Se ha evitado, por ahora, la guerra contra Irán. Es un mérito del presidente Lula, de Brasil; del Primer Ministro Turco, Erdogan; y del presidente de Irán, Ahmadineyad.
El conflicto más serio que enfrenta la humanidad actualmente es la supervivencia del capitalismo, o de la humanidad y el planeta. Diversas formas de violencia y la paz son los polos cotidianos de esta contradicción.
Las actividades más lucrativas son la guerra y la especulación financiera, que tienen como trasfondo la esclavización de los seres humanos y la naturaleza. Como resultado están el incremento acelerado del gasto militar, la existencia de más de mil millones de hambrientos y un planeta al borde del colapso. La democracia y los derechos humanos van quedando como cadáveres insepultos.
El consenso de Washington se ha ido agotando, pero siguen adelante con las políticas neoliberales.
Las imponen como en Europa, o las encubren tratando de apropiarse del concepto de economía verde (que ha sido levantado por movimientos sociales y diversos sectores), para sustituir el concepto de desarrollo sostenible y asignarle precios y derechos de propiedad a la naturaleza toda, profundizando la violencia y la expropiación.
Ahora hablan de desarme nuclear mientras tratan de adquirir ventajas relevantes en armamento estratégico de configuración no nuclear. Ante la crisis, no tienen otra solución diferente a la guerra. Distinta es la transformación social en paz para la humanidad y la naturaleza. Pero ello implica sacrificar ganancias. Por eso la guerra contra el terrorismo, la de Irak y Afganistán.
Resalta la importancia del acuerdo tripartito alcanzado. La invasión a Irán ha estado lista. Ahora ha sido detenida pues Irán ha demostrado que no tiene interés en desarrollar armas nucleares al aceptar que Turquía enriquezca el 50% del uranio iraní y se lo devuelva en forma de uranio enriquecido para fines pacíficos. La Sra. Clinton, comprendiendo el mensaje, salió corriendo para solicitar que el Consejo de Seguridad de la ONU aplique sanciones a Irán con el propósito de mantener el acoso y la amenaza. Probablemente no lo logre. La presión sionista y la amenaza de guerra continuarán, pero debe crecer el frente por la paz y por el desarme nuclear para todos, incluidos EEUU y el Estado de Israel.
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