con el rabo entre las piernas a Tolemaida, donde los esperaban
sus mentores e instructores norteamericanos. A estas agresiones le
siguieron como oleadas los planes Thanatos, Destructor 1, Destructor 2,
el Plan Colombia; y paralelamente a estos desataron el horror del
paramilitarismo, criminal estrategia contrainsurgente del Estado que
buscaba destruir lo que consideraban bases sociales de la guerrilla a
través de las masacres, las fosas comunes y las motosierras.
Y ahora con el Plan Patriota diseñado por los estrategas del
Comando Sur del ejército de los Estados Unidos, con el uso de
sofisticadas tecnologías militares, con satélites, con aviones y
aparatos no tripulados, con un pie de fuerza que sobrepasa los 400 mil
efectivos y miles de asesores y mercenarios gringos, con la “ayuda”
militar de Washington con decenas de helicópteros y 10 mil millones de
dólares en el último período, aspiran en un esfuerzo desesperado a
derrotar a la insurgencia y el descontento popular. Ni el fuego, ni las
bombas de las operaciones militares de las oligarquías y el imperio, ni
las marchas manipuladas lograrán desarticular la resistencia y la lucha
por una Colombia Nueva, bolivariana.
La lucha armada en Colombia es vigente y tiene lugar porque los
problemas políticos, económicos y sociales que la motivaron no han
desaparecido. En 1984, con el Acuerdo de La Uribe, intentamos la lucha
por la vía electoral, pero la alternativa política que planteamos, la
Unión patriótica, fue barrida a tiros. Cinco mil fueron los muertos por
la intransigencia del régimen santanderista que oprime a Colombia. Por
eso ahora luchamos clandestinamente a través del Movimiento Bolivariano
por la Nueva Colombia.
En las FARC hay gente de principios. Somos indios bravos. No nos
seducen con cantos de sirenas. Estamos listos para entrarle al combate,
con paso de vencedores, al Ayacucho del siglo XXI, al cual convocamos a
todos los pueblos de Nuestra América. Parafraseando a Bolívar: estamos
como el sol; brotando rayos por todas partes.
¿Qué nos puede decir de la versión
del Presidente Uribe y del ministro de defensa de Colombia Juan Manuel
Santos, quienes insisten en que el comandante Marulanda murió no como
consecuencia de un paro cardiaco, sino por los intensos bombardeos o
por susto?
Con tal ocurrencia tanto el Presidente Uribe, como el ministro de
defensa Santos, están haciendo uso de la más increíble como
extraordinaria asnalidad. Sólo a un imbécil le podría caber en la
cabeza que el legendario guerrillero que se enfrentó durante 60 años a
17 gobiernos y a todos los estados mayores de las fuerzas armadas
oficiales en ese lapso, pudiera morir de susto. Esa pretensión de
tontivanos sólo provoca hilaridad e indignación. Como dijo el mismo
comandante Manuel: “a uno no lo pueden matar con disparos de palabras”.
¿Cómo se decidió la designación de Alfonso Cano como comandante
máximo de las FARC y qué variaciones implica esta determinación en la
conducción de la organización?
Implica la continuidad de los planes. Y en cuanto a cómo se designó
a Alfonso como nuevo comandante de las FARC, debo decir que por
unanimidad el 27 de marzo, cuando nos enteramos de la infausta noticia
del deceso del Comandante en Jefe. Ese mismo día tomamos la decisión
también de posponer esta información hasta el 23 de mayo para hacerlo
en el marco del 44 aniversario de las FARC. Todo el Estado Mayor
Central, el Secretariado y los combatientes farianos rodean férreamente
unidos al comandante Alfonso Cano.
Muchos críticos y analistas
aseguran que con la llegada del comandante Cano se abren nuevas
posibilidades para iniciar una negociación; una nueva oportunidad para
el intercambio humanitario y la paz. ¿Qué valoración le da a estas
afirmaciones?
Las políticas de las FARC ya están definidas, determinadas por
nuestras Conferencias Nacionales y los Plenos del Estado Mayor Central.
