El proceso electoral que recientemente se celebro en Colombia tiene un impacto significativo, visto desde el campo de la filosofía de las ideas y el pensamiento político. Desde la filosofía de las ideas, pues se asiste a un planteamiento sobre la forma de entender y aproximarse a la realidad colombiana y latinoamericana, así como los problemas de derecho y ética. En lo que respecta al pensamiento político, se trata de un debate sobre formas contradictorias de ver la democracia, la participación y la ciudadanía. Los actores de este debate, sí bien incluye a toda la sociedad colombiana, se concreta en la figura de dos actores políticos: Antanas Mockus y Juan Manuel Santos.
El 1ero de ellos, Mockus, es un filósofo y matemático, profesor universitario que introduce un debate ético en el agitado mundo de la política colombiana. Desde su plataforma política, el partido verde, sostiene un conjunto de planteamientos de gran peso en la actual coyuntura histórica. Su filosofía de vida habla de un mundo equilibrado, basado en el respeto a la biodiversidad y la conservación, poniendo en duda la lógica de deterioro y consumo que prevalece en los valores culturales que se transmiten a través de los medios. Su mensaje, no plantea solamente la necesidad de conservar el medio ambiente, sino que va más allá al sostener la obligatoriedad del respeto a la vida. Esa noción de respeto a la vida, adquiere un valor primordial en un ámbito socio-político como el colombiano, donde la violencia se ha institucionalizado y prevalece como valor esencial.
Sin duda, el sostener en una sociedad como la colombiana, profundamente desencajada y desmembrada por la violencia social y política, la necesidad del respeto a la vida ha impactado la lógica de la dominación y la disgregación que tiene un carácter hegemónico en los comportamientos públicos en Colombia. Su planteamiento no es nuevo. Cuando fue Alcalde de Bogotá, había adelantado una campaña de defensa del derecho a disfrutar el espacio público, que es un derecho de ciudad, de vida. Esa manifestación de respeto a los espacios, de consideración a la condición humana se ha transversalizado en su campaña electoral. En este punto, es que su filosofía de vida se conecta con el pensamiento político.
La articulación de esa noción de respeto por el ambiente y nuestros hermanos, se transformó en la plataforma de su política. El símbolo, el lápiz. La idea sustancial: la política es un proceso de educación, de formación y como tal está marcado por la ética y la moral. En contravía a Moclus, nos encontramos la filosofía de vida de Juan Manuel Santos, quién forma parte del status quo colombiano. Descendiente de un expresidente, ligado a uno de las familias más poderosas, con un peso político y comunicacional enorme, la lógica de vida de Santos está marcada por la idea maquiavélica del Fin Justifica los Medios. Es decir, en política todo es válido. Eso ha sido comprobado en su gestión de gobierno, como Ministro de Comercio, donde impulso una integración basada exclusivamente en datos económicos y no en fortalecimiento del encuentro entre sociedades que históricamente están conectadas.
El punto álgido de la demostración de su filosofía de vida, la dio cuando autorizó la penetración y bombardeo de un campamento guerrillero en Ecuador en 2008 y en la operación Jaque Mate, dónde no dudo en hacer uso del símbolo de la Cruz Roja para adelantar una operación de inteligencia. Ambos casos, muestran un carácter pragmático que no tiene límites ni consideraciones morales. Se asume, que todo es posible en función de los intereses del poder, sin importar el derecho, o las consecuencias morales. Cuando Santos justifica, aun hoy, el ataque a Ecuador, lo que hace es mostrar una profunda convicción, carente en forma absoluta, de compromiso moral. No hay remordimientos, pues su lógica de vida le señala que hizo lo correcto.
Esa carencia de lógica ética, se conecta con su pensamiento político. La radicalidad en el cumplimiento de las metas, la noción hegemónica y de superioridad para pretender desaparecer al “otro”, al “enemigo”, no tiene límites. Su idea de democracia, tiene el valor de exaltar el elitismo, de resaltar el poder del dinero y su conciencia que en el cumplimiento de sus metas se vale todo. La lógica de su idea de democracia se basa en la imposición del más fuerte, en la ocupación de todos los espacios y en la toma de decisiones en un círculo cerrado. Lamentablemente los resultados de la 1era vuelta, señalan que la lógica de Santos, que en sí es la lógica del modelo postmoderno de democracia, se impone en Colombia.
Para nuestro país y toda Nuestra América, un eventual triunfo de Santos significa conflicto, pues sí consideramos que como Ministro de Defensa no dudo en violentar las fronteras de un vecino, que no puede hacer como Presidente de la República. La diferencia porcentual entre Santos y Mockus – 25%- hace muy difícil que se le logre superar. Aun sumando todos los votos de los demás candidatos – Germán Vargas, Rafael Pardo y Gustavo Petro- exceptuando a Noemí Sanín, que seguro se suma al candidato de la U, la diferencia sigue siendo casi de 1 millón de votos. Sin duda, que las relaciones de los vecinos de Colombia se verán muy afectadas, sobre todo en el caso de Ecuador que tiene una solicitud de juicio pendiente en su contra. Asistimos a un momento clave, por cuanto Santos es la concreción de una estrategia externa para controlar y desestabilizar el continente Sudamericano. El futuro inmediato indica que en Colombia se ha impuesto la militarización de la política como filosofía de las ideas y eso es lamentable para todos.
(*) Dr.
Historiador
Juane1208@gmail.com
30/05/2010