Hay una línea táctica y estratégica elaborada colectivamente. La paz ha
sido siempre nuestro principal objetivo estratégico, y en esto
coincidimos con el Libertador para quien “la insurrección se anuncia
con el espíritu de paz, se resiste contra el despotismo porque éste
destruye la paz, y no toma las armas sino para obligar a sus enemigos a
la paz”.
Los acontecimientos del 2 de julio
que desembocaron en la liberación de 15 prisioneros parecieran indicar
que los rescates militares son una solución al problema. ¿Que sucedió
en las selvas del Guaviare?
En el inesperado rescate de 15 prisioneros de guerra en las selvas
del Guaviare, ni Uribe ni Santos, ni los generales Padilla ni Montoya
son los héroes que se reclaman. En la pretendida operación sólo
colocaron los helicópteros; todo el trabajo fue realizado por dos
traidores, quienes a su vez resultaron traicionados por los generales y
el gobierno.
El suceso fue utilizado a fondo para echarle flores al Presidente,
a los militares, a la política de Seguridad Democrática, y sobre todo,
para tapar la escandalosa ilegitimidad e ilegalidad del segundo mandato
del señor Uribe, surgido del delito de cohecho que favoreció su
reelección inmediata. Buscaba el Presidente Uribe disimular su talante
de desaforado dictador que ataca con todos los fuegos de su ira los
fallos de la Corte que le son adversos. Actuando por fuera de su propio
estado de derecho pretende derribar desde el Palacio de Nariño, con
poderosas cargas explosivas, la independencia de la Corte. Ya tiene
sometida la rama legislativa del poder público; ahora va por la
jurisdiccional.
A propósito de esta liberación del
2 de julio el comandante Fidel Castro ha dicho que las FARC jamás
debieron capturar a Ingrid Betancurt y que tampoco debieron tener en
las condiciones de la selva en prisión a los soldados y a los civiles
que tenían las FARC, y esto lo señala como un acto de crueldad. ¿Qué
opina sobre ese argumento del comandante?
No quisiera exteriorizar los sentimientos que provocan este tipo de
posiciones. Solamente quiero decir que las FARC están en todo su
derecho de buscar por todos los medios la libertad de los combatientes
guerrilleros presos tanto en las cárceles del régimen como en las del
imperio. Buscamos una salida que ponga término al sufrimiento del
cautiverio de los prisioneros de las dos partes contendientes. Hay que
pensar también en la crueldad y en las cadenas que soportan los
nuestros en las mazmorras del régimen uribista y en las del imperio,
que son las mismas que padecen los 5 héroes cubanos y los miles de
prisioneros violentados en sus derechos como ocurre en las cárceles de
Abu Graih y de Guantánamo.
Quiero agregar que en Colombia algunos dirigentes políticos son más
militaritas y guerreristas que los propios militares. Muchos de ellos
instrumentan y son protagonistas activos de la legislación de guerra y
de la represión contra el pueblo de Colombia por cuenta del terrorismo
de Estado.
El presidente Uribe habla de
cercos humanitarios sobre los posibles campamentos donde se encuentran
los prisioneros de guerra. ¿Qué significado tiene para las FARC este
anuncio; continúa la orden de no permitir el rescate a sangre y fuego?
No existen cercos humanitarios, sino cercos militares. Lo de los
cercos humanitarios es un engaño para dar la sensación de un control
territorial que nunca ha existido. De por medio lo que existe es una
orden infame del Presidente Uribe a sus generales de rescatar a sangre
y fuego a los prisioneros, sin que importen las consecuencias. En estas
circunstancias, cualquier desenlace fatal será responsabilidad del
señor Uribe.
El gobierno francés ha ofrecido
recibir a todos los miembros de las FARC que estén incluidos en el
intercambio. ¿Si se concreta el intercambio, estarían las FARC
dispuestas a dejar que los guerrilleros liberados, vayan a otro país?
Ese planteamiento es de por sí una afrenta a la dignidad de los
guerrilleros de las FARC. Los verdaderos combatientes no cambian las
montañas de la patria ni sus convicciones por un humillante destierro
en ultramar.
Francia asumió el primero de julio
la presidencia de la Unión Europea. ¿Por el interés de este país en el
intercambio humanitario, las FARC pensarán la posibilidad de buscar el
reconocimiento político, el reconocimiento de beligerancia y el retiro
de su nombre de la lista de grupos terroristas?
De hecho somos una fuerza beligerante a la espera de que quienes
quieran coadyuvar a la paz de Colombia, hagan ese reconocimiento. Es
una condición temporal mientras se resuelve el conflicto de
legitimidades. El calificativo de terroristas no es más que una
imposición del más grande terrorista que ha tenido la humanidad: el
gobierno de los Estados Unidos.
Los medios hablan profusamente de
unas FARC golpeadas política y militarmente, y diezmadas tanto en
número de combatientes como en recursos económicos. Expresan los
analistas que las FARC pasan por el peor momento de su historia; ¿Qué
tan golpeadas están las FARC?
En realidad lo que les preocupa es un eventual desencadenamiento de
la inconformidad social con la existencia de una guerrilla bolivariana
como las FARC, que ya ha completado el despliegue estratégico de su
fuerza por todo el territorio nacional. Por eso el Plan patriota. Por
eso el escalamiento de la intervención militar de los Estados Unidos en
Colombia. Por eso la conversión de la base aérea de Tres Esquinas, en
base militar estadounidense en la amazonía que codician.
Si las FARC estuviesen resquebrajadas no estarían anunciando el
traslado de la base de Manta para Colombia. Lo que se está
resquebrajando es la podrida institucionalidad colombiana salpicada de
sangre y cocaína, narco-paramilitarismo e ilegitimidad.
¿En los actuales momentos es posible que se pueda llegar a una negociación de paz con el gobierno Uribe?
Con Uribe la paz no es más que una quimera. La solución política
del conflicto sólo es posible con otro gobierno, y mucho más si es el
resultado de un Gran Acuerdo Nacional en el que jueguen papel
protagónico las fuerzas del cambio y el soberano que es el pueblo. Un
nuevo gobierno que haciendo de la paz su objetivo cimero recoja las
tropas en sus cuarteles y mande a los gringos para su casa.
Cuál es la caracterización que las
FARC tienen en este momento del gobierno de Uribe y de la situación de
la institucionalidad colombiana en medio del aquelarre de la
narco-para-política y otros escándalos más como el de la Yidis-política?
Es un gobierno narco-paramilitar, ilegítimo e ilegal. Sólo lo
sostiene el criminal apoyo del gobierno de Washington, el terrorismo de
Estado, la manipulación de la opinión a través de campañas mediáticas,
las masacres, el despojo de tierras, el desplazamiento forzoso, la
motosierra, los fraudes y el cohecho. Estados Unidos necesita un
régimen como el de Colombia, para utilizarlo como cabeza de playa para
el asalto neoliberal al continente.
Las FARC han dicho que el gobierno
de Uribe Vélez es ilegal e ilegítimo. ¿Por qué entonces se mantiene,
según lo difunde la prensa colombiana, en los más altos niveles de
popularidad; por qué no cae este gobierno?
Las encuestas no consultan el 70 por ciento de la población que se
debate en la pobreza y en la miseria, ni a los más de 4 millones de
desplazados por el terrorismo de Estado. No consultan al 50 por ciento
de la población económicamente activa que sufre la angustia cotidiana
del desempleo y del subempleo. No consultan a los sindicalistas
perseguidos, ni a los indígenas violentados, ni a las negritudes
olvidadas, ni a los estudiantes reprimidos. El 80 por ciento de la
popularidad de Uribe es una farsa y es el resultado de la más asquerosa
manipulación de la opinión.
¿Qué se puede esperar de la nueva generación de comandantes que ha
asumido la conducción de las FARC: una línea militar más dura o por el
contrario el arribo a la política total?
Continuar el camino trazado por el inolvidable Comandante en jefe
Manuel Marulanda Vélez, es decir, el de la política total, que es la
lucha estratégica por la toma del poder por la vía de las armas y de la
insurrección con lo que se llegaría a un gobierno revolucionario, o por
la vía de las alianzas políticas hacia la instauración de un gobierno
verdaderamente democrático, en consonancia con la Plataforma
Bolivariana por la Nueva Colombia.
Según los supuestos computadores
incautados al comandante Raúl Reyes las FARC han sido financiadas por
el gobierno del Presidente Hugo Chávez. ¿Qué hay de cierto en eso?
Si eso hubiese sido así, ya habríamos tumbado a este gobierno
títere de los Estados Unidos. Esa afirmación es un pretexto
intervencionista. Lo que debe llamar la atención de Latinoamérica y el
mundo son los 10 mil millones de dólares que la Casa Blanca ha aportado
al gobierno terrorista de Uribe para masacrar al pueblo, desaparecerlo,
despojarlo, desplazarlo… Colombia es el primer receptor de ayuda
militar de los Estados Unidos en el hemisferio, y el tercer receptor en
el mundo.
Claro, el gobierno de Washington apoya de esta manera a su
testaferro predilecto en la desestabilización de la región, pensando en
la contención de la poderosa fuerza bolivariana que ya se ve venir en
el horizonte de este siglo. Un tribunal de los pueblos debe conducir al
banquillo de los acusados al imperio rapaz y violento que quiere seguir
subyugando a los pueblos.
¿Financiaron las FARC la campaña presidencial de Rafael Correa en Ecuador? ¿Y con qué?
Eso es un contrasentido. Son las FARC las que necesitan la acción del internacionalismo solidario de los pueblos del mundo.
¿Con todas las dificultades que se
han presentado en torno al tema de la presencia guerrillera como excusa
que ha generado la crisis diplomática entre Colombia y Ecuador ó
Colombia y Venezuela, no se ve la necesidad de un replanteamiento en la
persistencia de esta forma de lucha, sobre todo cuando está latente la
amenaza de Estados Unidos con el argumento de que actuará contra
quienes consideren que apoyan el terrorismo?
La lucha armada no está en cuestión. Las causas que la motivaron no
se han modificado. Las oligarquías sólo quieren una paz que no toque
sus privilegios, que no modifique las injustas estructuras políticas,
económicas y sociales que han causado la pobreza pública. La estrategia
de dominación de los Estados Unidos ya está trazada y el pretexto es lo
de menos. Lo que los gringos quieren es el petróleo de Venezuela, el
gas de Bolivia, las riquezas de la Amazonia, y la miseria para nuestros
pueblos.
Lo que se impone es la articulación de la resistencia a las
políticas agresivas del imperio. Quiero recordar que en los fusiles
guerrilleros de las FARC resisten los pueblos de Nuestra América. Y en
cuanto a la pertinencia de la lucha armada, una reflexión del
Libertador: “Aun cuando sean alarmantes las consecuencias de la
resistencia al poder, no es menos cierto que existe en la naturaleza
del hombre social un derecho inalienable que legitima la insurrección”.
Mientras existan las FARC nadie podrá quitarle el fusil al Che.
¿La Guajira es de Venezuela como dice el Presidente Chávez?
Sin duda, la Guajira pertenece a la Colombia de Bolívar y del
primer precursor de la independencia de Nuestra América, el
generalísimo Francisco de Miranda. Nuestro criterio es el mismo
expuesto por el libertador a Páez: “Se me olvidó decir a usted que
hemos pensado fundir juntas dos o tres mitades de los departamentos de
Boyacá, Zulia y Barinas para que no haya más frontera de Venezuela ni
de Nueva Granada, porque esta división es la que nos está matando, y
por lo mismo debemos destruirla”. Una reafirmación final: Hemos jurado
vencer, y Venceremos.